«LA LIDIA» Y LAS VARAS

Cromolitigrafías de la revista «La Lidia» referidas a la Suerte de varas

COLECCIÓN DE LA REVISTA «LA LIDIA», 1ª Y 2ª ÉPOCAS, FORMADA POR UN TOTAL DE 669 EJEMPLARES PUBLICADOS ENTRE LOS AÑOS 1882 Y 1900


LA LIDIA Y LAS VARAS

Vamos a desarrollar un divertimento, que espero será formativo y entretenido para aliviar este tiempo de aislamiento forzoso, en el que plasmaremos las cromolitografías que sobre la Suerte de varas se publicaron en la revista taurina más emblemáticas de todos los tiempos, “LA LIDIA”, la primera Lidia, la que se publicó desde el 2 de abril del 1882 al 26 de noviembre del 1900.

Quiero pedir disculpas porque algunas de las fotografías que he sacado de la colección recogen láminas sin alisar demasiado, pero es que el papel de las revistas está muy fatigado por el tiempo y el forzarlo demasiado es peligroso para su integridad. Además, la cartulina de las cartivanas es de más gramaje que el papel de la revista y tira del de él, por lo que hay que tratarlo con mucho cuidado. No obstante, el objetivo principal creo que se cumple, aún  sin esa sutileza. 

Junto a los cromos incluimos algún comentario sobre ellos o sobre lo acaecido en los días de su publicación y que se comenta en la revista de la fecha. Espero elegir bien los temas para hacer amena la lectura del estudio en cuestión. 


QUIERO DEDICAR ESTE TRABAJO A MI AMIGO JERÓNIMO, AL QUE SE HA LLEVADO EL MALDITO VIRUS; A SU FAMILIA Y A TODAS LAS PERSONAS AFECTADAS POR ESTA PANDEMIA ASESINA.


PREÁMBULO

El amor a la historia del toreo, el interés por conocer la evolución por la que ha ido transitando y el continuo gozo que para mí significa la consulta de textos e imágenes en los que ha quedado reflejada nuestra Fiesta Nacional a lo largo de su existencia, me ha suscitado la necesidad de plasmar en este trabajo la impresión que de la suerte más emblemática de la corrida, la de varas, dejaron escrita en la revista más señera de la historia de la información taurina, LA LIDIA, aquellos escritores y revisteros de los 4 últimos lustros del siglo XIX, Peña y Goñi, Mariano de Cavia, Carmena y Millán, Dr. Thebussem, Sánchez de Neira, Pascual Millán, etc., etc.

En la elección de los temas he dado preferencia siempre a los que se debatía sobre la técnica y evolución de la suerte de varas, así como a aquellos en los que se informaba sobre las capacidades de los picadores y las características que las diversas castas de reses bravas les exigían para poder ser bien picadas.

Casi en tres de los cuatro lustros en los que se desarrolla este trabajo, se vivió en España una época dorada del toreo debida, principalmente, a la maestría de dos colosales toreros, «Lagartijo» y «Frascuelo», y durante los dos últimos se intuye en LA LIDIA cómo sus colaboradores atisban un prematuro final de la Fiesta, por no encontrarse capacitados continuadores de los insustituibles maestros. Es tal la dependencia de la afición taurina a las figuras de «Lagartijo» y «Frascuelo», que retirados ambos, en el 1893 el 1º y en el 90 «Frascuelo», la propia revista se rinde buscando salida a otro formato y a diferente temática. Piensan que el toreo se ha acabado.

La consideración de importancia substancial que a la Suerte de varas le otorgan todas las revistas taurinas de la época (27 de ellas competían a final del XIX, según nos dice el conde de las Navas en «El espectáculo más nacional»), da motivo a que los juicios sobre ella fueran continuos y eruditos; el conocimiento que los críticos de nuestra revista tenían de las formas de picar, nos ilustra sobre cómo juzgar las actuaciones de los picadores considerando toda la casuística de las diferentes variables que condicionan la suerte: Toro, público, matador, caballos, terrenos, y muchos etcéteras que hacen de la técnica y el arte de la Suerte de varas una verdadera disciplina; épica y estética; substancial para nuestra Fiesta.

Creo que el trabajo que se ofrece es apto para satisfacer curiosidades, solventar dudas e incluso puede que lo sea para mostrar algunas cosas desconocidas para algún lector. El objetivo ha sido intentar mostrar a los aficionados una forma de soportar este confinamiento, incluso de hacerlo entretenido y, si acaso algo formativo. No hay más pretensión que esa. Ahora sólo esperar que disfrutéis de salud, y que entretengáis vuestro asueto con estas imágenes bellas y las curiosidades que sobre ellas he seleccionado.



1.- Revista nº 17, aparecida el día 10/VII/1882. Título de la lámina:

CITE PARA UNA SUERTE DE VARAS”

TOROS EN MADRID

Corrida extraordinaria, celebrada el día 9/VII/1882. La crónica de la corrida que se celebró en Madrid el día anterior al de la publicación de la revista, la firma el periodista taurino Juan Martos Jiménez, que utilizaba el seudónimo de, “Alegrías”. Este escritor malagueño murió en 1891.

-Toros del marqués viudo de Salas, para: “MACHÍO”, ÁNGEL PASTOR y FERNANDO “EL GALLO”.

«De los picadores, alguna que otra vara de FUENTES. “BADILA”, mojando en los brazuelos. De nuevo el sombrero a los tendidos; el matador le obliga a ponérselo. Muy pocas palmas para él… ¡Si sus ovaciones consistían en llevar descubierta la cabeza…!»

El eterno «BADILA», tan peculiar como excelente picador, amén de actor, escritor, modisto…


2.- Revista nº 19, aparecida el día 21/VII/1882. Título de la lámina:

“SUERTE DE VARAS”

TOROS EN MADRID. Undécima corrida de abono, celebrada el 20/VII/1882.

Lidiábanse 6 toros de la ganadería de Benjumea y 2 de la de la viuda de Varela, por los matadores: “LAGARTIJO”, “CARA ANCHA”, ÁNGEL PASTOR y FERNANDO “EL GALLO”.

PICADORES:

Al 1º: FUENTES le pone 2 varas dejando parte del palo dentro en la 2ª. MANUEL CALDERÓN pinchó a la res en 4 ocasiones cayendo en una.

Al 2º: FUENTES le metió el palo una vez y dio una caída. “MATACÁN” puso una vara.

Al 3º: FUENTES puso 3 varas. “MATACÁN” colocó 2 cayendo en ambas. “BADILA” y “COLITA” pusieron 1 cada uno.

Al 4º: CALDERÓN, 4 varas sin novedad. “MATACÁN” pincha una vez y cae. FUENTES le saluda 5 veces sin consecuencias.

Al 5º: “VENENO” cae 2 veces de las 3 que fue. “BADILA” pinchó en 4 ocasiones. “COLITA” en 3 con una caída. “AGUJETAS” 1 vez y una costalada.

Al 6º: “VENENO”, 4 varas y cae. “BADILA” 5. “COLITA” 1 vez. “AGUJETAS” 2 veces.

Al 7º: “BADILA” le puso 3; “VENENO” 2; “AGUJETAS” 2; “MATACÁN” 1 por 1 caída.

Al 8º: “VENENO” 1; “BADILA” 6 y “AGUJETAS” 3, cayendo 3 veces entre los dos.


3.- Revista nº 20, extraordinaria, aparecida el día 31/VII/1882. Título de la lámina:

“PLAZA DE TOROS DE VALENCIA”

En la revista se informa de los festejos de la Feria de Julio valenciana, que tuvieron lugar los días: 23, 24 y 25.

El domingo 23 torearon: “LAGARTIJO”, “FRASCUELO” y “CARA ANCHA”, toros del duque de Veragua. De la Suerte de varas nos dice:

-CALDERÓN (M), nos recordó con una de sus varas los tiempos de “CORCHADO”.

El 24 torearon: “LAGARTIJO”, “FRASCUELO” y “CARA ANCHA”, toros de J. Pérez de la Concha. Y sobre varas:

-VARGAS, VARGAS, VARGAS, varios gitanos mostrábanse satisfechos de cómo el tal JUAN acudía ¨por la honra de su casta¨. JUAN VARGAS, uno de los reservas, “… escuchó más aplausos que los 3 matadores juntos”.

Y la crónica termina: “Lo más limpio… una larga de SALVADOR. Lo más sucio… el beso a RAFAEL”. 

El 25 repitieron los 3, “LAGARTIJO”, “FRASCUELO” y “CARA ANCHA”, toros del marqués del (sic) Saltillo.

En el resumen se alaba el compañerismo de los 3 diestros que se ayudaban constantemente entre si. El aficionado viejo le decía al cronista: <No nos conviene tanta amistad…, cuando se da fin a la competencia, entra el modus vivendi de los diestros. Si RAFAEL y SALVADOR llegaran un día a entenderse, ¿quién sabe si el público se aburriría?>


4.- Revista nº 22, aparecida el día 14/VIII/1882. Título de la lámina:

“CAIDA DEL PICADOR”

Comienza la revista con un eufórico número en negritas: “20.000”, que indica la cantidad de ejemplares vendidos de un periódico taurino que apenas llevaba 4 meses de vida.

Terminadas las corridas de Madrid en su primer periodo de abono (hasta pasar el verano), y las de Valencia tras su feria de julio, “ALEGRÍAS” anima a la participación de los novilleros en los festejos menores. Y les anuncia: <La hacienda es muy rica, pingüe, hermosa, productiva… y lo que es más… hay muy pocos herederos>


5.- Revista nº 29, aparecida el día 2/X/1882. Título de la lámina:

“QUITE EJECUTADO CON UNA LARGA”

“A ZARAGOZA”, anima el editorial de la revista:

 -La importancia que revisten las corridas de toros en la hermosa capital de Aragón nos impone a nosotros un deber para con nuestros numerosísimos lectores. Publicaremos, con motivo de las fiestas del Pilar, un número dedicado a aquella notable población. Nuestro revistero “Alegrías” asistirá a los festejos que en la misma se celebren, reseñando las corridas de toros que en ella tengan lugar.

TOROS EN MADRID

“Alegrías» enjuicia la decimoquinta corrida de abono que tuvo lugar el 1º de octubre. Toros de D. José Torres y Díez de la Cortina, de Marchena, Sevilla, para: “LAGARTIJO”, “CARA ANCHA” y ÁNGEL PASTOR.

Picaron en tanda FUENTES y “BADILA”. En los 3 primeros toros FUENTES puso 8 varas, sin caídas, y “BADILA” 10, sin desmontar. El 4º huyó de los piconeros y no tomo ni una; le dieron fuego en banderillas. El 5º cobró 5 de FUENTES y “BADILA” fue ovacionado tras las cuatro suyas; al saludar perdió el castoreño y se hirió en la cabeza con la puya. Pasó a la enfermería y salió a ponerle 2 varas al 6º.


6.- Revista nº 32, aparecida el día 18/X/1882. Título de la lámina:

“ZARAGOZA, FIESTA DEL PILAR DE 1882”

<LA PRUEBA>

Conserva este nombre la antigua usanza de lidiarse 8 toros cada una de las tardes de los días 13, 14 y 15 de octubre y cuatro toros en cada una de las mañanas de los dos primeros. A las nueve de la mañana daba comienzo el espectáculo, lidiándose uno o dos toros de cada una de las ganaderías anunciadas; el público apreciaba las condiciones de las reses, y se decidía por una u otra, según el juego que en la “prueba” hubieran dado.

Este año se suspendió (aplazó) la corrida del día 13 por lluvia, y se dio el día 16, lunes.

El día 14 torearon “LAGARTIJO” y “FRASCUELO” toros de D. Victoriano Ripamilán, de Egea de los Caballeros, y picaron en tanda JOSÉ CALDERÓN y JUAN “DE LOS GALLOS”, que sufrieron grandes costaladas. MANUEL CALDERÓN y “CHUCHI” que estaban de reserva, sustituyeron a partir del 4º toro a los de tanda.

El día 15 lidiaron toros del ”Excelentísimo Sr. D. Nazario Carriquiri, “LAGARTIJO” y “FRASCUELO”. Picaron en tanda JOSÉ CALDERÓN y JUAN “DE LOS GALLOS”, como el día anterior. Al gran toro 5º el presidente le cambia de tercio apresuradamente, el público se encrespó, porque deseaba seguir viendo al bravo en varas, y comenzó a tirar al ruedo botellas, botas y demás accesorios hasta que el Usía ordenó la vuelta de los caballos al ruedo.

El lunes 16 los toros fueron de D. D. Ferrer, y en la plaza repitieron toreros y picadores de tanda. De la apreciación general nos dice “Alegrías”: “De los picadores, bien en general, pues así se lo exigía el público con rudas manifestaciones”.


7.- Revista nº 35, extraordinaria, aparecida el 24/XI/1882. Título de la lámina:

“TEMPORADA 1882”

-El dibujo (nos dice el texto), recoge los acontecimientos y las suertes que han revestido alguna importancia durante la pasada temporada, y que los artistas Perea (D. D.) y Giménez (D. M.) (asiduos dibujantes de nuestra publicación desde que se fundó), han sabido tratar magistralmente, con un pasmoso lujo de detalles, como podrán apreciar nuestros lectores.

En lo referente a los pìqueros, este nº de La Lidia destaca el incidente del sombrero que protagonizó “BADILA”, cuando se destocó como ya escribimos en su día, y tuvo que emplear la exigencia su matador para que se lo calara antes de entrar a picar de nuevo, al no admitir que realizara una suerte sin estar debidamente pertrechado su picador.


8.- Revista nº 1, extraordinaria, aparecida el 25/III/1883. Título de la lámina:

“¡BUENA SUERTE, SEÑOR PACO!”

Sobre la preciosa imagen de la lámina, se explica en la página 4ª, una larga y exaltada apología de nuestra Fiesta y de nuestras gentes, y desea a todos una temporada feliz que amanece…

De la revista copiamos la anécdota que se inserta en la página 8 con el título: “TOROS DE D. VICENTE MARTÍNEZ”

D. Rafael Fernández de la Vega cuenta que se encontraban en casa del Sr. Ostalé, empresario de la plaza de toros de Zaragoza, D. Vicente Martínez junto a “FRASCUELO”, que le había invitado a tomar unas copas de champagne después de la última corrida del Pilar:

“-Mato con más afición 100 miuras que un retinto de los de Vicente Martínez, decía SALVADOR. 

-Eso es porque a usted le gusta verlos llegar; contesto el aludido.

-¿Pues cree usted que aun espada de vergüenza le gusta verlos ir?

-Criando estoy 6 toros de respeto que van a llegar hasta la taleguilla.

-En ese caso me atrevo a matar los 6 de una vez, con el ganadero por añadidura; se permitió responder SALVADOR. El chiste fue festejado por todos (El champagne…)”.


9.- Revista nº 5, aparecida el 16/IV/1883. Título de la lámina:

“QUITE ARRIESGADO”

En su editorial da cuenta la revista sobre la decisión de viajar a Sevilla para ofrecer a sus lectores las crónicas de las corridas que se van a celebrar en “la feria de tan importante población”. Y anuncia la presencia en ellas del revistero “Alegrías”. “Con tal motivo hoy sale para Sevilla nuestro querido amigo, a fin de reseñar por sí mismo las tres corridas de feria y la competencia amistosa, sí, pero segura e inexcusable, entre “LAGARTIJO” y FRASCUELO”.

TOROS EN MADRID, da la reseña de la 3ª de abono celebrada el día 15/IV, en la que intervinieron: “LAGARTIJO”, “CURRITO” y “GALLITO”, con toros de D.  Joaquín Pérez de la Concha, antes de D. Joaquín de la Concha y Sierra. De tanda actuaron BARTOLESI y JOSÉ CALDERÓN.


10.- Revista nº 7, extraordinaria, aparecida el 30/IV/1883. Título de la lámina:

“FERIA DE SEVILLA DE 1883”

La 1ª corrida tuvo lugar el miércoles 18 de abril, con toros del Sr. González Nandín. El juicio resumido fue: “La ejecución magistral de RAFAEL fue a la nobleza de sus toros lo que la temeridad de SALVADOR a las condiciones peores de sus reses. A las preguntas de los de fuera las respuesta de los asistentes: -¿Y RAFAEL?… Superior. -¿Y FRASCUELO?… Superior. El público salió muy satisfecho.

En la 2ª corrida lidiaron toros del Sr. Núñez de Prado. La apreciación de “Alegrías” comienza con una petición: -“Hoy no es día de abrir paso a la crítica, sino a la admiración y al entusiasmo”. -“Se toreó tan bien que un antiguo maestro nos decía al oído: <Se torea hoy como no se toreó jamás>.

“CHUCHI” y JOSÉ CALDERÓN picaron de tanda en los 3 festejos. También actuaron CARO y TRIGO.

Presente en la corrida la reina Isabel II, que recibió los siguientes brindis de los 2 matadores:

 -RAFAEL: “Brindo por su Real Magestá, / por su acompamiento, / por la gente de afuera / y por la de drento”.

SALVADOR: “Brindo por la gente real / y todas las caras de rosa / que rodean a su magestá”.

La 3ª fue una corrida de Miura, que según “Alegrías” no fue aprovechada por los matadores. Salió muy bueno el 2º, pero su poder y casta asustaron. El 4º era muy bueno, pero JOSÉ CALDERON lo adornó con una espina (¡!) que lo rompió. El entusiasmo del día anterior no existió en la 3ª.


11.- Revista nº 9, aparecida el 14/V/1883. Título de la lámina:

“PEPE HILLO”

Recuerda el dibujo la elección que hizo “PEPE HILLO” del toro “Barbudo”, el día anterior a la corrida de Madrid donde moriría, visitando el cercado en el que se encontraba, cerca del Arroyo del Abroñigal (junto a la actual M-30). Le dijo el sevillano al ganadero D. José Gabriel Rodríguez San Juan: “Ese animal grande y de mejor aspecto, tan ancho de cuerna como ligero de pezuña, guárdelo osté para mí”.

(Al comprobar los datos que incluimos en nuestros comentarios, nos encontramos a veces con multitud de inexactitudes, las más muy repetidas, por copia y pega, y otras de muy diversas opciones. El ganadero de Peñaranda lo hemos visto nominado como: José; Joaquín; Luis…). 

TOROS EN MADRID, nos relata la 7ª corrida de abono, que con toros de Ángel González Nandín, lidiaron los diestros. “GORDITO”, “CURRITO” y “GALLO”. Picó el veterano PINTO junto a BARTOLESI. PINTO fue muy protestado, y pasó a la enfermería cuando el 5º lo tumbó en la arena. “CANALES” picó muy bien, y SALGUERO, que era otro reserva que sustituyo al también abatido BARTOLESI, oyó muchas palmas tras las 2 buenas varas que le colocó al 6º.


12.- Revista nº 10, aparecida el 21/V/1883. Título de la lámina:

“SALIDA DE UNA SUERTE DE VARAS”

Alegrías dixit”:

-¡Señores picadores! Si el malogrado “Mengue” levantase su cabeza para veros, os diría: Que ciertas tranquillas son impropias de la reputación que debéis sostener; que porfiar a los toros cuando se sabe que no han de arrancar; acortar el palo cuando el peligro no asoma; alargarle cuando las reses se rebuyen con poca codicia; echar los caballos atravesados cuando los toros vienen dando; y por último, desestribar para caer, hasta el extremo de perder la reunión, conductas son censurables para todo aquel que imite la profesión delos Sevillas y “Corchados”. 

Comentario sobre la corrida 8ª del abono madrileño, en la que “LAGARTIJO”, “CURRITO” y MANUEL MOLINA lidiaron toros de Fernando de la Concha y Sierra, a los que picaron de tanda, JUAN “DE LOS GALLOS” y JOSÉ CALDERÓN, el cual se lesionó en el 2º toro y fue sustituido por JOSÉ MEDINA “CANALES”. Como reservas, RAFAEL CABALLERO “MATACÁN”, que pasó a la enfermería con luxación de clavícula en el primer toro, y JOSÉ TRIGO.


13.- Revista nº 12, extraordinaria, aparecida el 1/VI/1883. Título de la lámina:

“COGIDA, ¡A LA ENFERMERÍA!

Corrida extraordinaria celebrada el jueves 31 de mayo: “En obsequio a los forasteros que visitan la capital”. MAZZANTINI, “GORDITO”, “LAGARTIJO”, CURRITO”, “GALLITO”, JUAN MOLINA y “CUATRODEDOS”, mataron 6 toros de D. Diego y D. Pablo Benjumea. Tarde calurosa, con lleno en los tendidos.

Picaron los 3 primeros toros, MIGUEL SALGUERO y MANUEL CALDERÓN. Los 3 últimos, JOSÉ TRIGO y JOSÉ MEDINA “CANALES”, que pasó a la enfermería, siendo sustituido por JOSÉ PACHECO “VENENO”, que puso 10 varas. 


14.- Revista nº 14, aparecida el 11/VI/1883. Título de la lámina:

“EN EL PATIO DE CABALLOS”

Tras los comentarios de «Alegrías” sobre la corrida celebrada en Madrid el 10/VI, nos regala, y extraemos, una meditación que nos viene muy bien en estos tiempos (del siglo XXI), en los que las faenas de muleta se alaaaaargan hasta el infinito:

-“Retardar el tiempo preciso de la muerte en una res, es como una entrada retrasada de un artista de comedia; se pierde la intención, desaparece el efecto y los aplausos no secundan los buenos deseos del actor inspirado”.

Se lidiaron toros de Veragua que recibieron 41 varas, dieron 15 caídas y dejaron 15 pencos para el arrastre. Lidiaron: “LAGARTIJO”, “CURRITO” y “GALLITO”. Picaron en tanda, “CANALES” y FRANCISCO FUENTES. El 5º toro mandó a la enfermería a “CANALES” y al que salió en reserva, “VENENO”, ambos contusionados.


15.- Revista nº 18, aparecida el 2/VII/1883. Título de la lámina:

“EN BUSCA DEL TORO”

El día 1 de julio, en la plaza de la carretera de Aragón, “LAGARTIJO”, “CURRITO” y “GALLO”, lidiaron 6 toros, 4 de José Antonio Hernández y 2 de Bartolomé Muñoz, por haberse inutilizado 2 de la ganadería titular. En los comentarios de “Alegrías” se recomienda a la Empresa que se provea siempre de sobreros de la ganadería titular, a fin de que no haya que usar de otras, con el correspondiente desconcierto que los avisos sobre el hecho produce en los aficionados. Por cierto, el revistero equivoca el nombre del ganadero y escribe Rafael en lugar de Bartolomé,

La corrida fue picada en tanda por JOSÉ CALDERON y FRANCISCO FUENTES, y no se produjo incidentes de importancia.


16.- Revista nº 23, aparecida el 6/VIII/1883. Título de la lámina:

“¡DESMONTADO!”

Esta revista reproduce un capítulo del libro de Antonio Peña y Goñi: “CUERNOS”, en el que relata la cogida de FRANCISCO HERRERA RODRÍGUEZ “CURRO GUILLÉN”, en Ronda, el 21 de mayo de 1820, al entrar a matar recibiendo a un toro de José Rafael Cabrera “de 7 años”; y detalla la heroica intervención de su fiel banderillero JUAN LEÓN, que se tiró encima del toro para intentar salvar a su matador. Ambos salieron ensartados en las astas del “cabrereño”, que les lanzó al suelo tras encampanarlos unos instantes; el Sr. “CURRO”, ya cadáver.

Al no haber corrida en Madrid, no publica la revista crónica alguna. Sí lo hace sobre la novillada del día 5 , en la que actuaron, JOSÉ RUIZ “JOSEITO” y LUIS MAZZANTINI. Los picadores de tanda fueron, PEDRO ORTEGA y FRANCISCO GÓMEZ. No hubo incidencias.


17.- Revista nº 24, aparecida el 13/VIII/1883. Título de la lámina:

“FRANCISCO SEVILLA”

A veces, como en esta ocasión, en la revista se explica la oportunidad del dibujo.

NUESTRO DIBUJO

“Representa hoy el retrato del célebre FRANCISCO SEVILLA, uno de los picadores de más poder que se han conocido, del cual se cuenta que en alguna ocasión clavó la garrocha en lo alto del cerviguillo, introduciéndola más de una tercia.

En una de las corridas en que tomó parte de las celebradas en la antigua plaza de toros de Madrid, tuvo la desgracia de sufrir una grave cogida, que, más que a otra cosa, la debió al deseo de lucir demasiado sus extraordinarias facultades”.

Aparece en esta revista por primera vez el nombre del Dr. Thebussem, aludiendo a su opúsculo: “De re taurina”, que escribiera con la oportunidad de haber leído la “Bibliografía de la Tauromaquia”, de Luis Carmena y Millán, aparecida en el 83, y que le había parecido excepcional. De esta admiración del abogado Mariano Pardo Figueroa y de la Serna “Dr. Thebussem”, surgió una relación epistolar continuada entre ambos que duró, prácticamente, hasta la muerte prematura de Carmena en 1904. Y dada la importante colaboración que el bibliógrafo tenía con la revista “La Lidia”, y la posterior amistad con Thebussem, consiguió que el poliédrico Doctor se interesara por la Tauromaquia y escribiera importantes artículos en la revista, de la recopilación de los cuales surgiría su obra: “Un triste capeo”. 


18.- Revista nº 20, aparecida el 20/VIII/1883. Título de la lámina:

“ANTES DE LA CORRIDA”

Relata la revista las 2 corridas de toros que tuvieron lugar en San Sebastián los días 12 y 15 de agosto, en las que estaban anunciados “LAGARTIJO” y “FRASCUELO”, pero que, convaleciente éste fue suplido por FELIPE GARCÍA en la corrida de Veragua del 1º día, y por “CHICORRO” en la de Nazario Carriquiri. 

El público llenó el circo en ambos festejos, y nos dice el revistero que se  precipitó a torrentes por aquel hermoso puente sobre una de las prolongaciones del Mar, para llegar entusiasta bajo un paseo de acacias hasta los alrededores del Circo. Y alude a la cantidad de asistentes franceses e ingleses que disfrutaron de las muy buenas corridas que presentaba el empresario de la plaza, Sr. Arana.


19.- Revista nº 32, aparecida el 15/X/1883. Título de la lámina:

“UN RESERVA ESPERANDO EL MOMENTO”

La corrida de Madrid del 14/X, en la que intervinieron, “CURRITO”, “GALLO” y VALENTÍN MARTÍN, que tomaba la alternativa tras matar el toro llamado “Porquero”, de Anastasio Martín, de Sevilla, da pie al revistero a detallar las alternativas que se llevaban dada hasta la fecha durante el siglo XIX, y nos parece oportuno incluirlas aquí.

ALTERNATIVAS DE MATADORES DE TOROS EN EL SIGLO XIX: ANTONIO DE LOS SANTOS, 1801; JUAN JIMÉNEZ, 1818; JUAN LEÓN, 1820; ROQUE MIRANDA, 1828; MANUEL LUCAS BLANCO, 1829; FRANCISCO MONTES, 1831; RAFAEL PÉREZ DE GUZMÁN, 1831; JUAN YUST, 1832; FRANCISCO ARJONA, 1840; JOSÉ REDONDO, 1842; JUAN LUCAS BLANCO, 1843; JULIÁN CASAS, 1846; CAYETANO SANZ, 1849; ANTONIO SÁNCHEZ, 1852; MANUEL DOMÍNGUEZ, 1852; ANTONIO GIL, 1855; ÁNGEL LÓPEZ, 1858; GONZALO MORA, 1858; MANUEL FUENTES, 1862; ANTONIO CARMONA, 1862; RAFAEL MOLINA, 1865; FRANCISCO ARJONA REYES, 1866; SALVADOR SÁNCHEZ, 1867; JOSÉ LARA, 1869; JOSÉ MACHÍO, 1870; MANUEL HERMOSILLA, 1873; JOSÉ CINEO, 1874; JOSÉ CAMPOS, 1874; FERNANDO GÓMEZ, 1876; FELIPE GARCÍA, 1876; ÁNGEL PASTOR, 1876; JUAN RUIZ, 1879…, y el alternativado de hoy, VALENTÍN MARTÍN, 1883.


20.- Revista nº 20, aparecida el 28/VII/1884. Título de la lámina:

“MANUEL MARTÍNEZ (AGUJETAS)«

NUESTRO DIBUJO:

«Hoy presentamos a nuestros favorecedores un parecido retrato del animoso picador de toros Manuel Martínez “Agujetas”, debido al lápiz del distinguido artista D. Daniel Perea, que tan buen nombre tiene, con justicia, entre los inteligentes.

En la parte alegórica superior de la lámina aparece el bravo Martínez, doblando con la fuerza de su brazo, la cerviz de un toro salamanquino, lidiado en Medina de Ríoseco en 1873, primer año de su peligroso ejercicio; y en la inferior, rompiendo su segunda garrocha en lo alto del morrillo de un toro de gran poder , llamado “Prisionero”, de la acreditada ganadería de Hernández, hecho acaecido en la Plaza de Madrid la tarde del 17 de junio de 1883.

Manolo, que así le llamaban sus compañeros, nació en esta Corte el 1º de enero de 1851, y después de haber aprendido el oficio de cerrajero, le abandonó para ser picador de toros, tomando de Chuchi la alternativa en Madrid el 21 de octubre de 1877″.

Así presenta La Lidia el cromo del gran picador “AGUJETAS”, que fue uno de los más afamados piqueros del siglo XIX, como así dejamos escrito en nuestro trabajo: “PICADORES DEL SIGLO XIX”, inserto en “lasuertedevaras.es”, este blog que dedicamos a la primera suerte de la corrida.


21.- Revista nº 22, aparecida el 11/VIII/1884. Título de la lámina:

JOSÉ BAYARD (BADILA)”

NUESTRO DIBUJO

-«Llamamos la atención a nuestros favorecedores acerca de la sobresaliente ejecución del cromo que adorna a nuestro número de hoy, y del cual no queremos hacer el menor elogio, porque en sí mismo lo tiene, y el público ha de juzgarlo. Los conocidos nombres de los señores Perea y Bordanora, son una garantía de la acertada y esmeradísima ejecución artística y litográfica de tan acabado trabajo. Retrata con toda fidelidad al picador José Bayard y Cortés (Badila), que nació en Tortosa el 19 de Marzo de 1858, y a quien demuestra más simpatías todas las clases sociales, por sus notorios buenos deseos, sus rasgos de valor y su atenta urbanidad. Alegre en el coso, como lo es siempre la juventud, domina en él la idea del pundonor y la de una noble emulación, destacándose entre sus buenas cualidades la de favorecer a sus compañeros.

Recuerda nuestro dibujo en la parte superior izquierda un rasgo de valor, de filantropía y de cariño, que cuantos asistieron a la memorable corrida del 20 de abril de 1877 en Madrid, recordarán con espanto. El toro Guindaleto, que llamaron Lagartijo, causó al matador Salvador Sánchez (Frascuelo) la grave herida que le llevó a las puertas de la muerte; al caer el célebre diestro cerca de las tablas casi exánime, el valiente Pepe Bayard, que estaba de paisano entre barreras, arrojóse a la Plaza, y sin hacer caso al que toro se hallaba a muy corta distancia, le vuelve la espalda y toma en sus brazos, antes que nadie, al desfallecido diestro; condúcele a la enfermería, y no se aparta de él ni de día no de noche durante su larga y peligrosa enfermedad.

(Tras un minucioso relato de las hazañas de “BADILA”, continua el editorial):

-El picador Badila llama la atención de todos los concurrentes a nuestro gran Teatro Solís, al ver a este valiente picador que, sin faltar una noche, asiste, elegantemente vestido, a todas las representaciones que allí tienen lugar.

Fino en su trato, bien educado, se entusiasma cuando habla de Aramburu, Gayarre, Masini y demás artistas líricos; y hablando particularmente con él la otra noche, nos decía que después de los toros, su pasión favorita era la música. Bien amigo Badila; es preciso hacer conocer que entre los toreros hay de todo.

La Lidia le desea adelantos en su profesión por su bien y porque en su clase lo bueno escasea».


22.- Revista nº 25, extraordinaria, aparecida el I/IX/1884. Título de la lámina:

“LA FIESTA ESPAÑOLA EN SAN SEBASTIÁN”

NUESTRO DIBUJO

Una elegante y preciosa alegoría destinada sola y exclusivamente a conmemorar el acontecimiento taurino, que todos los años se reproduce en la hermosa ciudad de San Sebastián.

El inteligente dibujante Sr. Perea, parece que ha deseado presentar, a la vista de nuestros favorecedores, el más hermoso contraste que pudiera imaginarse, una vez leído el notable artículo del distinguido escritor Sr. Peña y Goñi, que insertamos a continuación.

Los ejércitos aliados del día están representados en el cromo por la linda española de grandes y rasgados ojos negros y picaresca sonrisa; el propietario francés que la dirige miradas un tanto expresivas, y el flemático hijo de Albión observador y sonriente hasta donde lo permite la grave etiqueta de los súbditos de la Reina Victoria.

He ahí el público torero y aficionado que asiste a las corridas de toros de la capital de Guipúzcoa; esos mismos tipos, corregidos y aumentados, se entusiasman extraordinariamente y aplauden con verdadero frenesí al piquero que, deseoso de una ovación, les brinda la suerte, recibiendo, en premio de su cortesía, un solemne batacazo.

Los baños, el muelle y la playa completan el conjunto del trabajo litográfico que ofrecemos como modelo tributo de cariño, a la que la historia distingue con los gloriosos adjetivos de muy noble, leal y fidelísima Ciudad de San Sebastián».

En la revista aparece un prolijo artículo del eximio escirtor Antonio Peña y Goñi, donostiarra de pro que, siguiendo el tiempo, sería director de la revista, durante su época más dorada.


23.- Revista nº 26, aparecida el 8/IX/1884. Título de la lámina:

“LA VUELTA DE LA PLAZA”

NUESTRO DIBUJO:

-«Ya vuelve a casa el bravo picador que durante tres largas horas ha tenido en terrible ansiedad y angustia a la hermosa Pepiya, su fiel compañera y madre de sus hijos. Tres horas en las que ni el rezo a la imagen de la Soledad, ni la lectura de El cura de Aldea, ni las caricias de sus pequeñuelos, han conseguido apartar, ni por un momento, la imaginación de Pepa, de la corrida de toros en la que tomaba parte su queridísimo esposo.

¡Cuántas veces se ha dicho, sollozando a solas, nada me falta, tengo cuanto quiero, soy la reina en mi casa, pero estas tardes son terribles!, ¡y tan largas! 

Todo, sin embargo, lo olvidará al ver llegar a su marido, a Paco el Bravo, como lo llaman la gente. ¿Qué importa que venga contusionado, si al fin vuelve? ¿Qué importa una ligera descalabradura, si ante todo y sin atender a cosa alguna ha tomado en sus brazos al inocente Juanito, su pequeño hijo, levantándole en alto entusiasmado, y cambiando una insinuante mirada con Pepa, que contempla alegre la risa del parvulito y la satisfacción de Paco el Bravo?

Hasta Palomo, el inteligente perro de la casa, toma parte en la dicha que entonces parece se respira en aquel modesto hogar.

Para pintar un cuadro tan interesante como el que presentamos en este número de LA LIDIA, se necesita sentir y tener la inspiración que han demostrado nuestros aventajados artistas».


24.- Revista nº 27, aparecida el 15/IX/1884. Título de la lámina:

“VAMOS AL TORO”

NUESTRO DIBUJO:

-«Una escena demasiado frecuente en las plazas de toros. Derribados los picadores de tanda y muertas sus cabalgaduras, los de reserva se preparan para salir al ruedo con la menor prisa posible; el público pide picadores; el Alguacil penetra en el patio gritando ¡VAMOS AL TORO!, y el piquero de reserva más tumbón, entretiene el tiempo para dar lugar a que los de tanda acudan a sus puestos».

El domingo 14/IX tuvo lugar en Madrid la 14ª corrida de abono, en la que los matadores: “LAGARTIJO”, “CURRITO” y HERMOSILLA, mataron 6 toros de la ganadería de D. Félix Gómez. Sobre el comportamiento de los picadores y las incidencias habidas, nos ilustra Víctor Pérez López en su magna obra: “Plaza de toros de Madrid 1874-1900. Tomo I. Volumen I”, editado por la Unión de Bibliófilos Taurinos en 2003 (pag. 197):

-Picaron José Bayard , Badila (19); y Antonio Rodríguez, el Nene (7); como reserva Manuel Calderón (10) y Manuel Martínez, Agujetas (10). Destacaron Badila y Agujetas.


25.- Revista nº 37, aparecida el 24/XI/1884. Título de la lámina:

“¨JUANIJÓN¨ PICANDO”

NUESTRO DIBUJO:

-“Juanijón.- Mozo valiente y esforzado del que dice Moratín que picaba a los toros puesto a caballo sobre otro hombre. Suponemos que este último usaría muleta o capote para echarse el toro fuera; y que sería tan bravo o más que Juanijón. No sabemos dónde hemos leído que era natural de Huesca.

En las líneas anteriores, del Toreo de Neira, tomo II, página 330, está inspirado nuestro cromo de hoy, que esperamos será del agrado de nuestros favorecedores».

Una muy curiosa nota se reproduce en la revista que nos ocupa, y es la relativa a: “LAS NÓMINAS DE AYER”, que por parecernos de interés reproducimos. Se refiere a la corrida celebrada en Madrid en 1814.

“Nómina del Haber de Toreros en la 2ª corrida, executada en 12 Del presente mes de Septiembre De 1814.

PICADORES:

PEDRO PUYANA, que trabajó solo por la mañana, 1000. ANTONIO HERRERA CANO, que trabajó solo por la mañana, ha De haver, 1000. JOAQUÍN ZAPATA, por su haber De la tarde, 1000. MANUEL DÍAZ, por idem, 1000. JULIÁN DÍAZ, De 1ª reserva por mañana y tarde, y salió a trabajar por haberse retirado por la mañana PEDRO PUYANA, y por la tarde JOAQUÍN ZAPATA, ha De haber, 800. RAMÓN FERNÁNDEZ, que estuvo de reserva todo el día, 200.

ESPADAS:

MANUEL ALONSO “EL CASTELLANO”, que trabajó en clase De primer espada, ha De haber, 3000. FRANCISCO HERNÁNDEZ “EL BOLERO”, 2º ídem, ha De haver, 1500. 

MEDIA ESPADA:

ALONSO ALARCÓN “EL POCHO”, por su haver De todo el día, 500.

BANDERILLEROS:

RAMÓN GARCÍA, encargado De auxiliar a los Picadores y libertar Caballos, 500. DOMINGO DEL CORRAL, por su haver De todo el día, 400…, y otros 5 más.


26. Revista nº 10, extraordinaria, aparecida el 1/VI/1885. Título de la lámina:

“MADRID, CORRIDA DE LA BENEFICENCIA, 1885”

La revista se esmera en glosar la actuación de SALVADOR SÁNCHEZ “FRASCUELO” al que destaca claramente sobre sus compañeros, “LAGARTIJO”, “EL GALLO” y MAZZANTINI, que dieron muerte a 4 toros de Veragua y otros 4 de Félix Gómez. A la corrida la define “Don Jerónimo” *. como de sosa y hasta aburrida.

La corrida fue un espectáculo inmenso; la reventa anduvo por las nubes. “LAGARTIJO” oyó palmas y pitos; “FRASCUELO”, ovación y palmas; “GALLITO”, palmas y palmas; MAZZANTINI, pitos tras un aviso y palmas.

Los picadores fueron: FRANCISCO GUTIÉRREZ “CHUCHI” (12); JOSÉ CALDERÓN (7); MANUEL MARTÍNEZ “AGUJETAS” (13); JOSÉ BAYARD “BADILA” (7); FANCISCO ZAFRA (6); EMILIO BARTOLESI (5) y MANUEL CALDERÓN (2). Fueron un total de 52 varas, con lo que me extraña que el público de entonces se aburriera. 31 varas recibieron los 4 de Veragua, que cumplieron, salvo el 3º; dieron 12 derribos y 4 caballos para el arrastre. Los 4 de Gómez fueron tardos, salvo el 5º; recibieron 21 varas, 5 derribos y 6 caballos.

* “Don Jerónimo”, uno de los “mil” apodos de Antonio Peña y Goñi. 


27.- Revista nº 18, aparecida el 27/VII/1885. Título de la lámina:

“DESPUÉS DE UNA BUENA VARA”

Como noticia destacada aparece en la revista de hoy la corrida celebrada en la plaza de Madrid en beneficio de la ciudad de Aranjuez, azotada por el Cólera, dispuesta por la Diputación y promovida por ÁNGEL PASTOR. Al festejo asistieron SS. MM.

La corrida tuvo un beneficio de 5.000 duros, y fue duro el juicio crítico a que se optara por una corrida de 6 toros pagados (salvo el que regalo Veragua), 3 de Veragua y 3 de Muruve, cuando había ofrecimientos de 5 ganaderos que cedían un toro cada uno (que con el donado por Veragua habrían sido 6).

Todos los intervinientes lo hicieron sin recibir emolumento alguno: “LAGARTIJO”, “FRASCUELO”, PASTOR, “GALLITO”, MAZZANTINI y “GUERRITA”, que era novillero y normalmente acompañaba a RAFAEL. Ambos hicieron demasiadas monerías en los quites al 6º toro, que mató el novel, y fueron muy criticados por los aficionados y muy aplaudidos por el público en general.

Los picadores generosos fueron: JOSÉ CALDERÓN, JUAN “DE LOS GALLOS”, “CHUCHI”, CIRILO MARTÍN, “MANITAS”, FEIJÓO, BARTOLESI, PACO FUENTES, “BADILA” y “AGUJETAS”.


28.- Revista nº 20, aparecida el 10/VIII/1885. Título de la lámina:

“HASTA LUEGO”

Nos divierte un comentario de la “Crónica de la semana”, que se inserta en este número de La Lidia tras una “lamentable noticia” que tuvo lugar en Vitoria unos días antes, en que se informaba de cómo el toro “Arbolario” de la ganadería de Carlos López Navarro, de Colmenar Viejo, había saltado al tendido de la plaza de Vitoria armando gran desorden, sin que los matadores o la Guardia Civil hicieran algo por acabar con el burel.

-«No todo a ser triste. Ayer habrá estoqueado en Nimes, Francia, -y en su antiguo y famoso Circo- el célebre matador Salvador Sánchez Frascuelo, seis toros del Duque de Veragua, que a principio de semana fueron conducidos a aquel punto. El ajuste ha sido de quince mil pesetas en oro, cobradas antes de salir de Madrid, para él y su cuadrilla; viajes en primera; fonda y asistencia de primera clase también, y coche para paseo durante su estancia en aquel país. ¡Olé por los barbianes!

No dudamos que los toreros españoles han de dejar bien puesto el pabellón de su tierra, y que volverán sanos y salvos para trabajar en San Sebastián en los días 15 y 16 del corriente«.


29.- Revista nº 21, aparecida el 17/VIII/1885. Título de la lámina:

“LA TIENTA”

NUESTRO DIBUJO

-«No puede dibujarse con más verdad La Tienta en campo abierto. Así se llama a la prueba que de su bravura se hace en los becerros, erales y utreros, y en vacas de igual edad, por los ganaderos que, especialmente en Andalucía, tienen cuidado de conservar el buen nombre de las vacadas. El tentador o garrochista espera a caballo, y contra la querencia natural, a la res que antes ha sido separada del rodeo, y la pone cuantas varas quiera recibir, según su bravura: si vuelve la cara y después se la obliga, cortándole el paso, a acudir al cite, suele crecerse y tomar con coraje tres o más garrochazos, acreditando entonces su bravura; si aún interponiéndose huye, se la desecha. La res que toma todos los puyazos sin volverse y recargando, la califican de primera, admitiendo también para lidiarlas aquellas que toman de frente dos o tres varas, y tienen buen trapío; pero la que no acude una vez, o aunque tome el primer puyazo no quiere arrimarse más y huye constantemente, es tenida por mansa, no se la marca, y en muchas ganaderías se la corta una oreja, apartándola para el arado o el matadero. Debe suponerse que nunca va un tentador solo, porque la diversión sería corta, mal ejecutada y expuesta; que hay muchas ocasiones en que el jinete cae derribado, con el caballo herido y a veces muerto, y sino hay compañero que lo ayudase podría pasarlo mal.

Acuden por lo tanto, a la tienta muchos inteligentes a caballo, con garrochas largas y de puya corta; se dividen en colleras, que son parejas para acosar y derribar los becerros, y logran hacer, de una faena ruda y peligrosa, un entretenimiento sumamente agradable, que dura dos o tres días, según el número de reses que se presenten. En muchos puntos de Castilla, Navarra, La Mancha y Aragón, las tientas son en locales grandes cerrados, donde se suelta al becerro y se hace con él igual operación de probarle con garrocha por un conocedor, auxiliado por capotes inteligentes, simulando en algo la faena que a su tiempo han de tener en plazas cerradas.

Las opiniones de los inteligentes se hallan divididas acerca del mejor resultado que pueden dar las tientas en campo abierto o en coto cerrado, defendiendo unos y otros su dictamen con aceptables razones que no es este el lugar de exponer a nuestros lectores»


30.- Revista nº 27, aparecida el 5/X/1885. Título de la lámina:

“SALIDA DEL TORO”

EN LA TABERNA:

-¿Sabes tú lo que te digo? / Que semos dos caballeros, / y que no está mu decente / que nosotros nos matemos, / por si es mejor “Lagartijo” o si vale más “Frascuelo”. / – Es verdad; tienes razón. / -Pus ya se vé que la tengo. / -Además que Rafael no es tan malo. / Ni por pienso, / ¿Qué ha de ser? Da gusto verle. / -Cómo se mete al cuarteo! / – ¡Qué estocadas. -¡Y qué quites! / ¡Es un barbián!. -¡Un maestro! / -¿Y Frascuelo? -No digamos. / -Vale más que el Chiclanero. / ¡Cómo se mete en la cara! / -¡Cómo se moja los deos! / -¡Qué muleta! -¡Y qué recortes! / -¡Y qué limpio! -¡ y qué sereno! / -Chico, vuelve a la taberna. / -Venga un trago de lo bueno. / -Ésta va por Lagartijo. / -Y ésta va por Frascuelo.

TOROS EN MADRID

El día 4/X se lidió una corrida de toros de Ángel González Nandín, a la que dieron muerte, “LAGARTIJO”, “FRASCUELO” y “GALLITO”. Los toros tomaron 48 varas, lograron 16 derribos y mataron 13 caballos.

Picaron: FRANCISCO GUTIÉRREZ “CHUCHI” (20) y MANUEL CRESPO (13); de reserva estuvieron: JOSÉ PACHECO “VENENO” (11) y FRANCISCO FUENTES (4). 

Los toros de Nandín, a excepción del 2º, dejaron bien puesto el pabellón y dieron margen a una lidia animada, variada e interesante, en general.

A continuación “Don Jerónimo” alaba al “héroe de la tarde”, a RAFAEL, al que dedicó toda su vida una adoración desmesurada, que llegara a provocar una competencia y agria disputa con su compañero en lides periodísticas y musicales, Luis Carmena y Millán, que no consintió que para alabar a su torero, Peña y Goñi (D. Jerónimo Don Cándido) menospreciara a «Frascuelo».


31.- Revista nº 1, aparecida el 25/IV/1886. Portada:

«COMIENZA LA TEMPORADA DE 1886«

Giménez y Perea compusieron esta alegoría en la portada de la revista de comienzo de la temporada del 1886. A diferencia de lo acostumbrado en otros años, en los que se iniciaba el ciclo con dibujos de niños o de símbolos de algo nuevo, la composición de hoy refleja el inicio de la corrida, en una imagen deliciosa en la que los participantes se preparan a comenzar una temporada que se imaginan jugosa.

La Lidia costaba 15 céntimos los números ordinarios, y 30 los extras. Los números atrasados se cobraban a 25 y 50 céntimos, respectivamente. Las suscripciones trimestrales costaban 2,50 pesetas para Madrid y 3,00 para las provincias. Para el extranjero había una única suscripción, anual, por 20,00 pts.


32.- Revista nº 1, extraordinaria, aparecida el 25/IV/1886. Título de la lámina:

“LA LIDIA VA A EMPEZAR”

NUESTRO DIBUJO

-«La fantasía inagotable y el talento, en verdad único en este genero, de D. Daniel Perea, nuestro Director artístico, han trazado, en el cromo que ofrecemos hoy a nuestros lectores, un cuadro lleno de vida y de verdad, en el cual aparecen todos los detalles que preceden, en Madrid, al momento de comenzarse la lidia.

Las mulillas que vuelven galopando al corral de arrastre; los picadores de tanda que corren a ocupar sus puestos; los de reserva que entran de nuevo en el corral de caballos; los matadores que arrojan sus capotes de paseo a los espectadores de su confianza; el vaquero que conduce las reses a la plaza al despuntar el día; el toro 1º que sale disparado del toril y vacila un instante antes de tomar viaje por su salida natural o por la izquierda; todos estos detalles, que constituyen los animadísimos preliminares de la fiesta nacional, surgen vigorosos del lápiz de Perea en nuestro dibujo de hoy, al que ha dado color magníficamente el joven y aventajado artista D. Ubaldo Bordanova«.


33.- Revista nº 2, aparecida el 3/V/1886. Título de la lámina:

“PEPE HILLO Y EL PICADOR ORTEGA”

Este año se ha incluido en la revista una sección titulada, BIBLIOGRAFÍA TAURINA”, que, a nuestra manera de ver, muestra la adicción de su director al goce del bibliófilo. En la revista de que tratamos, la nº 2 del 86, y en la citada sección, se da cuenta de la aparición de un libro anti taurino, y se opina sobre ello.

-«Hemos recibido 2 ejemplares de un opúsculo que con el título: “Las fiestas de toros impugnadas por José Navarrete”, ha sido editado por los Sres. Bueno y García, esmeradamente impreso en casa del Sr. Rubiños».

En la portada aparece el siguiente ingenioso B. L. M. del chispeante revistero de toros de El Liberal:

“Sobaquillo» B. L. M.

al Sr. D. José Navarrete y le participa que, después de leída su impugnación de la fiesta de los toros, hará la defensa de éstas a la mayor brevedad posible, con el auxilio de la Divina Gracia”.

Continúa la sección: -«Por hoy nos limitamos a acusar recibo del trabajo del Sr. Navarrete y dar las gracias, a qui de droit, por su envío.

Poco trabajo habrá de costar a Sobaquillo impugnar las románticas impugnaciones del Sr. Navarrete, lo cual no nos impedirá echar nuestro cuarto a espadas, a su debido tiempo.

El Sr. Navarrete se dirige a Sentimientos, Sobaquillo y Un alguacil, revisteros de El Imparcial, El Liberal y El Globo, respectivamente.

De modo que esta va a ser una verdadera corrida, en la cual los tres populares revisteros citados pueden picar, banderillear y matar al toro literario del Sr. Navarrete, repartiéndose los tres tercios de la lidia.

¿Se nos permitirá actuar como puntilleros? No creemos que llegue el caso, porque el toro es tan claro, y la destreza de los lidiadores tan probada, que la impugnación del Sr. Navarrete no necesitará puntilla: Pero, por si acaso, estamos dispuestos a dársela».


34.- Revista nº 4, aparecida el 17/V/1886. Título de la lámina:

“UN PICADOR REMOLÓN”

NUESTRO DIBUJO

-«El magistral trabajo de Perea que publicamos en el número de hoy, es un cuadro de malas costumbres que los aficionados a las corridas de toros ven en las plazas de España con gran frecuencia.

Sabido es que la suerte de varas está hoy, con contadísimas excepciones, encomendada a toreros de a caballo que Manuel Domínguez habría llamado “María Juye”, como llamaba a los malos matadores de toros. No hay manera de que los picadores entren por derecho, ni por torcido muchas veces, y hace falta capotes por un lado, mono sabios por otro, que llamen a la res y golpeen al caballo, y hace falta también que un alguacil ordene al de aúpa que cumpla con su deber porque así lo ordena el Presidente.

Este es nuestro dibujo, y en él verán nuestros lectores de LA LIDIA, representada con gran verdad y colorido, la escena del picador remolón; es decir, el pan nuestro de cada día del primer tercio«.


35.- Revista nº 18, extraordinaria, aparecida el 23/VIII/1886. Título de la lámina:

“SAN SEBASTIÁN, AÑO 1886”

En la revista aparece una gran lámina con la alegoría de la plaza de toros de la bella Easo, junto a unas niñas jugando en la playa de La Concha y un picador montado en un esbelto caballo. Un artículo – editorial de Antonio Peña y Goñi ocupa la primera página de la revista, en el que se dedica a alabar, y a avalar la estupenda gestión de D. José Arana, empresario donostiarra que lo es también de la plaza de toros de la ciudad. Luego, en las páginas 4ª y 5ª, “Don Jerónimo” (el mismo Peña y Goñi), nos da noticia de cómo se libraron los festejos taurinos en San Sebastián de los días 29 y 30 de agosto del 86 (la corrida del 31 se dará en el siguiente número de La Lidia). Por último, la página final, la 8ª, está ocupada por un gran anuncio sobre las Fiestas en San Sebastián, destacando, además de las 3 corridas de toros, el “Gran Certamen Musical Internacional”, en el que tomarán parte 65 sociedades francesas.

La revista extraordinaria tiene como único artífice literario al inefable Peña y Goñi.


36.- Revista nº 22, aparecida el 20/IX/1886. Título de la lámina:

“¡A LA SUERTE!”

La revista nos regala una bizantina “lección del toreo” con la defensa que “D. Jerónimo” hace de sí mismo, citándose en tercera persona, ante la réplica que otros revisteros (reputados) hacen de su forma de pontificar en el cómo hay que realizar las suertes. Es notoria la soberbia de D. Antonio, la cual tendremos oportunidad de comprobar en próximos años. Esa soberbia el estilo de la que explicaba Calderón, el de la  Barca, no los de la vara: “Pues soberbia será, / de cualquier modo, / querer uno solo / saber más que todos”.

Como en la revista se dice poco de interés (Don Jerónimo sigue de vacaciones en Biarritz desde que terminaron los festejos en San Sebastián hace casi un mes), veamos cómo se comportaron los piconeros en la corrida de la palza de toros de Madrid del 19 de septiembre:

Picaron “CHUCHI” (8), “SASTRE” (4), JUAN CANO (4), “AGUJETAS” (6), “MANITAS” (5), CIRILO MARTÍN (7), “CHATO” (14) y “BADILA” (9). Destacaron “AGUJETAS” y “BADILA”. Los picadores picaron en tanda cada dos toros. 

Los toros pertenecían 4 de ellos a la ganadería de Antonio Hernández, y cobraron 32 varas, dieron 16 caídas y se llevaron por delante a 13 caballos. Los otros 4 fueron de la ganadería de Enrique Salamanca, recibieron 25 varas, dieron 9 caídas y mataron 9 pencos. Un total de 57 varas, 25 caídas y 22 “sardinas” para el arrastre, dan idea de una corrida brava y con poder. 

La lidia de los 8 morlacos corrió a cargo de: “FRASCUELO”, ÁNGEL PASTOR, LUIS MAZZANTINI y MANUEL GARCÍA “EL ESPARTERO”. Las actuaciones de los diestros fueron lucidas, sin demasías, ya que escucharon palmas en todos sus toros


37.- Revista nº 24, aparecida el 4/X/1886. Título de la lámina:

“UN QUITE COLEANDO”

La revista nos muestra una lámina preciosa en la que se ilustra un quite al picador abatido, mientras los matadores se llevan al toro con sus capotes, y aún tirando del rabo al morlaco. La escena es precisa y la composición perfecta; sin embargo la impresión del texto escrito (en nuestro ejemplar, al menos), es tan intensa que traspasa el papel y perjudica la visión de la bella imagen.

El “jefe” de La Lidia explica en su 2ª parte la ejecución de un volapié, que aún ha de completar en una 3ª entrega en el próximo número.

TOROS EN MADRID

En la plaza de la carretera de Aragón se celebró el día 3/X la 16ª corrida de abono, en la que los diestros: “FRASCUELO”, “CARA ANCHA” y MAZZANTINI, mataron toros de Manuel Bañuelos. Picaron de tanda, “CHUCHI” y JUAN TRIGO. En el resumen de la misma, “Don Jerónimo” dice:

-«Con corridas como la de ayer, no hay afición que dure media temporada, ni cuerpo que lo resista.

Los toros de Bañuelos resultaron demasiado honrados, si todos fueran como los lidiados ayer, con el nombre de toros, porque ni su cuerpo ni su alma, si vale hablar así, dejaron adivinar nada que se pareciera a ganado bravo.

Flacos, bastos, sin poder, blandos, repuchándose, extrañándose y asombrándose de todo y de todos en general, dieron al traste con la paciencia del público que estalló al aparecer en escena el 5º choto, y fue causa de que el sexto fuera al corral, arropado por los bueyes.

En suma, una tarde aburridísima que valió a la Empresa fuertes censuras y, en nuestro concepto, muy justas, porque el ganado lidiado ayer no tenía ni aún estampa que fuese digna de la plaza de Madrid».

Sobre la misma corrida leemos en la “biblia” de D. Víctor Pérez López el comportamiento de los burules en varas:

La corrida recibió 36 varas, dio 10 derribos y arrastró 6 caballos. Picaron en tanda “CHUCHI” (19) y JOSÉ TRIGO (16). “PAJARERO” (5) y “AGUJETAS” (1), fueron los reservas.

Observamos que en La Lidia se dice que el picador TRIGO era JUAN, mientras que en nuestra “biblia” se nos dice que JOSÉ. Hecha la comprobación pertinente visitando otras revistas de la época comprobamos, como no podía ser de otra forma, que el TRIGO de las 16 varas atendía al nombre de JOSÉ.


38.- Revista nº 26, aparecida el 18/X/1886. Título de la lámina:

“COGIDA DEL PICADOR CARLOS PUERTO”

La lámina de hoy es original de un eximio pintor de la época, JOSÉ CHAVES, y en ella se refleja la cogida que le produjo la muerte al picador CARLOS PUERTO, que tuvo lugar en la plaza de El Puerto de Santa María el día 25 de junio de 1852. La escena de la cromolitografía la describe Luis Carmena y Millán, aficionado y bibliófilo taurino al que ya alabamos cuando nos referimos a su magna Bibliografía taurina. “Don Jerónimo” ha acabado de ofrecernos en la revista clases magistrales sobre el volapié, 3 sesiones, 3, para explicarnos tan “complicada” técnica, y ha dado paso a la colaboración de escritores y aficionados cabales. Nos cuenta Carmena:

-«Empieza la corrida a las 4 de la tarde en medio de la mayor alegría, y ni los lidiadores ni el ganado defraudan las esperanzas de los espectadores. Lo mismo toreros de a pie como de a caballo bregan con acierto y oportunidad, estimulados por el aprecio que se hace de su trabajo. Van lidiados 4 toros y CARLOS “PUERTO” ha probado con creces a sus paisanos, que no es usurpada su reputación; importante es también la ovación que se le ha tributado.

Salta a la arena el 5º toro, de nombre “Medialuna”, cornialto, de pelo colorado, bermejo, careto, algo salpicado y ojo de perdiz. Sale abanto con muchos pies, consiguiendo parárselos “EL SALAMANQUINO”, con 5 lances de capa, y emprende una faena dura con la gente montada, dejando 6 caballos en la arena a cambio de 9 puyazos. Se aploma un tanto el toro y trata de obligarle “PUERTO” citándole muy en corto.

En este crítico instante, cuando todo el concurso admira la serenidad del lidiador, que se estrecha de un modo magistral con la fiera, el Gobernador civil de la provincia, que en mala hora ha ido a presidir la fiesta, hace una seña enérgica a un salvaguardia para que arree al caballo, y castigado el animal con un fuerte latigazo en los cuartos traseros, se atraviesa delante del toro, que arremete con espantosa violencia, saca de la silla a CARLOS “PUERTO”, llevándoselo clavado en el cuerno derecho, y campaneándolo por espacio de 7 segundos, le arroja con furia sobre la tierra».

Cuenta luego Carmena la indignación del público contra el Gobernador para el que piden venganza voz en grito. CARLOS avanza hacia la enfermería sujetándose los intestinos que pugnan por salirse y exculpa a todos; «Es el destino», dice. A la madrugada murió en la casa de un amigo a la que le llevaron tras la intervención quirúrgica.


39.- Revista nº 27, aparecida el 25/X/1886. Título de la lámina:

“ECHANDO AL TORO POR DELANTE”

Nos anuncia la revista que con este número se ha inaugurado un moderno sistema de cromo – litográfico que suponen que será del agrado de sus favorecedores.

Es, sin duda, un procedimiento excelente que da a las imágenes una vitalidad mayor, y a la obra la dota de una mayor definición y belleza.

Sobre los artículos de la revista destacamos, por curioso, el que firma Federico Mínguez “El tío Capa”, del que reproducimos su comienzo:

LOS TOREROS… HEMBRAS.

Parece mentira que nos hallemos en el último tercio del siglo XIX. Nada está en su lugar; todo el mundo parte por camino distinto del que debe seguir. Decimos esto, ante la aparición de esos astros de la tauromaquia, del género femenino. La Fragosa, La Espartera, La Garbancera, La Servanta, La Navarra, Carmen Lucena y otras y otras que, conceptuando que es igual dar muerte a un berrendo que zurcir un par de calcetines, se han lanzado a los redondeles abrazando una profesión tan impropia del sexo con que la naturaleza las dotó».

Como muestra del artículo es suficiente lo trascrito.         


40.- Revista nº 1, extraordinaria, aparecida el 10/IV/1887. Título de la lámina:

“EL PASEO DE LAS CUADRILLAS”

Da comienzo el año 1887 y la revista abre plaza con el paseíllo de las cuadrillas, una imagen preciosa, y precisa, impresa en el sistema tradicional del cromo; quizás no pudieran imprimirla con el nuevo método que nos anunciaron al final del pasado año. Inician el paseíllo los matadores, “LAGARTIJO”, “FRASCUELO” y MAZZANTINI, seguidos por sus cuadrillas de a pie y, al fondo, los 6 picadores, en línea 5, detrás el otro.

Nos “castiga” Don Jerónimo” con más de 3 hojas de las 4 que de texto tienen las revistas extraordinarias de La Lidia, para contarnos su versión sobre un pleito discursivo que le han presentado un par de seguidores de MAZZANTINI a raíz de un artículo que Don Jerónimo publicó el día 8/XI/86 en La Lidia sobre el elgoibartarra, titulado: “Un revolucionario”. El escrito de un aficionado de La Habana, ciudad a la que partió MAZZANTINI dos días después de aparecer el artículo, defiende al torero y ataca de firme al escribidor, retándole a respuestas y justificaciones. 

La verdad es que en estas diatribas se perdió mucho el excelente escritor easonense durante su etapa en La Lidia, dado su talante guerrero y su ya citado sentido de la elemental soberbia calderoniana. Su gran conocimiento del toreo y de su cultura, se eclipsa un tanto por su demasiado protagonismo. En la última página de este número de La Lidia, con grandes letras en negrita se anuncia una noticia de última hora:

“No sabemos con que objeto se propaló ayer por Madrid la noticia de que había un lance personal pendiente entre nuestro director D Antonio Peña y Goñi y el Sr. D. Luis Mazzantini y Eguía. Desmentimos en absoluto este rumor del cual consideraciones de delicadeza nos impiden ocuparnos con más detalles”.


41.- Revista nº 6, aparecida el 9/V/1887. Título de la lámina:

“EN EL CORRAL DE CABALLOS”

Un precioso dibujo ilustra la revista de hoy, en el que aparece una escena de ejercicio de entrenamiento que, hasta hace muy pocos años venía realizándose en los patios de caballos de las plazas de toros. No dudo de que en alguna siga haciéndose. A nosotros nos recuerda aquellas confesiones que el gran picador Raimundo Rodríguez (y no solo él), nos hacía allá en los años 70 del pasado siglo, y que luego nos relató para que confeccionásemos con sus recuerdos, escritos y verbales, aquel delicioso librito intitulado: “La suerte de varas hecha y dicha por Raimundo Rodríguez”, editado por Temple, en el 2012, un mes antes de la muerte del artista de la vara, que fuera Raimundo, ganador de 3 premios de la prestigiosa peña “El Puyazo”.

El recuerdo de cómo el picador debía estar siempre en forma, tanto en lo físico como en lo psíquico; y que la técnica debía ejercitase de continuo para conseguir estar en la plaza “como se debe de estar delante de un toro”. Muchas veces nos habló de los entrenamientos, de la certeza en el lanzamiento de la vara; de la colocación de la puya para evitar ser desmontado por el ímpetu del empuje del toro que lleva ventaja cuando el picador no ha acertado… “Perdone, Sr. Caballo”, rogaba el gran piquero de Zarzalejos, Madrid, cuando su poca habilidad había provocado la caída del caballo. Un gran picador y un eximio caballero.

Mientras, en la revista, con el título: EL ESCÁNDALO, Don Jerónimo sigue haciendo amigos con una crítica dura sobre MAZZANTINI, por haber increpado a unos salvajes del tendido 4 que habían tirado al ruedo todo tipo de objetos y frutas, porque el torero vasco se dirigió a ellos con vehemencia en su crítica acercándose al tendido. La corrida, con toros de Cámara, fue lidiada el día 8/V, y no el 9 como dice la crónica, y la mataron: “LAGARTIJO”, “FRASCUELO” y MAZZANTINI. Los picadores de tanda fueron: CIRILO MARTÍN (21) y “EL ARTILLERO” (20).


42.- Revista nº 7, aparecida el 16/V/1887. Título de la lámina:

¡DURO!

Nos llama la atención una curiosa noticia que aparece en esta revista y que la proporciona un suscriptor:

<La suerte entre dos o al alimón, no se ha hecho en la plaza nueva de Madrid hasta que la ejecutaron “LAGARTIJO” y “GUERRITA” el jueves último. En la plaza vieja la hicieron “CÚCHARES” y “EL CHICLANERO” para sellar las paces, después de su famosa competencia. En la colección de La Lidia del año pasado se halla un cromo que representa la suerte.

Ni “Pepe-Hillo” ni Montes hablan de ella en sus Tratados de Tauromaquia>.

Respecto a la corrida celebrada el día de San Isidro, “Don Jerónimo” nos regala una crónica francamente deprimente; habla de una mala tarde, de mucho frío y mucho viento, mientras que otras crónicas nos informan de una tarde buena…

Y sigue pesimista, preguntándose ¿para qué he de hablar de tanta cosa mala? Sobre la Suerte de varas, nos dice:

“¿Para que sutilizar juicios críticos respecto al picador “Badila”? ¿Para hacer constar que mostró mucho coraje con un toro bravo, pero sin empuje, cual lo fue el 6º después de hacernos ver su gallarda personalidad en albo caballo moribundo, sin querer arrimarse a otros bichos que derribaban de verdad y de verdad pegaban?”

Otras informaciones nos dicen que, JOSÉ TRIGO puso 17 puyazos; MANUEL CALDERÓN, 12; “BADILA”, 7; “CANALES”, 4. Y que el más destaco de la tarde fue TRIGO


43.- Revista nº 8, aparecida el 23/V/1887. Título de la lámina:

“EL TORO ¨JAQUETÓN¨”

“Jaquetón”, cárdeno, cornicorto, delantero de cuerna y sacudido de carnes; lidiado en cuarto lugar, arremetió a los caballos con bravura desmedida y tomó 9 varas; la 1ª de Sastre, al que derribó y mató su caballo; la 2ª de Fuentes, lo derribó y mató su caballo; la 3ª de Sastre, lo derribó y mató al caballo; la 4ª de Canales, y fue al suelo; la 5ª de Manitas, le derribó y mato su caballo; 6ª y 7ª de Fuentes, y pierde el penco; 8ª de Canales, también derribó y dejó moribundo al penco; 9ª de Manitas, que derribó y dejo malherido al caballo; hace el quite Ángel Pastor y tropieza con el caballo de Canales y cae, el toro hace por el caballo y éste le da una fuerte coz en la cara.

Jaquetón se irguió con violencia víctima de una conmoción, con la cabeza entre las manos. El público pidió la vuelta del toro a los corrales; salieron los mansos, pero el toro no podía moverse y tuvo que ser descabellado por “Currito”. La ovación en el arrastre fue la más grande dada a un toro en esta plaza”.

Un largo poema de Mariano del Todo y Herrero, termina así:

… Absorta la plaza entera / ve cómo al dolor la fiera / su altiva cerviz humilla, / e impide que la cuadrilla / se aproxime tan siquiera / a Jaquetón, que abatido, / descoyuntado, rendido, / loco de rabia y de pena, / cae al fin sobre la arena / muerto, sí, más no vencido.

Al arrastrar los despojos / de tan soberbio animal, / con cariño hacia el corral, / le siguen todos los ojos: / y un aplauso general / resuena en la inmensa plaza, como tributo elocuente / al toro hermoso y valiente, / de su fina y noble raza, ejemplar sobresaliente.

Dado nuestro paisanaje con el bravo, plácenos alargarnos en la reseña de esta lámina

La corrida de D. Agustín Solís debutaba en Madrid ese día; provenía de la del Marqués de Salas, y pastaba en fincas trujillanas. “CURRITO”, “FRASCUELO” y ÁNGEL PASTOR fueron sus lidiadores. La tarde fue buena y la entrada de lleno. Los toros tomaron 48 varas, dieron 20 caídas y finiquitaron la vida de 20 pencos.

La cabeza de “Jaquetón” la tuvo nuestra amiga Pepita Varela en el salón de su casa donde la colocó su padre, Manuel Varela tras comprársela al “Cura Solís”, D. Ángel. Más tarde fue a parar a una finca de Dª. Elisa Navarro, donde reposa. Nuestro Club Taurino Trujillano hizo lo imposible para que dicha cabeza pudiera ser admirada por los aficionados, pero nada se consiguió a pesar de las buenas y continuadas gestiones que sobre el asunto realizó su presidente, D. Luis Pino. Quizás sea mejor así, pues el trapío del animal no tiene nada que ver con su excelsa bravura; quizá el recuerdo sea más imponente sin la visión de su poco armada cabeza y su no muy admirable figura…


44.- Revista nº 24, aparecida el 12/IX/1887. Título de la lámina:

“PICADOR CITANDO A UN TORO TARDO”

Observamos un cambio importante en la revista respecto a los colaboradores de la misma. Hasta entonces, y dígolo con la mejor intención, el interés por la adquisición de un ejemplar de La Lidia era la de disfrutar de la belleza del cromo que en ella se insertaba. Cada día se publicaban en España unas 27 revistas taurinas diferentes, además de que en los periódicos de la época era común ofrecer el resultado de los festejos taurinos celebrados en los más importantes cosos españoles. La Lidia ofrecía esas informaciones al mismo nivel de calidad e intensidad que las demás revistas, pero su cromo era claramente diferenciador. 

A partir de ahora, con la colaboración de Carmena, Thebussem, Sánchez de Neira, Mariano de Cavia “Sobaquillo”, etc, la revista adquirió, además del interés por el cromo, otro, no menos importante, por la calidad de los escritos de sus colaboradores. Así se cumplía una premonición que hiciera el Dr. Thebussem a Luis Carmena, tras admirar su obra sobre la bibliográfica taurina, de que de toros escribirían en el futuro las mejores plumas de España*.

En esta revista aparece una carta de Thebussem a Carmena, ausente en nuestra colección de escritos del poliédrico Doctor, en la que rememora el artículo publicado en el nº 19, página 5, de fecha 8/VIII/87, titulado: Toreros burocráticos, escrito por Carmena, y lo contesta con una erudita relación sobre el tema en el que acoge las relativas a los más famosos toreros del siglo XVIII. Esta carta haría la nº 174/175, inclusa entre ellas, ya que tenemos la del 29/VIII y la del 14/IX. Suponemos que en la colección que disponía Carmena en sus archivos, y que nosotros adquirimos en su día, no estaba ésta por haber sido llevada por Luis Carmena a la redacción de La Lidia para su reproducción. 

Para dar un chispazo sobre la personalidad del Dr. Thebussem, trascribimos la posdata del escrito en cuestión, que emite el Doctor desde su residencia de Medina Sidonia:

<Los periódicos hablan de gran calor que ahí sienten ustedes, y que tu carta confirma. ¡No es mala ración la de 42 grados! Aquí, en estas casas morunas, con sus patios empedrados de lustrosas guijas, sus naranjos, hiedras y arranes, su toldo y su aljofifa diaria, no pasa la temperatura de 23 grados. Une a esto el baño, el vestido de lienzo y el gazpacho con agua fresca del aljibe, y tendrás explicada la frialdad de la presente misiva, con la cual pretendo obsequiarte y quizá consiga afligirte tu amigo, 

EL DOSTOR THEBUSSEM,

Cartero Honorario de España.

*Ver: “El poliédrico Dr. Thebussem”, editado por la Unión de Bibliófilos Taurinos, año, 2010.   


45.- Revista nº 5, aparecida el 30/IV/1888. Título de la lámina:

“UN TORO DE CABEZA”

Don Jerónimo fustiga, con razón, al chovinista público sevillano por su comportamiento con los toreros foráneos, y por sus múltiples altercados pos corridas. Tras reproducir un artículo de “El Liberal” del 24 de abril, pregunta:

-«¿Qué se proponen los sevillanos con esas atrocidades; cerrar la plaza a todo matador de toros que no sea indígena? Pues en tal caso, yerran la cuenta y deben convencerse de que son contraproducentes todas sus algaradas.

La prueba es que GUERRITA no ha necesitado más que torear como el sabe y puede para despertar en el público grandísimo entusiasmo y castigar de ese modo digno y noble las salvajadas de que ha sido objeto el joven y arrojado torero cordobés. (…)».

El artículo daba cuenta del desalojo del Café Suizo tras un altercado derivado de la discusión sobre la actuación de Guerrita, que luego continuó en la calle. “… a costa de atropellos, caídas, contusiones y rotura general de vasos, tazas, botellas y cuanto había rompedizo, calculándose en mil duros el valor de los destrozos”. Y fulmina: “Para esta corrida se vendieron 4.000 billetes más que las personas que humanamente caben en la plaza de toros, lo cual movió a una imponente masa de hombres exaltados, y en amenazante actitud a reclamar la devolución de su importe, que ordenó la autoridad después de insultada y escarnecida”.

Sobre los picadores que actuaron en Madrid en la 4ª de abono del día 29/IV, dice la revista: “Por excepción milagrosa hay que aplaudir al Sastre y al Salguero, que estaban de tanda y picaron con una conciencia a que no estamos acostumbrados. El Sastre, sobre todo, oyó aplausos picando muy bien al último toro. Fue retirado a la enfermería con una lesión, al parecer leve”.


46.- Revista nº 7, aparecida el 14/V/1888. Título de la lámina:

“UNA VARA REBRINCANDO”

Una preciosa pintura de Daniel Perea, iluminada por Giménez, nos deleita en esta revista. Del texto de Peña y Goñi apenas podemos extraer alguna cosa que merezca la pena más allá del resultado de los festejos celebrados durante la semana, incluido el de la plaza de Madrid, el 6º de abono del día 13/V, en el que los picadores: 

-“Salguero y José Calderón entonaron la cantata nº 25, que ya conocen nuestros lectores”.

Se divierte Don. Jerónimo contándonos un chascarrillo referente a la acusación de venal que recibió el revistero (director, escritor, musicólogo…), “comprado” por Frascuelo por 10.000 reales al mes. Y que como este año 88 no va a torear en la Corte el de Churriana de la Vega, ha de sobornar el revistero a ”Lagartijo” para poder nivelar su economía familiar. En la resolución del ficticio acuerdo rellenó el donostiarra una página de la revista, que por cierto, cada una de ellas tienen  una gran cabida, ya que están impresas en letras pequeñísimas, que no sé como van a dejar mis cansados ojos. (He de fotografiar los textos para poder leerlos ampliados en la pantalla del teléfono, ya que de la revista resulta, a veces, imposible hacerlo, Y echo de menos otro ordenador de mi despacho, al que no puedo acceder por el confinamiento, con el que esta traslación de textos me sería más leve).


47.- Revista nº 17, aparecida el 23/VII/1888. Título de la lámina:

“UNA VARA RECARGANDO”

Se ofrece en este número una estadística sobre los “accidentes” ocurridos en la plaza de Madrid durante la temporada del 1887. La 1ª entrega de “Estadísisticas” de la revista, aparecida en el nº anterior, se refería a la “Temporada primera del presente año taurino (primer abono, del 8/IV al 8/VII), y trataba de los festejos celebrados, de los matadores y de las fichas correspondientes. Ésta que nos ocupa es la que nos informa sobre los heridos habidos en los 14 festejos del periodo. Veamos lo referente a los picadores y el porcentaje que suponen sobre el total de incidentes:

MES DE ABRIL:

Día 15.- “Prusiano”, nº 22, toro de Arribas, jugado en 5º lugar, causa al banderillero José Martínez “Pito”, una herida en la región glútea izquierda.

Día 22.- “Codorniz”, de D. Juan Vázquez, atropella al espada “Lagartijo” y voltea al “Guerrita” al darle un pase.

Día 29.- “Escribano, 6º, de Gallardo, ocasiona al picador Manuel Pérez “El Sastre”, una herida en el dorso del pie derecho.

MES DE MAYO:

Día 27.- El 3º, llamado “Lomudo”, de Nandín, coge al banderillero Joaquín Menasalva “Barberillo”, causándole un puntazo en el muslo derecho. El 4º, “Camellito”, causa varias lesiones al picador Matías Uceta “Colita”; y el 5º, “Sombrerero”, al picador José Calderón y al banderillero Francisco Sánchez “Curriache”.

MES DE JUNIO:

Día 3.- “Garapelo”, de Joaquín Pérez de la Concha, causa al picador Juan Román Caro una conmoción que degenera en ataque cerebral. “Calzadillo”, 2º de la corrida, voltea al espada José Campos “Cara Ancha”, al dar un pase de muleta.

Día 8.- “Cuestiones”, toro de la ganadería de Sarga, ocasiona al picador Francisco Fuentes la fractura de la clavícula izquierda, y coge y voltea al banderillero José Malaver “ Mellao”, que resulta con una herida de alguna gravedad en la región superior y posterior del muslo izquierdo. Derriba el sexto al puntillero Alones.

Día 10.- “Cotorro”, de Miura, coge, suspende y voltea a “Cara Ancha” al darle un pase de muleta, después de un pinchazo, saliendo ileso milagrosamente.

MES DE JULIO:

Día 1º.- “Hornero”, nº 59 de la ganadería de Orozco, da un varetazo en el pecho al picador Miguel Salguero; “Alcahueto”, ocasiona una herida en la cabeza al picador Zafra; y “Barquero”, lastima en la nariz al picador “Canales”.

Día 8.- “Perindolo”, de Manuel Bañuelos, lidiado en 5º lugar, da un varetazo en el brazo derecho al espada “Currito”, que le obliga a pasar por enfermería.

El 45% de los accidentes lo sufrieron los picadores, 18 en 14 festejos. Los banderilleros 4 cogidas, el 22%; los espadas 5, el 28%; y una más un puntillero, 5% del total. 

La copilación corre a cargo de Leopoldo Vázquez y Rodríguez, periodista y escritor taurino, fundador de la revista, “El tío Jindama»; director de El Enano, de El arte de la Lidia, etc.


48.- Revista nº 21, aparecida el 20/VIII/1888. Título de la lámina:

“D. PEDRO YUSTE DE LA TORRE 1776 / 1824”

(Figura en la revista la fecha de 1726 como la del nacimiento del caballero, siendo la verdadera la de 1776, hecho que aclara el Dr. Thebussem en este número de LA LIDIA con un maravilloso artículo, uno de los mejores que del tema taurino escribiera).

Además de demostrar D. Mariano Pardo  de Figueroa la nascencia del Sr. Yuste de la Torre en fecha y lugar, Arcos de la Frontera, nos relata la singular historia del que siendo joven se diera al goce de la fiesta taurina, al rejoneo primero y luego al de ser picador. De familia señorial establecida en Arcos desde el siglo XVI, cortejó a una joven del clan rival; amor que fue prohibido por la familia de la joven, que a más de la rivalidad esgrimiera la baja afición del pretendiente a picar toros. Para evitar el amor entre los jóvenes la familia internó a ella en un convento, después de que Pedro Yuste se batiera, venciera y perdonara la vida a un hermano de la joven que lo había retado. A ruegos de ésta, D. Pedro la raptó y la dejó a la custodia de unos de sus parientes. Perseguido por la justicia fue capturado y tras juicio, en el que contó con la ayuda de alta dama, fue sentenciado al destierro en Ceuta por 5 años . Allá, tras huir al mundo árabe, cultivó su afición al caballo, donde destacó por sus habilidades en el rejoneo, y por ello fue agraciado con la amistad del Emperador de Marruecos. Acompañó a una comisión morisca que vino a España para hacer un regalo de caballos árabes a Carlos IV, y en la fiesta de toros que se celebró en Madrid, en la que participó Yuste, interpretó una serie de suertes taurinas que a todos sorprendieron pensando que las realizaba un moro, pues de esa guisa iba vestido. Dada a conocer su identidad, celebrada su hazaña y valído por la Condesa de Benavente, quién pidió y obtuvo el que se le concediera el indulto, fue recibido por la dama que le rogó que se comprara un par de trajes cristianos de torear, para lo que acompañó una bolsa con onzas de oro.

Como esta deliciosa historia, D. Mariano nos regalaría en La Lidia un ramillete, todas formativas y festivas, reales; de las que se gusta disfrutar en las lectura.

(El dibujo es otra vez obra de José de Chaves, la iluminación de Giménez).


49.- Revista nº 4, aparecida el 6/V/1889. Título de la lámina:

“COGIDA DEL PICADOR JUAN ROMÁN CARO. SEVILLA 1888”

Del festejo 3º de abono celebrado en Madrid el día 5/V, en lo referente a la Suerte de varas nos refiere la revista en crónica de Don Candido*:

LOS PICADORES

-«Merece especial mención por lo tumbón y marrullero Pepe Calderón, que consiguió no entrar en suerte aún estando de primer reserva. De los demás, colocaron buenos puyazos Fuentes, Cirilo y Pegote, y trabajó con alguna fe el sustituto de Coca, que por cierto salió lastimado del brazo izquierdo.

Han tomado los toros 42 varas, han dado 11 caídas y matado 10 caballos».

En la revista de la semana siguientes se nos ofrecen datos sobre el cromo de la cogida y muerte del picador Juan Román “Caro”, y se excusa el redactor del poco espació que en aquella hubo. En síntesis, pues es muy larga la noticia, dice que: “El 17 de noviembre en el tentadero que había en la finca del marqués de Saltillo, sita en Isla Menor, Sevilla, el primer becerro sacado al rodeo, “Dudoso” de nombre y con dos años, cárdeno oscuro, entrepelao, bien puesto y cornicorto, arremetió contra el caballo que montaba “Caro” aún después de tomar 3 puyazos, dándole un derrote en el estribo que motivó que el picador saliese botado de su montura por el lado izquierdo cayese de espaldas. El ruido provocado por la mona en la caída llamó la atención del “saltillo” que se ensañó con el piquero infiriéndole una terrible cornada en la parte inferior derecha del vientre que provocó la salida de los intestinos, antes de que los allí presente pudieran llegara ayudar al malogrado piquero. La muerte le sobrevino 15 días después, el 1 de diciembre.  

*¿Saben quién es “Don Cándido”? Pues Don Jerónimo, El Caminante, El Tío Jilena, La señá Pascuala, La seña Toríbia, El Caminante… O sea, D. Antonio Peña y Goñi. 


50.- Revista nº 5, aparecida el 13/V/1889. Título de la lámina:

“EL PICADOR ¨CHARPA¨ PONIENDO BANDERILLAS”

“Suerte ejecutada más de una vez por el famoso piquero en la plaza de Sevilla. La dificultad en practicarla, y el modo excepcional de conseguirlo, se comprenderá sin esfuerzo, teniendo en cuenta el pesado atavío de los toreros de a caballo, que contrarrestan por completo la soltura necesaria para el segundo tercio de la lidia; a pesar de lo cual, Charpa la consuma en ocasiones, demostrando en ello sus grandes conocimientos taurómacos”. 

Me intriga el uso variado de seudónimo de los que se sirvió Peña y Goñi para firmar sus artículos. Llego a comprender que utilizara uno diferente para cada una de las revistas que dirigió, e incluso en la autoría de sus libros (que normalmente firmó con su nombre; no todos), pero que en la misma revista, incluso con el mismo cargo de director firmase con diferentes, no me lo llego a explicar.

Ya La Lidia tiene varios magníficos colaboradores que firman con seudónimos como Mariano de Cavia “Sobaquillo” o Luis Carmena y Millán que es “Mariano del Todo y Herrero”; “El Tío Capa”, etc., pero esa variación continuada me sorprende (y me hace recordar a aquel que se dejó barba porque debía mucha pasta, y que se la quitó cuando llegó a deber más con ella que lampiño).


51.- Revista nº 29, aparecida el 25/X/1889. Título de la lámina:

“ENTRE CUERO Y CARNE”

“Frecuente es, por desgracia; tan frecuente, que apenas si trascurre corrida sin que suceda el que se estropee un toro al encontrase por largo rato con la garrocha envainada entre cuero y carne. 

Son tan escasos actualmente los buenos picadores, y reúnen los que hay, por punto general, tan limitadas condiciones para desempeñar a satisfacción su cometido, que lo que antes rara vez acontecía, lo tenemos hoy a diario. 

Es indudable que la ejecución del primer tercio depende en gran parte el que las reses lleguen a los dos restantes en mejores o peores condiciones para originar una bonita lidia o una desastrosa brega. No necesitamos, pues, insistir en demostrar la importancia que entraña la suerte de vara como principio y norma de la faena subsiguiente.

Más como quiera que estas reflexiones no cruzan por las mentes de la caballería taurina, hánse dado hace ya algún tiempo a pinchar y rajar de tal modo, que no hay animal, por codicioso y duro que sea, que resista tal sistema.

Lo mismo es ver un toro que pega y acomete con bravura , que rasgarle la piel en una paletilla o dejarle atravesad la pica en la forma que representa el cromo que acompaña al presente número. Un bicho así tan torpemente castigado, se recela y huye de la suerte, dificultando el éxito del trabajo restante. Y causando disgusto en los matadores por los mayores obstáculos que tienen que vencer para su muerte, y en el público por lo deslucido y prolongado que suele resultar el acto.

Algunas veces la concurrencia se venga de la impericia de los piqueros con expresivos epítetos y arrojándoles naranjas y otros objetos, a más de pedir a gritos la desaparición del culpable; pero esa explosión de desagrado suele ser pasajera, y en la siguiente corrida es fácil ver repetido el mismo accidente”


52.- Revista nº 5, aparecida el 5/V/1890. Título de la lámina:

“UN MARRONAZO”

Dos festejos celebrados en Madrid nos relata la revista que nos ocupa, el del viernes 2 y el del domingo 4 mayo. El primero es comentado por J. Sánchez de Neira, el 2º por “Don Cándido”.

El 2 de mayo torearon “LAGARTIJO” y “GUERRITA”, toros de “el Saltillo”. Sólo dos perlas de lo que dice Sánchez de Neira sobre los matadores: 

-“Lagartijo” estuvo bueno en el 1º, detestable en el 3º y muy bueno en el 5º. El presidente le exigió que recogiera muleta y espada que había tirado desesperado por el miedo que cogió al “saltillo” 3º.

-“Guerrita” es valiente, pero muy atolondrado.

Sobre los picadores nos cuenta Sánchez de Neira:

-“Los banderilleros, en general malos de verdad, pero consuélense, que todavía estuvieron peor los picadores yendo a la suerte atravesados, nadando sin necesidad y congregándose en montón, sin saber ninguno dónde estaba. Aquello fue un barullo en diversas ocasiones, haciendo cada uno lo que quería, incluso los mono sabios, y ninguno quería, sabía, ni entendía nada bueno. ¡Ay que dirección de Plaza tan desdichada!

“Don Cándido”, sobre los picadores:

-“Pegote” más flojo que de costumbre y no reuniéndose con la perfección que en tardes anteriores hemos visto con gusto. Por su voluntad ”Telillas”, y por lo destestable el servicio de caballos, que originó varias veces unos líos espantosos, y que en otras no disponía de un rocinante en aceptables condiciones. Y concluye: 

-La tarde fresca; la Presidencia pesada y la entrada floja.


53.- Revista nº 12, aparecida el 23/VI/1890. Título de la lámina:

“BADILA PAREANDO A CABALLO”

LOS TOROS DE LA TIERRA, es el nostálgico título del artículo con el que J. Sánchez de Neira se acuerda de los toros madrileños:

-«¿Qué se hicieron de aquellos famosos toros criados en la sierra de Colmenar Viejo, que al aparecer en el ruedo de los Circos taurinos hacían temblar las chorreras de los toreros más valientes que entonces vestían de moños? ¿A dónde han ido a parar las soberbias castas de Hernán Chivato, Elías Gómez, Manuel Aleas y Juan José Fuentes, que, con otras, fueron el terror de la gente de pelo trenzado? Aquel alto renombre de los toros grandes, bastos y cornalones que se revolvían en un palmo de terreno, girando sobre las patas como gira una  veleta impelida por el aire ¿dónde está?

Camino llevan de desaparecer los restos que de tales castas quedan, a juzgar por los resultados que han dada los toros lidiados en Madrid los días 8 y 15 del presente junio…«

Un artículo delicioso que incluyó pareados célebres sobre las ganaderías, sobre todas, lo que parece indicar que no eran tiempos de unánime criterio ganadero; ni de público ni de coletas.

-Toros de Hidalgo Barquero / ¡que devuelvan el dinero!

-Si dan toros de Manuel Aleas, / poco pierdes aunque no los veas.

-Los toritos de Veragua / como el agua blandos son.

-De los toros del Marqués / libéranos domi né. (Saltillo).

Y al hablar de tamaños recuerda: 

-«El toro es una arca cerrada de la cual no se sabe qué puede salir. Pequeño y feo era el “Jaquetón”, de Salas, que tan gran faena hizo en el año 1887; y hermoso, grande y bien puesto el “Recorto”, de Gómez, que fue quemado hace 15 días».

El domingo 22, en Madrid, torearon una corrida extraordinaria “GUERRITA” y ANTONIO MORENO “LAGARTIJILLO», con toros de Anastasio Martín. Por causas que no pudieron explicar los responsables, la corrida de abono nº 11 se transformó en extraordinaria; el resultado fue una entrada muy floja y una crítica muy gorda. En el primer tercio no se destacó ningún piquero, y los números de su trabajo fueron: 49 puyazos, 25 caídas y 12 pencos arrastrados. 


54.- Revista nº 13, aparecida el 30/VI/1890. Título de la lámina:

“CAMINO DE LA PLAZA”

Siempre tan ocurrente y didáctico, Sánchez de Neira nos refiere en esta revista un hecho desconocido, para mí al menos, y es que por una carta que recibió en su día fue informado de que RAFAEL MOLINA “LAGARTIJO” había matado recibiendo un día, algo inaudito ya que no lo hizo jamás… en España, desde que recibiera la alternativa en la plaza de San Nicasio de la inmarcesible ciudad de Úbeda el 29/IX/1865. La carta decía:

 “Hemos visto en París lo que jamás vieron ustedes en España. Rafael, después de una faena lucidísima, compuesta de seis naturales, tres superiores en redondo y tres cambiando los terrenos, ¡¡citó a RECIBIR!! Como el toro fuese tardo en responder, el maestro quiso aguantar: y aunque no aguantó ni recibió y la estocada que señaló fue algo tendida, el público recompensó sus buenos deseos con una grande ovación”. 

De la 12ª del abono de Madrid, que de nuevo reunía a “GUERRITA” y “LAGARTIJILLO”, en ésta para matar toros de “Benjumea (“ni buenos ni malos”), se nos dice que recibieron 53 varas, derribaron en 25 ocasiones y arrastraron 13 caballos. Picaron: MANUEL CALDERÓN, MANUEL FUENTES, JUAN “DE LOS GALLOS”, FIGUEROA y “CALESERO”; este último, “… mojando y mal”.


55.- Revista nº 19, aparecida el 11/VIII/1890. Título de la lámina:

“MANUEL PÉREZ ¨EL SASTRE¨”

Manuel Pérez, apodado el Sastre, porque a este oficio estuvo dedicado, es un picador de voluntad, que pica bien, y que empezó su carrera en novilladas el año 1876. Nació en 17 de junio de 1858, y es natural de Torrejón de Velasco, en esta provincia, e hijo de Juan y de Eladia López. Ha trabajado con aceptación en muchas Plazas de España, en Montevideo, en Méjico y en La Habana, con las cuadrillas de Lagartijo, Frascuelo, Cara Ancha, Ángel Pastor, Mazzantini y otros, y sus humanitarios sentimientos le han hecho tomar parte en muchas funciones benéficas sin retribución alguna y sin temor a cogidas, de las cuales en más de una ocasión ha sufrido valientemente sus consecuencias. Asistió al festival organizado en París para socorrer a los perjudicados en las tristemente célebres inundaciones de Alicante, Murcia y Almería.

Alternó en tanda por primera vez en corridas formales con Juan Trigo, en la 17ª de abono verificada en Madrid el 12 de septiembre de 1883, y en la actualidad, con la cuadrilla que trabaja más constantemente es con la de Ángel Pastor».

Las corridas de Alicante, que se relatan en esta revista, tuvieron a ÁNGEL PASTOR, ”GALLITO” y “EL ESPARTERO” como protagonistas, que mataron ganado de Ibarra la 1ª tarde, y de Cámara la 2ª. Sobre la Suerte de varas destaca esta noticia:

-“Uno de los mejores lances de dichas corridas fue un hermoso puyazo que Agujetas dio al segundo toro de la segunda corrida. Entró sobre corto, afianzó la garrocha sobre el morrillo, en el que llevaba prendido un palo que el expresado picador había dejado roto anteriormente, y desde muy pasados los tercios llegaron a las tablas en grupo compacto picador, caballo y toro en una magnífica colocación; allí faltaron patas al caballo; éste calló, teniendo Manuel que abandonar la garrocha; entonces cogió el resto de vara que el toro llevaba prendida. Y se levantó entre los más ruidosos aplausos del entusiasmado público”.


56.- Revista nº 26, aparecida el 29/IX/1890. Título de la lámina:

“TOROS EN PARÍS: BADILA PAREANDO”

Luis Carmena y Millán “Mariano del Todo y Herrero”, nos da la letra a la imagen de nuestro cromo del día.

-“Entre los escasos episodios dignos de mencionarse a que han dado lugar las seudo-corridas de París, figura el que está representado por nuestra lámina del presente número.

Verdaderamente, deberíamos titularle con más exactitud “Badila» intentando parear, pues aunque este diestro fue el promotor del suceso, no consumó la suerte, realzándola con mayor éxito otro picador, su compañero de cuadrilla.

Fue el caso en la course, novillada o como quiera calificarse, correspondiente al día 18 de junio del presente año. Según el discreto corresponsal de un periódico taurino, al ir a banderillear el 2º toro, José Bayard (Badila) saltó al redondel y pidió permiso para verificarlo, que le fue concedido por el Presidente, contra el parecer, por lo visto de su matador MAZZANTINI, que se apresuró a cogerle los rehiletes, arrojándoselos a alguna distancia.

Determinación semejante produjo en el público la consiguiente agitación, que aplaudió o censuró, según su manera de ver las cosas, haciéndose desde aquel momento la lidia un tanto irregular, hasta el punto de retirar apresuradamente el toro, y dejar por gran rato que siguiera campando a sus anchas por la circunferencia, mientras las cuadrillas discutían acaloradamente entre barrera lo acaecido.

Por fin, en el entreacto que divide en la capital de Francia las funciones taurinas, y que, dicho sea de paso, creemos que también sería conveniente en nuestra Plaza, debieron mediar negociaciones para suavizar las asperezas surgidas, e indudablemente se llegó a un acuerdo, puesto que en el toro siguiente Mazzantini y Badila volvieron a solicitar el permiso para que éste pareara, que, como la vez anterior se le otorgó.

El picador entonces con las banderillas en la mano, solicitó el toro cerca de los tableros, citó al cambio, y acudiendo el bicho con ligereza, le atropelló contra la barrera, metiendo oportunamente Lagartijo el capote, gracias a lo que, y a llevar el animal los cuernos reglamentariamente embolados, Badila salió ileso del achuchón. 

Tal resultado hubiese retraído a prudentemente a cualquiera de lucir sus habilidades, sin embargo, el otro picador de Mazzantini, Manuel Rodríguez “Cantares”, no quiso ser menos que su compañero, y tomando también los palos, salió a los medios, citó a la res, y, cambiando, dejó un buen par, que le valió grandes aplausos de toda la concurrencia.

Esta es la explicación detallada de esa incidencia de la lidia, en que se ha inspirado el dibujante en el trabajo que presentamos a nuestros favorecedores».

M. DEL T. Y H.


57.- Revista nº 29, aparecida el 20/X/1890. Título de la lámina:

“EL TORO ¨RELIGIOSO¨ DE IBARRA”

El toro “Religioso” fue uno de los toros de Eduardo Ibarra de los que se lidiaron en Alicante los días 2 y 3 de agosto. Su raro comportamiento en los corrales presagió que sería un toro manso; se instaló en un rincón y estuvo los 3 días de su encierro apartado de sus hermanos. Se dejaba citar de cerca sin inmutarse; en fin, todos creyeron que no serviría en la corrida. A pesar de que se oía que el ganadero había puesto muchas esperanzas en el comportamiento del toro.

-“Se abrieron por sexta vez los chiqueros, y asomó nuestro bicho, grande, cárdeno, casi negro, apretado y adelantado de cuerna, quedándose parado a la puerta del toril. Flameó el capote uno de los chicos, se encampanó la fiera, arrancó detrás de él, y fijándose en los picadores, cambió el viaje, y liándose con ellos, tomó 12 varas recargando, propinó una caída por vara, y se cebó en los caballos matando cuatro y mal hiriendo a otros dos, llegando noble a banderillas y muerte, que se la dio “El Espartero” de dos medias estocadas aceptables.

Dignos de reproducción fueron, pues, los dos notables aspectos del toro “Religioso”, tan pacienzudo y sociable en los corrales como bravísimo en la pelea; y esto es lo que ha llevado a cabo el joven dibujante y pintor alicantino D. Vicente Bañuls, poniendo de manifiesto sus excepcionales dotes en el cromo que damos a la publicidad, que si bien retocado en algunos ligeros detalles por la mano experta de Perea, conserva toda la energía y vigor que le imprimió el artista, llamado a obtener legítimos lauros en la carrera que está empezando”.

M. DEL TODO Y HERRERO


58.- Revista nº 30, aparecida el 27/X/1890. Título de la lámina:

“POR LA DIVISA”

Echo de menos que la revista no nos explique “NUESTRO DIBUJO”, como lo hace a menudo, pues sería curioso dotar este texto de una explicación sobre esa exhibición de valentía que regalaban al respetable los picadores en algunas ocasiones. La imagen de llegar al morrillo y arrebatar la divisa al morlaco, metiendo el caballo por los adentros, siendo éste un rocín de poca doma y menos capacidades físicas, se me antoja proeza muy apreciada por el aficionado. En otros textos hemos leído sobre esta suerte en los que se loaba el valor y la habilidad de los piqueros que la realizaban.

TOROS EN MADRID, nos informa sobre una corrida extraordinaria, cumplida ya la última corrida de abono de la temporada:

-“Terminadas las de abono / de esta anualidad, / la Empresa dio la propina, / porque siempre es de buen tono / mostrarse la gente fina”.

La corrida en cuestión contó con toros de D. Luis Mazzantini y Eguía, procedente de la ganadería de Fernández Heredia, que fueron estoqueados por MAZZANTINI y por ANTONIO ARANA “JARANA”, que confirmaba alternativa.

Sobre nuestro picadores, Don Cándido, escribe: -“Telillas”, con gran voluntad. “Badila” parecía que sentía empacho de castigar a los toros de su maestro; y nada más.


59.- Revista nº 32, aparecida el 10/XI/1890. Título de la lámina:

“ANTONIO BEJARANO ¨PEGOTE¨”

Pertenece el picador a una familia cordobesa muy torera; era hermano menor del espada “TORERITO” y sobrino del famoso “Bocanegra”. Es “PEGOTE” un joven picador que en apenas 3 años se ha colocado entre los más estimados de los aficionados, que le juzgan como uno de los toreros de a caballo más aventajados de la gente nueva.

Su biografía taurina comenzó como miembro de la cuadrilla de “Niños Cordobeses”, y transcurrido los años se ha colocado entre los mejores. -“Cójase cualquier revista de toros, no sólo de Madrid, sino de otra población en que trabaje, y se hallará siempre citado especialmente. ¿Por qué? Pues porque el público descubre en él condiciones y estilo que no encuentra en ningún otor. Pegote es buen caballista, y lo acusa en cuanto descansa sobre la silla. Le llega el turno de colocarse frente a la fiera, y ni vacila ni inquieta a la montura para ganar o perder tiempo; tercia la garrocha en la proporción requerida, alegra, adelanta por derecho, y marcando la reunión admirablemente (que es su especialidad), clava la puya en el morrillo, y castiga sin estropear el ganado para el resto de la lidia. Es decir, que tiene voluntad y consiente.

En el aspecto físico, Pegote está en completa oposición con el rudo trabajo que practica. Su tipo es fino y simpático; tiene buena estatura, fuerte brazo, juventud y un gran horizonte por delante; y sentiríamos equivocarnos si, como presumimos y deseamos, no traspasa este muchacho, con tales condiciones, los límites de lo vulgar”. 

M. del T. y H.


60.- Revista nº 4, aparecida el 27/IV/1891. Título de la lámina:

“LIBRAR LA ACOMETIDA”

NUESTRO DIBUJO

– “No necesita detenida explicación el contenido de la lámina que hoy ofrecemos en nuestra Revista. No es una suerte del toreo; es un accidente de la lidia, tan frecuentemente repetido, que a la simple vista queda interpretado con exactitud, hasta por los menos competentes en la materia.

Ocasiones hay en que, después de tomar el toro una vara, no consiguen los matadores al hacer el quite, llevarle a gran distancia embebido en el engaño, y evitar el peligro que la proximidad de la fiera origina en el lugar del choque entre ella y el picador. Revolviéndose entonces el cornúpeto, suele hacer por el bulto, ensañándose en la inerme cabalgadura, si permanece derribada en tierra, o acometiendo de nuevo si continua en pie. En este caso, y en la suposición de que el piquero no esté preparado para repetir la suerte, espolea al rocinante; sale corriendo perseguido por el bicho, y sólo la carrera de éste supera en la velocidad a la del caballo; el jinete, apoyando la garrocha en el suelo y entre los cuernos del enemigo, contiene su ímpetu e impulsa el de la montura, librando la acometida y colocándose fuera del alcance de la res.

Compréndase también este recurso bajo el nombre genérico de vaquear, por emplearse igualmente en las operaciones y faenas en campo abierto”. 


61.- Revista nº 12, aparecida el 22/VI/1891. Título de la lámina:

“EFECTOS DE UNA CAÍDA”

NUESTRO DIBUJO

-“Cierto que los picadores de ahora necesitan antes de decidirse a afrontar una res, pasear el redondel cuatro o cinco veces, en distintas direcciones; cierto, que ya decididos, colocan un puyazo en el morrillo y veinte en cualquier otra parte del toro, incluso las costillas; cierto que antes de que el enemigo se arranque, ya están desestribados y volviendo grupas; cierto que hasta se permiten discutir las dimensiones de las puyas a la vista del público; todo es positivo, y unido con otras lindezas semejantes, contribuye a que el primer tercio de la lidia, se lleve como si hasta el presente no se hubiese dictado regla alguna para torear a caballo; pero tampoco puede negarse que la suerte de varas es expuesta y peligrosa, y que esta circunstancia contribuirá, sin duda, a que se practique casi siempre de manera que sea la que resulte menos ajustada al arte, de todas ellas.

Verdad es asimismo, que cuanto más se ciña la ejecución a lo preceptuado, menor será el riesgo; esto no obstante, el impetuoso empuje de las fieras y la impetuosa fuerza que traen muchas en la cabeza, justifica en tanto los recelos de los jinetes, ante las contingencias que puedan sobrevenir.

Animales hay de tan gran poder, que levantan caballo y caballero como una pluma, y la consecuencia inmediata de la arremetida en estos casos, ya se sabe que es una caída, temible siempre, aunque no sea más que por el porrazo consiguiente, y que en repetidas ocasiones han producido resultados más que lamentables.

La costumbre y la fuerte naturaleza de los picadores, hace que en general, después de rodar alguna distancia por el ruedo o de calcarse con estrépito en la arena, se levantan como si tal cosa y continúen su trabajo, cuando cualquier otro mortal no quedaría para contarlo; pero no siempre se libra con tanta fortuna y es sobrado frecuente la circunstancia de que la magnitud del golpe, sea tal, que no baste la ayuda de los mozos de plaza para levantar al caído, sino que privado de movimiento, haga precisa su conducción a la enfermería. Puede ocurrir, que atontado pasajeramente, sentándose en el estribo unos momentos o reclinándose en la barrera, auxiliado por el personal secundario (como aparece en nuestro dibujo de hoy), se reponga con brevedad de la emoción, y vuelva a su tarea; pero también la conmoción puede ser más intensa, obligándole a más largo reposo, y aún tener tan fatal desenlace como la que recientemente costó la vida al desdichado Manuel Calderón, en Aranjuez».


62.- Revista nº 17, extraordinaria, aparecida el 27/VII/1891. Título de la lámina:

“VALENCIA 1891”

Acompaña a la lámina con alegoría de la ciudad del Turia (del Cid, se dice en el texto), unos comentarios a modo de crónica diferida, con palabra de dudas y de promesas de aclaración futura sobre los datos reales. Parece que la revista ni envió ni contrató corresponsalía para relatar las crónicas de las corridas de julio valencianas.

Se celebraron 2 corridas de toros; la 1ª tuvo lugar el día 24 de julio con toros de Saltillo, lidiados por “El Espartero” y “Guerrita”. Hubo una gran entrada a pesar de que el tiempo amenazaba lluvia; la asistencia de aficionados madrileños y valencianos fue notable. El ganado del Marqués fue bueno y bien presentado. Dos toros muy buenos, otro bueno que se partió una pata y fue sustituido, y 3 cumplieron aunque fueron blandos.

La del día 25 contó con toros de Veragua de excelente presencia, ganado bravo y voluntarioso, dice el revistero; derribaron todos en varas, y fueron buenos en el 3º tercio. “Lagartijo” fue muy aplaudido durante todo el festejo, sobretodo cuando fue derribado y se batió con entereza con el burel sujetándole los cuernos y parando sus derrotes. Al terminar la corrida los médicos detectaron en el pecho de Rafael un varetazo bajo la tetilla izquierda. Del otro matador, “Guerrita”, no dice la revista ni “mu”.


63.- Revista nº 18, aparecida el 3/VIII/1891. Título de la lámina:

“CAÍDA DE MUERTE DE MANUEL CALDERÓN. ARANJUEZ 1891”

Una lámina genial de Daniel Perea nos muestra la cogida que sufrió el picador MANUEL CALDERÓN en la plaza de toros de Aranjuez el día 30 de mayo de 1891.

La historia del accidente, con la indicación de la caída del caballo y el golpe que recibió en el vientre MANUEL CALDERÓN con la pera de la montura, es bien conocida, igual que la vida de la familia taurina de sus 3 hermanos picadores, FRANCISCO, ANTONIO y JOSÉ “DIENTES”. Y es la, a veces, triste historia del toreo, la que deviene de la “suerte”, tristemente fundamental en casos como el que nos ocupa hoy, y felizmente cotidiana en la mayoría de los demás. Porque, ¿cuántas veces le habrían tirado del caballo los toros a CALDERÓN durante su vida de picador? De hecho, fue la mala “suerte” la que provocó que la perilla de la silla impactase con el cuerpo del picador y lo reventara por dentro. La caída, aparentemente no tuvo consecuencias; fue llevado a la enfermería y luego a la fonda, y al día siguiente finó su vida.

“Lumbrero”, de Veragua, toro remolón y con poder, acometió el caballo del picador con violencia lanzando a éste al suelo de latiguillo, y el caballo fue tras él cayéndole encima en posición fatalmente desgraciada. “LAGARTIJO”, su matador, que mató al cabo los 6 toros de la tarde, acude solícito al quite para evitar que el veragua haga por su piquero; con la habilidad que el experimentado cordobés poseía, se llevó el toro con premura y, al parecer, ese podría haber sido el final del lance. Conmoción del picador, agua milagrosa y recuperación total con un par de moratones “para la colección” de cualquier piconero de la época. Pero a MANUEL le cayó la silla en mal sitio y lo reventó. 

Sus hermanos FRANCISCO y ANTONIO habían ido colocando a sus hermanos menores JOSÉ y MANUEL, con sus matadores a medida de sus retiradas del oficio. En el caso de éste, con el matador más afamado de la época, con el que sería nombrado luego «CALIFA I» del toreo. 

“Lumbrero” y la pera; “La Suerte o la Muerte”, como sentenció en su día Gerardo Diego en una de sus más emblemáticas poesías taurinas. El Destino.

La micro biografía de este picador puede verse en este blog, justo en el artículo anterior titulado: “Picadores del siglo XIX”.


64.- Revista nº 19, aparecida el 10/VIII/1891. Título de la lámina:

“UN QUITE GALLEANDO DE ¨CÚCHARES¨”

NUESTRO DIBUJO

Repetidamente han contenido las cromolitografías de nuestra publicación, apuntes relacionados con los actos de serenidad, de gracia y también de recursos, ejecutados por el genial Francisco Arjona, y de los que está completamente sembrada la vida torera del famoso Cúchares, o del tío Curro, como le llamaban muchos ya en los últimos años en que ejercía la profesión.

No insistiremos en lo expuesto con anterioridad, como consecuencia del examen de su peculiar manera de ser en los redondeles; lo general de su toreo, y la alegría de que estaba dotado, le inclinaban de ordinario a introducir en la lidia aditamentos e innovaciones, que sino siempre de asequible buen gusto para todo el que los presenciaba, rompían la constante monotonía de las reglas, y animaban algo más de lo acostumbrado el espectáculo, dado como todos al aburrimiento, cuando los elementos componentes le imprimen una marcha invariable.

Por otra parte, lo que se ve de continuo, aún sin dejar de apreciar el verdadero mérito que encierre, llegan momentos en que se toma sin entusiasmo; y en cambio, cualquier toquecito superficial, dado con oportunidad, se acoge de cuando en cuando, con entera satisfacción y ayuda más que un trabajo concienzudo, pero, como tal, poco aquilatado por la masa común de los aficionados.

Esto lo sabía de sobra el tío Curro, y conocedor del público como de los lances de la lidia, iba desde luego con lo ameno y desusado a conquistar el éxito, que probablemente, con una faena más legítima y ajustada a los preceptos taurómacos, no hubiese conseguido.

Y siendo el quite con larga, recorte o media verónica lo más corriente y empleado en el primer tercio, parecióle a Arjona que podría imprimirse más variedad a esta suerte, y practicó, en algunas ocasiones, el quite galleando; de más lucimiento, indudablemente, pero también de más exposición, por la dificultad de sujetar al toro con los pliegues del capote cuando sale rebotado y violentamente de las varas. Por eso su ejecución es rarísima, y sólo un diestro de la competencia y vista  de Cúchares, podría llevarlo a cabo con resultado satisfactorio.

La revista da una triste noticia en la que informa de la muerte del que fuera santo y seña de la misma en el primer lustro de su existencia, “Alegrías”, seudónimo bajo el que se cubría en sus escritos Juan Martos Jiménez; la muerte le alcanzó el anterior día 2.


65.- Revista nº 24, aparecida el 14/IX1891. Título de la lámina:

“EL PICADOR ¨BADILA¨”

“¿Otra biografía del simpático y popular picador de toros?

No se alarmen ustedes; no es eso. Por más que de Pepe mucho y bueno pudiera decirse, sobre lo ya dicho, no es tal mi ánimo.

Badila tiene dos personalidades, ambas artísticas: como aficionado al arte escénico y como torero. Y en ninguna es una vulgaridad.

Como actor, reúne condiciones que ya quisieran artistas cómicos que ganan o que cobran diez y doce pesos diarios en algunos teatros. Desde luego les supera en dos condiciones: en afición y en entendimiento.

Pero su entusiasmo es por la pelea con los toros. Cuando alguno de los muchos amigos que cuenta entre los autores dramáticos y actores le preguntan:

-¿Por qué no dejas los toros y te dedicas al teatro?

Pepe, que al mismo tiempo que buen picador es cariñoso padre de familia y leal amigo responde:

-Porque en el teatro soy nadie, y no ganaría lo que gano con los toros para atender a mi familia.

Detrás del arte taurino, Badila tiene títulos excepcionales. Es inventor, y valga la palabra.

Los picadores visten hoy como vestían hace treinta años. La rutina se opone a las innovaciones. José estuvo pensando siempre en mejorar las prendas del diestro con arreglo a las necesidades y exigencias de la lidia.

Él fue el primero que introdujo la reforma de las chaquetillas con adornos de seda, en lugar del oro y la plata con que algunos piqueros dan envidia al sol mismo. José discurrió que sería muy conveniente dejar la calzona abierta y sin atar, para facilitar los movimientos de las piernas, ya cargadas con los hierros. La calzona pasó a ser abotonada, para que en caso de introducir el cuerno la fiera pudiera rasgar fácilmente y librar así al picador de verse entre los arrastraos.

Pepe ha ido gradualmente reforzando la mona, hasta convertirla en una pieza de armadura semejante a las mejores del siglo XV y XVI. Tiene el hierro de la pierna derecha juego en la rodilla perfecto, y merece elogio la precisión del invento y las ventajas que reporta.

Hay picadores que usan todavía tubos como para la conducción de las aguas. Así cuando caen, necesitan cabrias para que los levanten del suelo.

Badila, pensando siempre en su arte, está llamado a revolucionar hasta el vestido de los de su clase. Y, sin embargo, es modesto; no pide privilegios de invención. Su lema es todo para y por el arte.

¡Qué diferencia entre Pepe y otros caballeros del gremio de jinetes con vara larga!«

Eduardo Palacios “SENTIMIENTOS”  


66.- Revista nº 28, extraordinaria, aparecida el 12/XI/1891. Título de la lámina:

“ZARAGOZA, FIESTAS DEL PILAR, 1891”

Una preciosa cromolitografía, extraordinaria, de cuatro cuerpos, nos anuncia los festejos taurinos de la Feria del Pilar, con imágenes alegóricas a las costumbres e historia de la heroica capital aragonesa. Muy centrado en la imagen, un lance de varas.

TOROS EN MADRID

Nos informa Don Jerónimo sobre la 15ª corrida del abono madrileño celebrada el día 11 de octubre, y con su especial capacidad para la generosidad de juicio y crítica nos adelanta; hablando de los toros:

-“Te aconsejo que no veas / ni los Bañuelos ni Aleas, / y que no pases desvelos / por Aleas ni Bañuelos”. 

Luego nos dirá que los “retintos” del 1º estaban raquíticos y carentes de poder; y que de los otros, también retintos: no tuvieron ni clase ni poder, a excepción del 4º. 

La corrida fue lidiada por MAZZANTINI, “BONARILLO” y “PEPETE”. Nada destacable a excepción de la gran estocada de “BONARILLO” a su 2º. En negativo: La lidia, una confusión espantosa; durante el primer tercio del segundo, inconcebible; ¡qué mareo! ¡qué bullir sin límites! ¡qué colear sin necesidad!, y que dirección tan desastrosa, Sr. Mazzantini. 

Sobre los picadores dice: “A los picadores les deben agradecimiento Bañuelos y Aleas”.


67.- Revista nº 1, extraordinaria, aparecida el 18/IV/1892. Título de la lámina:

“TEMPORADA TAURINA DE 1892”

Nos refiere esta revista el festejo que tuvo lugar en la Plaza de los Tejares, de Córdoba, en la festividad del Domingo de Ramos. El justo orgullo de los cordobeses se colma al celebrar una corrida de toros con maestros de la tierra. Así, el día 8 de abril, se acabaron los billetes para asistir a una corrida en la que intervinieron: RAFAEL I “LAGARTIJO”, RAFAEL II “GUERRITA” y RAFAEL III “TORERITO”. Los toros fueron del duque de Veragua. Y el público salió encantado de la actuación de sus paisanos.

-«La suerte de varas dio en junto un número de 40 puyazos, por 12 caídas y 10 caballos para el arrastre, y en ella obtuvo una calurosa ovación Manuel Agujetas, por su valentía; picó a conciencia el Pegote, y lo hizo como sabe el Beao. ¡lástima que haya que registrar en este tercio el único contratiempo de la tarde, cual fue el pase a la enfermería de Paco Fuentes, con una conmoción, producida al ser derribado por el último toro!«

En Madrid se celebró una corrida extraordinaria, que estuvo a punto de ser suspendida por la mucha lluvia que cayó durante el día. Al comienzo del festejo hubo tregua de las nubes y se dio. La corrida de Esteban Hernández y Martínez fue lidia por “LAGARTIJO” y “EL ESPARTERO”. 

A decir de Don Jerónimo, los toros no fueron malos, pero sí lo fueron las malas lidias que se les dieron. Sobre Rafael: “No quiso, y nos regaló 3 faenas pesadas y aburridas; la primera, por las condiciones del toro y las reservas del matador; la segunda, por su falta de voluntad, puesto que la res fue la más manejable de todas y la marearon con un lío de capotes infernal; y la tercera, por el defecto del bicho. Por todo lo cual, el maestro escuchó demostraciones de desagrado.

Que el Espartero probó una vez más que se va granando, como matador de toros, de día en día, y que sin su concurso la fiesta de ayer habría sido insoportable. La faena del 2º fue de mucho lucimiento con el trapo, y de primer orden con el estoque; no menos buena fue la del 4º con la muleta, siquiera al herir no estuviese tan acertado; y la del último resultó deslucida, porque el toro se huía y resistía a tomar la roja enseña». 

En varas se destaca la actuación de “Agujetas” en tres varas al primero.

-“La plaza, nuevamente pintada, presenta buen aspecto; han sido uniformados los naranjeros y aguadores; la entrada más que buena (a pesar del mal tiempo), y la salida tan fría como la corrida; de invierno”.


68.- Revista nº 12, aparecida el 4/VII/1892. Título de la lámina:

“¡VAYA POR USTEDES!”

En Madrid se festeja la 11ª corrida de abono, la última de la primera parte de la temporada. La tarde fue mala, y el comentario pesimista: 

-“¡Caballeros, vaya un final! 

¡No es poco lujo calificar de corrida, y de abono, a una novillada y no de las mejores! Si el comienzo de la próxima temporada empalma dignamente con el fin de la presente, ya podemos cortarnos la coleta”.

La corrida fue de Joaquín Pérez de la Concha, no completa, y los matadores fueron: “TORERITO”, “JARANA” y “PEPETE”. El remiendo del ganado fue un toro de Nandín, de los que según nos dice el cronista: “Va soltando la Empresa por entregas.

Se acusa en la crítica a “TORERITO” de bailar demasiado delante del bicho sin arte ni concierto; y le aconseja que se deje de hablar y realizar gestos y reñir constantemente durante la lidia. De “JARANA” se destaca su 2ª estocada de volapié hasta el puño (matizando que tuvo suerte en el encuentro). “PEPETE”, dice el cronista, estuvo huyendo toda la tarde; con estoque y muleta estuvo al mismo nivel, esto es: bajo cero.

Respecto a los picadores: El que quedó menos mal fue “TELILLAS”. La tarde calurosa. Y en cuanto a la entrada, una perla de Don Jerónimo: <Parecía la Plaza un cementerio egipcio, conteniendo los pocos aficionados que quedan en estado de momias>.


69.-Revista nº 18, aparecida el 15/VIII/1892. Título de la lámina:

“UN QUITE NOTABLE DE ¨LAGARTIJO¨

 Luis Carmena, bajo su seudónimo de Mariano del Todo y Herrero, se explaya en su artículo sobre la lámina de la revista, recordando las gestas de “LAGARTIJO” en el pasado; comprende sus limitaciones actuales; admite que aún en su madurez y avanzada edad conserva las facultades del conocimiento y añora las de su valor y espontaneidad pasadas.

La acción que refleja Perea en su dibujo, se refiere a una de las últimas corridas que tuvieron lugar en la vieja plaza de la Puerta de Alcalá. Un toro de gran respeto se enfrenta al picador “CURRO” CALDERÓN, y derrotando en el estribo desmonta al picador, que lanzado de la silla impacta en el suelo quedando al descubierto, inmóvil boca a bajo; pero el codicioso y fiero cornúpeto, hizo por el bulto y se revolvió sobre él varias veces, pisándole sin lograr recogerlo, ya atento al movimiento de los cercanos capotes al quite. Aún encelado en el picador yacente, sin hacer absoluto caso de las cuadrillas el toro seguía amenazando a “CURRO”, hasta que “LAGARTIJO”, citándolo por los adentros lo llevó hasta el caballo caído, donde el toro derrochó su ímpetu de bravo.

Verdad es que hubo que sacrificar al caballo en aras de salvar al picador, pero es lógico que se elija en todo caso el mal menor, lo que termina Carmena explicando en una estrofa:

-<Que aunque parezca inhumano / matar a un caballo enfermo, es más cruel todavía / que muera un hombre en los cuernos>.


70.- Revista nº 21, aparecida el 5/IX1892. Título de la lámina:

«AYER Y HOY»

En los años anteriores a nuestra revista, los Toros era, sin dudas, el festejo más popular del pueblo español. Ninguna otra actividad lúdica recibía tanta expectación como la taurina, tanto en lo referente a la “Corrida” como a los muchos festejos populares de muy arraigada tradición. En los años finiseculares, el auge del juego de pelota pareció temer en algunos el que la competencia pudiera afectar gravemente a los Toros. De ello filosofa Carmena en su artículo sobre NUESTRO DIBUJO:

-«Y ya que el artista nos ofrece el asunto para ello, pareciendo asentir a la opinión de algunos, de que el moderno pelotarismo pudiera matar a la antigua tauromaquia en plazo más o menos breve, nos permitiremos exponer algunas consideraciones sobre ambos espectáculos, en demostración de lo artificial y pasajero que juzgamos el uno, en frente de lo característico y arraigado que se mantiene el otro.

Nuestro peritísimo y querido compañero el Sr. Sánchez de Neira, trató no hace mucho, con su acostumbrada competencia en estas columnas, del juego de pelota bajo su aspecto tributario, y de los rendimientos que podría proporcionar a la Hacienda; nosotros trataremos de estudiar ahora las causas de su desarrollo y las probabilidades de triunfo sobre el más varonil y esforzado de todos los ejercicios».

Y en una prolija y documentada exposición histórica, nos refiere el entusiasmo que los toros producía en el pueblo español en los tiempos de Carlos IV y aún en los de Fernando VII. Y medita sobre cómo el interés ha ido decayendo por causas que claramente identifica:

-«A mantener el interés por el arte taurino, contribuyó hasta hace poco el estímulo en los diestros y en los ganaderos; y sólo cuando aquél dejó de existir por retirada y agotamiento de fuerzas de los primeros y por atropello vilmente con el negocio los segundos, sin que apareciesen de momento elementos suficientes a reponerlo, pudo observarse que el entusiasmo decaía, y que comenzaba a iniciarse para la tauromaquia, uno de esos periodos embarazosos y difíciles, que afectan a veces a determinadas manifestaciones colectivas o particulares.

Coincidiendo con esa crisis taurómaca, hizo su aparición en Madrid el juego de pelota reglamentado, digámoslo así, que si bien no carece de cierto aliciente, ni por asomo puede afirmarse que encierre per sé  la emoción natural que entraña una corrida de toros. Sin embargo, no obstante la condición antitética de la diversión con el carácter madrileño, al que, dígase lo que se quiera, hoy mismo le resulta en muchas ocasiones aburrida, el juego de pelota obtuvo una acogida extraordinaria, y el público se despepitó por llenar los frontones y aplaudir a rabiar el triunfo de los blancos, los azules o los colorados. Ahora bien; ¿puede suponerse lógicamente, que un entretenimiento completamente desconocido en esta capital, inapreciable e ininteligible con exactitud para la mayoría de sus habitantes, se desarrolle y arraigue en las proporciones en que al parecer éste lo ha conseguido? No, y mil veces no».

Continua Carmena ahondando en el incentivo del juego como máximo interés del juego de pelota, y termina la prolija e interesante controversia:

-«El dinero correrá tal vez hacia Jai-Alai o Fiesta Alegre; la afición hacia la plaza; y si hay quien duda y quiere convencerse, puede hacer una prueba, ofreciendo un par de pesetas a cualquier individuo que no disponga de ellas para divertirse, dejándole en libertad de ir al partido de pelota o a la corrida de toros, y viendo cómo por cada uno que se dirija al primero, hay diez o más que se encaminan a la segunda».


71.- Revista nº 24, aparecida el 26/IX1892. Título de la lámina:

“FRANCISCO PARENTE ¨EL ARTILLERO¨”

En su artículo titulado: NUESTRO DIBUJO, nos cuenta Carmena sobre la lamentable situación por la que pasa la Fiesta respecto de la mediocridad en que sestean la mayoría de los matadores, y sentencia:

“Pero no se crea por eso que consideramos en mayor auge al contingente taurómaco que tiene a su cargo las demás suertes de la Lidia. Si crítica es la situación por la que pasa el último tercio, calamitosa es ,a sí mismo, la del primero, y casi imposible la del segundo, hasta el punto de que, si en estos momentos asomase por esa plazas cualquier diestro de a pie o de a caballo, ofreciendo tan sólo halagüeñas esperanzas, habría que señalarle como una verdadera mosca blanca.

Entra a distinguir con virtudes al picador de nuestra lámina, y le otorga el saber de la experiencia y su peculiar procedencia, por no ser su tierra muy feraz en la nascencia de toreros. Y sigue:

-Galicia es la región a la que nos referimos; y en Villarino, pueblecito de una de sus provincias, Orense;… nació Francisco Parente y Gómez, el día 25 de mayo de 1848. Por haber servido en el regimiento montado de artillería, fue distinguido con el “honroso” apodo de el Artillero, con el que posteriormente se le conoció.

Trabajando. Como guardia rural en la Fábrica de Gas de Sevilla, aceptó una apuesta a Bienvenida, Julio Fernández y otros toreros, y tomó parte, previa autorización del Gobernador y sin preparación alguna al efecto, en la corrida que se celebró en aquella capital a beneficio de Manuel Fuentes, en 1874, picando en unión de Trigo, Canales, Bartolesi Bastón y algunos más, 6 toros de Antonio Miura.

-Trabajó también aquel año en Cabra, al siguiente en Sevilla, en todas las corridas, y en 1876 vino a Madrid, picando en las novilladas de la canícula, recibiendo la alternativa de Juan Trigo en la corrida extraordinaria con toros de Miura, lidiada el 9 de septiembre de 1877, por Gonzalo Mora, Currito y Paco de Oro; aún conservando su empleo en la Maestranza hasta 1878, en que definitivamente se trasladó a esta capital con su familia.

Aunque no fue de fijo en ninguna cuadrilla, picó en cortas épocas con Lagartijo, Currito, Cara Ancha, Felipe García, Gallo, Lagartija, Paco Frascuelo, etc., y viajó dos veces a Montevideo, una a La Habana y otra a Méjico.

Nos informa Carmena de que: «Esa movilidad de “plantilla” por parte de nuestro picador, no es señal de que el Artillero sea una eminencia con la garrocha, pero sí de que su trabajo es útil para cualquier matador, por sus cualidades físicas, definidas por una robusta conformación, buena estatura y gran fuerza de brazo; porque pesa sobre el caballo y le sujeta en la suerte y castiga con suficiencia.

-Su toreo a caballo no es artístico ni alegre como el de alguno de sus compañeros; pero cumple su misión muy aceptablemente, tanto más si se tiene en cuenta que es de los pocos picadores que ha ocupado su puesto por su propio esfuerzo y casi de improviso, según arriba dejamos indicado.

Termina el revistero alabando el amor que el picador dedica a su familia y el orgullo que debe sentir al ver a su prole educadas y con estudios.


72.- Revista nº 26, aparecida el 10/X1892. Título de la lámina:

“RAFAEL CABALLERO ¨MATACÁN¨”

La sección sobre, NUESTRO DIBUJO, la firma hoy Don Jerónimo; lo hemos detectado al leerla por extrañarnos mucho de la beligerancia con que estaba escrita, tuvimos que mirar la firma. Acostumbrados como estábamos a los juicios que sobre las láminas venía haciendo Carmena normalmente, hemos mirado el final y comprendido el por qué de nuestra extrañeza. 

Para hablar del picador de hoy, el crítico constata que no es un genio verdaderamente excepcional, y que por ello su estela pasará pronto. “La gloria oportunista, como flor de un día, se marchita en breve, y las más de las veces, el mismo público que pone empeño en cultivarla, es el primero que la deshoja. Y si esto ocurre con el pintor, el poeta, el músico o el cómico, cuya representación artística es mas delicada y tranquila, calcúlese qué no será en los que llevan la rudeza y la osadía como principal escudo del arte en que se alistan.

De ahí el continuo desfile de individualidades que surgen y desaparecen, sin dejar tras de sí más que un ligero recuerdo, apreciable en no pocas ocasiones, pero débil y pasajero ante la consistencia del tiempo.

Entre éstas puede figurar el torero de a caballo Rafael Caballero (Matacán), elegido por nuestro dibujante para que su retrato entre ahora en turno con los demás que viene ofreciendo esta publicación».

Pocos datos biográficos son aportados en el artículo porque: “… no acusan nada que sobresalga de las líneas vulgares…”. Nos dice que aprendió a fuerza de tesón y caídas y que con ese corto bagaje vino a picar los años 1878 y 79, “cumpliendo bien y mostrando bravura y dureza para castigar, y ligereza y soltura como jinete. Esto, unido a su buena voluntad, le mantuvieron en nuestro Circo durante algunos años, en los que el público le dispenso algunos defectos de colocación, que no se les pasaba desapercibidos, pero que toleraba en gracia de las otras condiciones”. Tras resaltar esas virtudes, que no soportan, a mi entender, las duras críticas primeras, le achaca el que viniera puesto en los carteles  más por las Empresas que por afección con cuadrillas determinadas. Y con desprecio dice desconocer si sigue o no picando. 

-“De todos modos, Rafael Caballero, continúe en situación activa, o forme con el elemento pasivo del toreo, ocupará su lugar correspondiente como un lidiador discreto y de sencillas y modestas pretensiones”.


73.- Revista nº 28, aparecida el 24/X/1892. Título de la lámina:

“A LA PLAZA”

NUESTRO DIBUJO nos lo interpreta Luis Carmena “Mariano D. T. y H”, con un largo poema que culmina así:

“Transcurrirá breve tiempo; / comenzará la pelea / y molerá el picador / sus huesos sobre la arena; pero de vuelta en su casa / y sin mayor contingencia que lamentar, / pronto alivio daránle unas cuantas friegas, / y <a la Plaza> nuevamente / irá a la próxima fiesta”.

16ª corrida de abono en Madrid, 23 de octubre de 1892.

-“Carreras de caballos, / juerga taurina, / ruleta o pelotaris, / kermesse o rifa; / ¡eche usted tela¡; / y dirán todavía / que aquí no hay fiestas!”.

Con toros de Núñez de Prado lidiaron “LAGARTIJO” y MAZZANTINI la última corrida de abono en Madrid. Sobre la Suerte de varas nos informa Don Jerónimo que:< “AGUJETAS” y “EL CHATO” picaron “con voluntad”, y el reserva> (que no nombra). En nuestra “biblia” particular, regalada por Víctor Pérez López a la Unión de Bibliófilos Taurinos, detectamos que “el reserva” eran 3: “SASTRE”, FRANCISCO ZAFRA y FERNANDO CAMPILLO; y que los destacados fueron “AGUJETAS” y CAMPILLO.


74.- Revista nº 3, aparecida el 17/IV/1893. Título de la lámina:

«¨GUERRITA¨ Y ¨BADILA¨ TOREANDO AL ALIMÓN»

NUESTRO DIBUJO

Refiere Carmena en su comentario sobre la lámina de la revista número 3 del recién iniciado año 1893, cómo el lance que en ella se muestra era algo casi olvidado en aquellos tiempos, a pesar de que había sido realizado en la antigüedad con una relativa frecuencia. Explica lo extraño que  éra que dicha suerte fuera ejecutada por un picador en la plaza, y lo justifica porque ese lance fue casual y no forzado al producirse tras una caída de “Badila”, que, ante el peligro de la cercana testuz astada alcanzó la punta del capote de su matador que presto estaba al quite, lo asió y con él distrajo al burel mientras se incorporaba, acción que secundó el cordobés, terminando ambos realizando, ya más erguidos, este vistoso lance.

Recuerda el revistero que es un lance anodino, sin apenas peligro y que en caso de haberlo la cercanía del compañero no apurado podía prestar inmediata ayuda para ser solventado.

 Da noticia la revista de la muerte del Excmo. Sr. D. Antonio Miura, “… el pasado día 31 de marzo. Después de haber alcanzado la satisfacción de conseguir para su vacada el mayor grado de fama y justiprecio. Quizá el más competente de los criadores de reses bravas, llevó su interés y desvelo hasta el punto de vivir entre ellas constantemente, dirigiendo en persona todas las operaciones conducentes a la obtención del buen toro de lidia, y no sin arrostrar alguna vez peligros que comprometieron seriamente su existencia”.

En la plaza de Madrid se celebró la 3ª corrida de abono del año 93, el día 16 de abril. La crónica de Don Cándido, comienza:

<Nada, que el juego no quiebra; / un día y otro igual sigue; / parece que nos persigue / la sombra de la culebra>.

La corrida de Felipe de Pablo Romero fue una corrida muy aceptable que fue muy castigada y poco aprovechada por los toreros. Lidiaron MAZZANTINI y “GUERRITA”, y el 2º estuvo mejor que el 1º al apreciar que los terribles y bellos toros no se comían a nadie. D. Luis estuvo muy desconfiado en 1º y 3º; y su actuación en el 5º fue deplorable. “GUERRITA” dio una estocada buena al 2º, y una muy buena al 4º. El 6º fue el único bien lidiado, convencido el cordobés de su nobleza.

Sobre los picadores, leña: “La consigna era la de estropear y hundir sin apelación a cuanto asomase por el chiquero, y cumplieron a maravilla su cometido, despaletillando a las reses, que mejor picadas, hubieran dado mucho mejor juego. Pero no había más remedio que proceder así con esa corrida del terror. El público pudo convencerse de que en la gente del oficio dominaba la nota del miedo. La corrida, pues, no resultó como debía ayer, por la exclusiva culpa de los lidiadores.

La Presidencia apurando demasiado en picas; la tarde hermosa, y la entrada buena”.

Y termina: “Del taurómaco teatro / satisfechos no salimos;… / vamos, que nos aburrimos… / y con ésta ¡ya van cuatro!


75. Revista nº 6, aparecida el 8/V/1893. Título de la lámina:

“QUITANDO LA GARROCHA”

La corrida que se celebró en Madrid el 7/V correspondía a la 6ª de abono, y en ella se lidiaron 6 toros de Faustino Udaeta, de Madrid, por los matadores: “GUERRITA”, “JARANA” y “REVERTE”. El cronista quedó muy satisfecho del juego del ganado de Udaeta, y le dice en la revista: “D. Faustino quiere ser ganadero, y por nuestra parte no hemos de escasearle la cooperación necesaria para que lo consiga”.

Previamente ya había juzgado D. Cándido en la crónica el comportamiento de los toros. “El , algo tardo, entró con fuerza a los caballos de Beao, Melilla y Campillo en 7 ocasiones, dando 1 caída y matando 2 jacos. El  era bravo y con poder; entró con fuerza 8 veces, dio 5 caídas y mató 3 jacos. El 3º fue bravo y codicioso, entró 11 veces; dio 4 caídas y mato 4 caballos. El 4º dudaba, pero cuando se decidió a entrar lo hizo impetuoso en 7 ocasiones, dando 7 caídas y arrastrando a 3 caballos. El 5º fue algo más blando, entró 7 veces, dio 2 caídas y finó a 2 jacos. Al fin el 6º fue bien en 6 ocasiones, derribando en 4 de ellas.

Sobre los matadores, nos dice que “GUERRITA” llevó muy bien la dirección de la lidia; que nada pudo hacer al quedarse parado en el último tercio su 1º, y que en el 4º estuvo muy bien con la espada. “JARANA” sólo alcanzó la calificación de regular en su 1º, y de poco aplomo en toda la tarde. “REVERTE” estuvo muy pesado en el 3º y algo más acertado en el último.


76.- Revista nº 15, aparecida el 10/VII/1893. Título de la lámina:

“FINAL DEL PRIMER TERCIO”

Una lámina que consigue hacer reflexionar a Luis Carmena sobre la liturgia en la que se desenvuelve la Fiesta, y en lo adecuada que resulta ella dado el afecto del español para con sus tradiciones. Comenta el saludo de los matadores a la presidencia, el respeto y la obediencia que a ella se les dedica (aún sin merecerla en muchos apartados circos, dice el cronista), y el orden establecido en la corrida, que se sigue y respeta debidamente. Sobre la imagen de la lámina, termina:

“Considerámosla como el final del primer tercio, y todo el mundo sabe en qué consiste: terminada la suerte de varas del último toro, los picadores en tanda se colocan debajo del palco de la Presidencia, dejan caer horizontalmente la garrocha sobre la arena, y quitándose el ancho sombrero, saludan y se retiran por la puerta de caballos, dando por cumplida su misión aquella tarde.

Usada esta fórmula constantemente en las cuadrillas antiguas, en nuestro Circo había dejado de emplearse en estos últimos años, reanudándose nuevamente en la actual temporada con muy buen acuerdo. Que sinceramente aplaudimos; porque lo bien hecho bien parece, y la sumisión y la modestia, cuanta más reputación se tiene, mejor sientan.

M. DEL T. Y H.

La corrida que se celebró en Madrid el 7/V correspondía a la 6ª de abono, y en ella se lidiaron 6 toros de Faustino Udaeta, de Madrid, por los matadores: “GUERRITA”, “JARANA” y “REVERTE”. El cronista quedó muy satisfecho del juego del ganado de Udaeta, y le dice en la revista: “D. Faustino quiere ser ganadero, y por nuestra parte no hemos de escasearle la cooperación necesaria para que lo consiga”.

Previamente ya había juzgado D. Cándido en la crónica el comportamiento de los toros. “El , algo tardo, entró con fuerza a los caballos de Beao, Melilla y Campillo en 7 ocasiones, dando 1 caída y matando 2 jacos. El  era bravo y con poder; entró con fuerza 8 veces, dio 5 caídas y mató 3 jacos. El 3º fue bravo y codicioso, entró 11 veces; dio 4 caídas y mato 4 caballos. El 4º dudaba, pero cuando se decidió a entrar lo hizo impetuoso en 7 ocasiones, dando 7 caídas y arrastrando a 3 caballos. El 5º fue algo más blando, entró 7 veces, dio 2 caídas y finó a 2 jacos. Al fin el 6º fue bien en 6 ocasiones, derribando en 4 de ellas.

Sobre los matadores, nos dice que “GUERRITA” llevó muy bien la dirección de la lidia; que nada pudo hacer al quedarse parado en el último tercio su 1º, y que en el 4º estuvo muy bien con la espada. “JARANA” sólo alcanzó la calificación de regular en su 1º y de poco aplomo en toda la tarde. “REVERTE” estuvo muy pesado en el 3º y algo más acertado en el último.


77.- Revista nº 21, aparecida el 21/VIII/1893. Título de la lámina:

“SALAMANCA, 1893”

Reflexiona José Sánchez de Neira sobre la situación de picadores y banderilleros, acusando a los matadores del poco interés que le prestan al no incentivar a sus asistentes con condiciones económicas adecuadas, máxime, puntualiza, cuando los sueldos de los espadas han subido vertiginosamente y lo de los subalternos apenas son iguales a los que percibían los de principios de siglo. Y dice que es importante pagar debidamente, diferenciando a los buenos de los otros. -“De este modo puede formarse una reputación, de otra manera, imposible. ¿Quién fija su atención en un picador que entra y sale y se monta y se desmonta dos o tres veces, y clava en seis ocasiones la pica, ni en el banderillero que a lo más pone dos pares en toda la tarde?

Sobre las fiestas de la ciudad de Salamanca, nos dice la revista:

“La Salamanca moderna, transformada por el espíritu emprendedor de la época, ha abandonado muchos de sus antiguos recreos, pero conserva el amor vivísimo al espectáculo de la lidia de toros. Esta diversión y este gusto, arraigado profundamente en el espíritu del pueblo, revive hoy con pujanza y brío singulares, y logra alzar un elegante Circo en las afueras de la ciudad. Edificio esbelto y amplio, está diestramente emplazado, a una distancia regular y no lejana del caserío, en sitio llano y ventilado y entre las carreteras de Valladolid y Zamora. 

Sólida y elegante construcción, luce en sus muros el hierro, la piedra y el ladrillo, que prestan al conjunto un sello de viveza y alegría, en relación perfecta con el bullicioso y ameno espectáculo a que se consagra”.


78.- Revista nº 35, aparecida el 27/XI/1893. Título de la lámina:

“QUITE A ¨EL LARGO¨”

Sobre la lámina de la revista opina Carmena: “Reproducido por nuestro dibujo de hoy, figura uno de esos quites en que la oportunidad y la eficacia de los espadas han impedido, en múltiples ocasiones, el tener que lamentar consecuencias desagradables. Tuvo efecto éste en la 16ª corrida de abono, lidiada en nuestra Plaza el 22 de octubre próximo pasado. El toro corrido en 5º lugar, llamado Garibaldi, y perteneciente a la ganadería portuguesa de D. José P. Palha Blanco, salió huído, pero se creció algo al castigo, haciendo la pelea en los tercios del redondel. El picador José Fernández (el Largo), que si no es de  los buenos, es por lo menos de los vehementes, salió en su busca a buena distancia de la barrera, y arremetiendo el bicho contra el caballo, lo derribó, haciendo saltar al jinete de la silla; el piquero cayó en tierra boca abajo, y el toro se revolvió contra él, embebiéndose de tal manera en el bulto, que después de tirarle dos o tres derrotes sin tocarle, y estando ya los capotes llamándole la atención, insistía aún en recogerle, y lo habría conseguido si Mazzantini y Guerrita no hubieran hecho un esfuerzo, metiéndose éste casi en los cuernos con el percal, y apelando aquel al coleo, logrando sujetar a la res en la barrera entre la puerta de caballos y los chiqueros, y dando tiempo a que el Largo fuese levantado y se colocase fuera del alcance del enemigo”.


ESTADÍSTICAS DE LA TEMPORADA DE 1893 EN LA PLAZA DE MADRID

FIN DE LA PRIMERA ÉPOCA 1882 -1893


“LA LIDIA, SEGUNDA ÉPOCA”

El año 1894 comienza un cambio importantísimo en LA LIDIA. Los gestores de la revista suponen una evolución en los gustos de sus “favorecedores” lectores, como así los adjetivaban, y transforman el periódico taurino en un popurrí de muy variadas disciplinas informativas: “Arte – Literatura- Sport”… olvidándose de los toros.

El elenco de colaboradores es inmejorable; continúan los de la revista taurina anterior y se complementan con otros de indudable calidad literaria, como puede observarse en la portada que publicamos. El tamaño de la revista pasa a ser de 28 x 22, cuando antes era de38 x 28 cms. El número de páginas es ahora de 12, cuando el anterior era de 4 en los ejemplares ordinarios. La numeración es correlativa, anual, desde la página 1 a la 444.

Las cromolitografías desaparecen, y la ilustración, más variada, la aportan grandes artistas con imágenes habituales en revistas de otros géneros. Digamos que la referencia anterior es sustituida por otra que es más habitual en las publicaciones comunes. Una de las dos imágenes de suerte de varas que se publican durante el año, ya había sido publicada antes por la revista. Los textos sobre toros ocupan menos espacio que los de arte y literatura. Sin pretenderlo, quizás, deja de ser una revista taurina. A mi modo de ver.


79.- Revista nº 4, aparecida el 15/IV/1894; pág. nº 39. Título de la lámina:

“EL TORO DE CABEZA”

La ilustración de este número es una copia de la aparecida en la nº 5 de fecha 30/IV/1888. Por lo tanto el texto debería ser el de aquella. 


80.- Revista nº 25, aparecida en 9/IX/1894; pág. nº 298. Título de la lámina:

“VAMOS, PRONTO”

“Vamos, al toro”, era el título del cromo nº 24 que publicó la revista nº 27 de 15/IX/84, del mismo significado que la acuarela que se reproduce en ésta; ambas obras de Perea. En todo el texto de la revista no aparece nada relacionado con el toreo.

A nuestro parecer, este impase, este año sabático en el que La Lidia se olvidó del Toreo, enseñó a sus gestores que: “… o a rolex o a setas”; y la vuelta a lo anterior se decidió sin más probaturas. Estar de líder en la información taurina, por las cromolitografías excelsas y por la colaboración de importantes escritores, era más adecuado que competir con muchas otras publicaciones de tan variado pelo como pretendió La Lidia del 94: “Arte – Literatura- Sport”. La vuelta a la “normalidad” era lo razonable, máxime exhibiendo esa cabecera tan señera y tan característica: LA LIDIA.

El pensamiento de los “grandes cerebros” de la revista al final del 93, era que las retiradas de “LAGARTIJO” y “FRASCUELO” iban a desactivar la afición taurina. A “toro pasao”, me parece una conclusión irreal, una distopía incompresible, máxime cuando la categoría de muchos de los colaboradores de la revista era irrefutable por ser personas de ecléctica erudición. 


81.- Revista nº 1, aparecida el 15/IV/1895. Título de la lámina:

“1895” EL RETORNO

El editorial de la revista informa de los motivos de la “vuelta” a su ser natural. Se declara, primero, que la búsqueda de otros hitos se debió a la incertidumbre que provocó las retiradas citadas de “Lagartijo” y de “Frascuelo”. O sea, que el toreo se acababa; a pesar de las críticas que algunas habían vertido sobre el Califa cordobés por su deambular último por los ruedos; y de las añoranzas que se hacían de los pasados tiempos del de Churriana de la Vega.

Lo cierto es, bien cierto y a Dios gracias, que rectificaron los gestores y volvieron al circo taurino; aunque exponen en su justificación que fue debido a que se recibieron muchísimas cartas de los aficionados lectores pidiéndoles que reconsideraran el retorno a la normalidad, y que el deseo de dar respuesta positiva a sus “favorecedores”, había motivado la vuelta. Bien venido sea.

82.- Revista nº 4, aparecida el 6/V/1895. Título de la lámina:

“LA PRIMERA VARA”

NUESTRO DIBUJO

-«La primera vara es la más comprometida y la más importante. Por una parte, el furioso ímpetu con que el cornúpeto sale del chiquero, en cuyas oscuridades se ha estrellado impotentemente su bravura, constituye para el torero de a caballo un verdadero peligro y una rudísima prueba de sus facultades y de sus alientos. Por eso, generalmente, el primer puyazo se ofrece con las convenientes precauciones, sin abandonar el jinete la barrera, prevenidos los matadores y la cuadrilla para el quite, y alerta el servicio de Plaza, en evitación de las desagradables consecuencias que el más pequeño descuido, en tan crítico momento, pudiera ocasionar. 

Por otra, la circunstancia de ser la primera vara la que ha de aquilatar la bravura y las condiciones de la res, aumentando su coraje, si es de buena sangre, o amenguando la fogosidad, si le duele el castigo, hacen que el acto revista mayor interés que en su repetición; y que la actitud expectante de la concurrencia alcance su mayor grado al inaugurarse la lidia de cualquier toro, con la suerte reproducida tan fielmente en nuestro dibujo de hoy».

Se celebró en Madrid la 3ª de abono el domingo 5 de mayo. Toros de Veragua para “El Gallo”, Mazzantini y Emilio Torres “Bombita”. El ganado estuvo muy bien presentado, como siempre lo hace este ganadero. Y el revistero, único y plural (único por su sapiencia y plural por su múltiple ubicuidad), le reprocha al Sr. Duque la habilidad que tenía de elegir los toros. Lo acusa (le gloría por su saber) de formar lotes de 2 toros buenos, 2 regulares y 2 malos. O sea, como hacia nuestro Cateto de Galapagar. Le otorga la infabilidad y el conocimiento pleno de su ganado. ¡Ya le gustaría a los ganaderos de hoy, y de siempre, ser tan sabios!

La solera y experiencia de el “Gallo” le es alabada, y sólo se le criticó el uso del descabello. A Mazzantini le aprueba su disposición al matar, “…hirió invariablemente con los mismos deseos y en todo lo alto, debiéndose quizá el que lo pinchara siete veces a colocarse un poquito lejos”. Trabajador y eficaz en la brega. Muchas palmas y críticas de “malos espectadores no aficionados”. A “Bombita” le reprocha su excesiva flema a pesar de su juventud, aunque le reconoce haber pechado con el peor lote.

Del primer tercio destaca: “Pimienta” ha justificado su apodo picando los 6 toros, si no con gran conciencia sí con mucha voluntad. El “Chato” ha mojado bien. “Chato”, “Cigarrón” y “Albañil” resultaron lesionados.


83.- Revista nº 5, aparecida el 13/V/1895. Título de la lámina:

“UN TORO TARDO”

NUESTRO DIBUJO

Medita el autor del artículo NUESTRO DIBUJO sobre la diversidad y riqueza del “diccionario taurino”, en el que aparecen multitud de adjetivos y sustantivos que se adecuan a la variopinta idiosincrasia de nuestra Fiesta. Y dice: “Concretamente a la primera parte de la corrida, constituida por la llamada suerte de vara o de pica, en ella se atiende en término preferente a los caracteres de resistencia, pujanza o fiereza que las reses manifiestan en la pelea. Por eso se califica de dura y brava a la que arremete con violencia a los caballos, sin que el hierro que la castiga y hiere amengüe su valentía; de voluntaria a la que acude siempre que se la cita, aunque no sostenga por mucho tiempo la embestida; de blanda a la que se duele en el castigo y se escupe, al sentirlo, de la suerte, y a este tenor otras más.

Y se califica asimismo de tardo, al toro que sin ser cobarde ni resentirse a la puya, necesita que le inciten y busquen repetidas veces para arrancarse contra la causa u objeto que le inquieta. La embestida de un toro tardo suele ser más ruda y expuesta que la del voluntario o boyante, puesto que, como es sabido, tanto en los racionales como en los irracionales, la lucha obligada es siempre más sanguinaria y terrible, que la imprevista o la que obedece a un pasajero motivo.

A la acometida de un toro de las condiciones expuestas, se refiere nuestro dibujo de hoy, interpretado con toda la fidelidad acostumbrada en nuestra publicación».

Nos refiere la revista, también, lo sucedido en la 4ª corrida de abono del 12/V. Toros de José Antonio Adalid, de Sevilla, a los que define Don Cándido como: “…seis proposiciones con cuernos…”. Sus lidiadores fueron, Mazzantini, “Bombita” y “Litri. Y sobre la suerte de varas, nos cuenta:

-“Cantares”, “Chano” y “Formalito”, en algunos momentos, se distinguieron en los principios. (Y luego trata sobre banderilleros y espadas).


84.- Revista nº 10, aparecida el 17/VI/1895. Título de la lámina:

“ADIÓS, MADRECITA”

Sobre el dibujo nos ofrece la revista una laaarga poesía, como de faenas modernas de 122 pases… Y sobre la 9ª de abono celebrada en Madrid el 16/VI, nos cuenta Don Cándido:

-“Con toros de Juan Vázquez, hoy debutantes bajo el nombre de su actual propietario, el marqués de Villamarta, se enfrentaron, “Lagartijillo”, “Bonarillo” y “Litri”. El 1º cubrió una faena vulgar y al entrar a matar fue herido en la axila, por lo que pasó a la enfermería. El 2º toreo a distancia “de legua”, y para matarlo “se hizo viejo”. Sobre el onubense, habla de líos en colocación y movimientos; poca consistencia. Y pontifica el crítico: <Por ese camino no llegarán a ninguna parte>.

En la Suerte de varas señala a “Formalito” que aunque sin destacar, estuvo voluntarioso y solícito picando toda la tarde. De Agustín Molina comenta que puso algunas buenas varas. Del resto: mal.


85.- Revista nº 15, aparecida el 21/VII/1895. Título de la lámina:

“MAZZANTINI Y BADILA, CORRIDA DE LA BENEFICENCIA”

La lámina tiene “chicha”, y la escena es criticada por Luis Carmena (“TODO”,   hoy en el seudónimo). 

Nos dice “TODO” que “Badila” es un personaje muy popular, “casi una institución para la afición madrileña. Su franqueza llega a todos; como “tenor cómico”, no llegará a nada. Y al hablar de las desavenencias habidas tiempo ha con Mazzantini, nos comenta que supone que han llegado a firmar la paz. Parece que este reencuentro entre el matador líder y el picador avezado es el motivo de que éste participe en los dos importantes festejos, el de la Beneficencia, y el que se celebró en beneficio de los afectados por el hundimiento del crucero Reina Regente (que fue un fracaso económico). “Badila” aportaba en los carteles un atractivo indudable para la afición.

La lámina refleja la suerte que realizó “Badila” picando al 2º toro de la de la Beneficencia, de Félix Gómez; tras 6 puyazos, con mucha voluntad, y varias caídas, el picador citó con el sombrero en las manos para picar a pie firme, sin atenerse a norma alguna. Mazzantini le riñó y obligóle a que se montase en el jaco. El público, como siempre: unos en pro, aplaudían, y los que no, lo abucheaban.

Carmena, fiel a la ortodoxia que defendió durante toda su trayectoria, criticó la heterodoxia del afamado picador.


86.- Revista nº 16, aparecida el 29/VII/1895. Título de la lámina:

“UN QUITE GALLEANDO”

NUESTRO DIBUJO, viene comentado por Carmena, que comienza definiendo los conocimientos que debe tener el matador para poder ordenar las actuaciones de su cuadrilla; la necesaria experiencia para la colocación y asistencia en los 2 primeros tercios, y el dominio de su técnica en la preparación y ejecución del 3º.

Sobre el primer tercio, nos dice “TODO”:

“Pero donde está el complemento de las habilidades de un diestro que ha de gobernar, regir, defender y enseñar a otros cuantos que emprenden la carrera bajo su amparo y dependencia, es en la suerte de vara; peligro constante por regla general para la gente de a caballo, y estímulo loable para los que tienen que alcanzar el nivel máximo en toda empresa, al que los que hacen de cabeza corresponde.

Aparte de la oportunidad que en sortear el peligro, puede demostrar un diestro de conciencia, metiéndose en defensa del compañero que, para contener la violenta acometida de la fiera, no dispone más que de la fuerza de su brazo, nunca comparable, por muy considerable que sea, con la que desarrolla la astada cabeza de un cornúpeto, sírvele también el acto que se conoce con el nombre de quite, como de ensayo y manifestación de sus actitudes en el manejo de la capa, circunstancia a la que el público ha dedicado en todo tiempo preferente atención.

Las diversas formas en las que puede hacerse y rematarse un quite, según la generalidad o particularidad con que se empleen, así darán al que las practique más o menos superioridad entre sus competidores; pues a más de demostrar la extensión de su repertorio, acusará mayor dosis también en el conocimiento de las reses, al adoptar la forma precisa a que sus condiciones especiales se presten.

Generalmente, el modo más usado para rematar un quite es la media verónica; también suele sacarse los toros corriéndolos a punta de capote, terminándolos con largas, y en estos últimos tiempos con recortes capote al brazo y flameando el percal en zig zags; y es indudable que puede emplearse en ellos todas las suertes de capa, desde la antes indicada, como la más vulgar, hasta el galleo. “Cúchares”, que era un torero muy general y que dominaba con suma facilidad todo lo que constituye lo que hoy llamamos toreo de adorno, ejecutaba con frecuencia el quite galleando, que con su muerte cayó en desuso, como muchas otras genialidades del famoso Curro, y que hoy sólo conocemos de referencia.

Referencia que ofrecemos en este número a los aficionados, por medio del lápiz de nuestro dibujante Daniel Perea.»


87.- Revista nº 22, aparecida el 9/IX/1895. Título de la lámina:

“UNA CAÍDA AL DESCUBIERTO”

NUESTRO DIBUJO

En el primer tercio de la lidia, y durante el cual los diestros de a caballo están con el alma en un hilo, la suerte de varas ofrece en sus resultados tanta variación, como las restantes que se practican en una corrida de toros.

Cada puyazo, por regla general, lleva consigo una caída que tanto puede ser favorable como adversa para los picadores. Lo corriente es, que la misma víctima propiciatoria, o sea el caballo, sirva de escudo y defensa del picador, el cual, por la pesadez de sus atalajes, forma una masa compacta con la cabalgadura, de difícil separación. En este caso, el piquero, que cae casi siempre debajo del caballo, se resguarda con el cuerpo del mismo de las acometidas del toro que se ceba en el inerme cuadrúpedo, hasta que el capote del espada le obliga a abandonar su presa, sin más detrimento para el jinete, que el molimiento de huesos que el golpe pueda ocasionarle.

Otras veces, el ímpetu más o menos violento de la acometida, despide al picador de la silla, dejándole caer a cierta distancia y separación del caballo, con peligro evidente de que el toro acometa indistintamente al hombre o al bruto; y el hacerlo al primero, le pueda originar alguna cornada o daño de consideración. Para esta contingencia precisa la eficacia y oportunidad del matador, a fin de meter el capote sin demora y llevarse al toro, evitando de esa manera un desavío al lidiador desmontado.

Esto es lo que constituye en el tecnicismo taurino lo que se llama una caída al descubierto; asunto interpretado en el dibujo de este número por nuestro notabilísimo colaborador artístico D. Alfredo Perea, cuya reciente pérdida lamenta con nosotros el arte español».


88.- Revista nº26, aparecida el 7/X/1895. Título de la lámina:

“EL PICADOR JOSÉ FERNÁNDEZ PARRAO”

NUESTRO DIBUJO

José Hernández Moyano (no Fernández), conocido por «Parrao». Tras exponer en el artículo la biografía del picador sevillano, introducido en el arte de las varas por la amistad de su familia con la de los renombrados piqueros Francisco y José Sevilla, sitúa a «Parrao» en Madrid ya con casi 50 años, el revistero nos dice:

-“Con medio siglo encima, José Hernández Moyano demostró, a las primeras de cambio, que como picador de toros iba donde el primero, y un poquito más allá de donde van los jóvenes que hoy se estilan en ese ramo, y en los que se revela tanta falta de conciencia como sobra de pretensiones.

Parrao hizo en pocas corridas y a los cincuenta años, en Madrid, el mismo cartel que había hecho en su juventud por Andalucía. Airoso y alegre a caballo, decidido y franco a la suerte y concienzudo y artístico en la reunión, si bien al principio el público tardó en entregarse, como suele suceder cuando no se conoce una cosa, al fin rompió el hielo y se rindió a discreción, alentando y aplaudiendo gozoso la voluntad y la valentía del veterano jinete. Desde entonces ha sido y es, con justicia, uno de los diestros preferidos por la Plaza de Madrid y por los amigos de la verdad del toreo.

Tiene, sin embargo, el sistema de torear sin tranquillo, sus inconvenientes; y el primero y principal el de que los que lo practican suelen ser muy castigados por las reses. En este número se encuentra Parrao: su manera de alegrar los toros a la carrera y el entrar en suerte a caballo levantado, le originan por regla general terribles caídas de latiguillo, que si afectan siempre a una humanidad robusta, son mucho más sensibles y peligrosas en una naturaleza trabajada.

Por esta razón es evidente que el picador Parrao no podrá defenderse ya por mucho tiempo de los toros; pero quépale la satisfacción de que cuando figure entre los pasivos del arte, los que recordemos su valentía, su voluntad y su apostura en el redondel, al par que sus dotes particulares de honradez, modestia y respetuosidad, no podremos menos de exclamar con admiración y cariño: ¡Vaya un viejo!!…«


89.- Portada de la revista nº 1 de La Lidia, aparecida el 6/IV/1896

“LA LIDIA, AÑO DE 1896”

Los graves problemas que sufre España por los levantamientos en Cuba, Filipinas, etc.; la abdicación de Isabel II; son motivos de alarma general de la que no es ajena nuestra revista, que edita un artículo patriótico, de la pluma de Peña y Goñi. Otro artículo destacado lo redacta José Sánchez de Neira contra atacando a Luis Carmena por una llamada de atención de éste reconviniéndole por una alusión negativa de aquel sobre “Guerrita”. (Guerra en Cuba; guerra entre Sánchez de Neira y Carmena, por… Guerrita; demasiada guerra). En fin, en gran confusión e intranquilidad se inicia la temporada taurina del 96, y la lámina de la portada refleja la típica imagen de un picador en pie con la vara en una mano y el sombrero en otra. 


90.- Revista nº 7, aparecida el 18/V/1896. Título de la lámina:

“FUERA DE COMBATE”

NUESTRO DIBUJO

Lo afronta “M. DEL TODO Y HERRERO”, con un soneto:

-«Rozando con las ancas la barrera / y sosteniendo al picador valiente, / aguarda el matalón pacientemente / a que rebrinque del toril la fiera.

Emprende el toro su veloz carrera / llegando al caballo frente a frente; / arremete con ímpetu creciente, / y en su pecho el asta hunde certera.

Desplómase la victima sin vida, / y al jinete, que el golpe violento / recibe contra el suelo la caída,

Le retiran del Circo sin aliento; / y de la suerte es el fatal remate, / uno que queda fuera de combate».

Nos refiere la revista la crítica que sobre la corrida 9ª del abono madrileño se celebró el domingo 17 de abril, con toros de los herederos de Félix Gómez, a los que Don Cándido califica de bueyes. Los diestros fueron Mazzantini, “Algabeño” y “Villita”. Nada destacable sobre la actuación de los diestros. Y sobre el primer tercio, se dice:

-«La faena que hicieron en varas arroja este resultado: 31 puyazos por 15 caídas y 9 jacos para el arrastre, debiendo advertir que el último, después de tomar 3 varas, fue condenado a fuego, quizás con algún desconocimiento del Presidente, puesto que dos de ellas las tomó con relativa voluntad. En este tercio el único que demostró algún deseo picando fue el Largo, y para eso envainó la puya en alguna ocasión, siguiéndole en voluntad Carriles. En esta parte se registró, durante el segundo buey, un desquiciamiento del Algabeño en los quites y buena oportunidad en Mazzantini, contrarrestando los desahogos del tercer espada; y durante el último un lío espantoso».

Dice el cronista que los banderilleros anduvieron mejor, pero que la lidia fue nefasta; contabilizó 26 capotazos durante el segundo tercio del quinto.


91.- Revista nº 14, aparecida el 6/VII/1896. Título de la lámina:

“COGIDA DE EL CHATO EN MADRID, 31 DE MAYO DE 1896”

A falta de corrida en Madrid, y al no encontrar de interés las corridas que nos relata Carmena desde Alicante, donde fue a ver a su amigo “GUERRITA”, nos place relatar un suceso que en toda la primera página, y alguna parte de la cuarta nos refiere Don Cándido, anunciándonos que estaba transcrito de un papel taurino hallado en la biblioteca de Carmena (cuya importancia ensalza Peña y Goñi ,con debida justicia). Al ser tan larga la noticia, la resumimos; ya saben que pueden ustedes leerla completa, como así todas las de la revista La Lidia, en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional: www.bne.es, allí selecciona la hemeroteca digital, y buscando por el orden alfabético de las revistas y periódicos, pinchan en La Lidia; después pueden seleccionar por la fecha el nº de la revista que deseen.

La hazaña a la que se refiere el revistero la protagonizó en Algeciras el diestro José Redondo “El Chiclanero” durante la feria de toros del año 1851, en la que se dieron 3 corridas; el suceso se produjo durante la lidia del 5º toro en el 2º día, 2/VI/1851. Con “EL CHICLANERO” alternaba MANUEL JIMÉNEZ “EL CANO” (que moriría en Madrid al año siguiente, por la cornada de un veragua de nombre “Pavito”, el 12/VII). Los toros de la tarde del hecho eran de la ganadería de Jerónimo Martínez Enrile, de Medina Sidonia, y mientras se lidiaba el citado 5º, el que esperaba para la última escena rompió la puerta, se llevó al “llavero” por delante y armó el revuelo que puede uno imaginarse. Los capotes volaban y huían, los caballos de acá para allá saliendo de las querencias de los cornúpetos con algarabía y precipitación. Ante la compleja situación, «Joseíto» se fue a los toros, juntos y aquerenciados, citó estoque en mano a uno, se le vino el otro de sopetón, pero atento y buen matador le clavó el estoque y dio muerte. Había solicitado la disponibilidad inmediata de otro estoque que recibió a tiempo de enfrentarse al otro morlaco al que despachó al tercer intento.


92.- Revista nº 20, aparecida el 17/VIII/1896. Título de la lámina:

“UN QUITE ARRIESGADO”

NUESTRO DIBUJO

Acompaña al cromo un artículo prolijo de Luis Carmena, en el que revela al lector la singular generosidad de los actores taurinos, que en viendo a alguno de sus compañeros en peligro acuden todos a una a liberarlo de inmediato. No hay otra manifestación festiva con tanta exhibición de nobleza como en la fiesta española, dice Carmena.

Manifiesta es la realidad del riesgo mayor que se genera en el primer tercio, y de cómo para paliarlo los matadores, principalmente, están en ese tiempo muy atentos para salvar del peligro a sus subalternos de a caballo. Y, dice, lo hacen por dos causas: por la generosidad de la que están bendecidos, y por la oportunidad del lucimiento que siempre supone en la lidia una exhibición de valor, dominio y profesionalidad.

Explica, al fin, la lámina de Daniel Perea, situando la escena en la plaza de Madrid, el día 26/VI/96, cuando el 6º de Veragua, de nombre “Papelero” puso en riesgo la vida del picador Francisco Codes “Melones” (uno de los “Melones”, que van por el 3º de la dinastía, dice), tras una caída. Los diestros “Minuto” y “Faíco”, que alternaban dicha tarde, acudieron al salvamento del caído, incluso poniendo en claro riesgo sus vidas. 


93.- Revista nº26, aparecida el 28/IX/1896. Título de la lámina:

“¡FUERA ESE CABALLO!”

NUESTRO DIBUJO

Aunque no está firmado el artículo del dibujo en cuestión, tiene toda la pinta de que lo escribió Don Jerónimo (o Don Cándido, que es lo mismo), dada la hiel que en él suelta. No juzgo la razón, que seguro que le ampara, pero sí la forma tan ruda y brusca con la que realiza la crítica. 

Reitera el revistero el que el gremio de los picadores está lleno de maletas; que es ese el gremio donde peores toreros hay. Y explica que el mal del gremio empeora cuando se juzgan sus actuaciones en las novilladas de verano, debido a que en ellas los toreros han de aceptar los piqueros que pone la empresa de caballos, que normalmente selecciona a los menos expertos y exigentes, además de montarles en caballos escuálidos y sin condiciones para la lidia. Amén de aconsejarles que eviten la muerte de sus monturas, porque si no lo hacen no volverán a salir a picar, les ponen en situaciones de absoluta indigencia profesional, y sin suficientes defensas. Y dice con bastante rudeza, que esas acciones en provincias se saldan con unos días de cárcel, o con una serie de botellazos y naranjazos de la plebe, pero que aquí en Madrid: “ya no hay ni agallas ni autoridad para evitar esos dislates”.

Termina diciendo que el dibujo de Perea es muy oportuno, ya que en las novilladas citadas, el alguacilillo se pasa la tarde corriendo de acá para allá azuzando a los picadores temosos que se refugian en tablas sin gana alguna de acercarse al toro que hay que picar, para decirles: ¡Fuera ese caballo!


94.- Revista nº 6, aparecida el 24/V/1897. Título de la lámina:

“DESPUÉS DE UN PUYAZO”

A falta de texto sobre el dibujo, comentamos el artículo que Leopoldo Vázquez escribe sobre: “El escándalo del jueves”, referido a lo ocurrido en el primer tercio de la lidia del 6º toro de la tarde, de la corrida extraordinaria del 20 de mayo. 

Dada la supuesta inutilidad de los caballos que montaban, los picadores, motu propio o por mandato de sus espadas, se apearon de los pencos por considerar que con esa clase de animales no se podía ejecutar la suerte de picar.

El Sr. Vázquez se indigna, con razón, porque el presidente del festejo no hizo cumplir lo reglamentado a los lidiadores. Se indigna por la falta de profesionalidad de los picadores que, seguro, dice, no han cumplido el preceptivo punto del reglamento en el que les obliga a ir por la mañana de la corrida a realizar la inspección y elección de las monturas que han de montar a la tarde,  por orden de antigüedad, y que por no hacerlo así los desahogados contratistas de los pencos les ofrecen luego los jacos que menos le cuestan. 

También culpa a los espadas por no ejercer sobre sus picadores el cumplimiento de la elección y prueba reglamentarias. De no ser así, dice, de no estar por la mañana en prueba y exigencia de buenos caballos tras las diagnosis de los veterinarios correspondientes, las exigencias que puede hacerse luego en la plaza carecen de fuerza y de razón.


95.- Revista nº 9, aparecida el 7/VI/1897. Título de la lámina:

“REMATE DE UNA LARGA”

Ausente el artículo sobre el dibujo, porque la revista había que dedicarla a otro menester: a contestar a “alguien” que había osado poner en duda las alabanzas que “GUERRITA” recibió de La Lidia tras su actuación en la corrida de la Beneficencia pasada. Parece que los revisteros se conocían bien y que se zaherían con virulencia a la menor ocasión. Sabido fue la predilección de Peña y Goñi por “LAGARTIJO”; la defensa que siempre hizo Carmena de SALVADOR; y ahora parece que la adoración que Carmena tenía por el 2º Califa, debía ser castigada por la competencia; que ya había criticado al gran bibliófilo y excelso bibliógrafo, de cuidador celoso del gran torero cordobés.

Lo cierto es que, para dejar clara la objetividad de la revista, se relacionan las críticas de varios cronistas taurinos, que avalaban la opinión que La Lidia publicó en su día sobre la actuación de RAFAEL GUERRA en la corrida de la Beneficencia. Y las referencias procedían de: El Imparcial, El País, El Toreo, El Globo, El Enano, El Liberal, El Tiempo, La Época, La Tribuna y La Correspondencia de España, o sea, de las opiniones más prestigiadas del periodismo taurino de la época.

Sobre lo ocurrido en varas durante la 11ª corrida de abono de la plaza de Madrid, que con toros de José Moreno Santamaría lidiaron Mazzantini y Fuentes, nos dice La Lidia: “Toros de buen trapío, empujando en varas, exigentes en el último tercio. Tomaron 40 puyazos, dieron 24 tumbos a los jacos y arrastraron 15. Los mejores fueron, 3º, con 8, 5 y 5; y 6º, con 8, 4 y 3.

“El Albañil”, que destacó en su actuación, sufrió una conmoción tras una caída. “Chano” y “Cantares”, bien. También estuvieron acertados los hermanos “Carriles”.


96.- Revista nº 13, aparecida el 5/VII/1897. Título de la lámina:

“EVITANDO LA CAÍDA”

Informamos de la corrida de Madrid del día 4 de julio, fuera de abono, con floja entrada para ver reses del duque de Veragua, y la lidia que ofrecieron “MINUTO” y “QUINITO”, según la opinión que publica en esta revista Don Cándido. En ella se recogen los adjetivos que le dedican sus colegas: “Este latoso y tabarrista revistero”…

Los toros de Veragua le demostraron al revistero que está acertado en su opinión de que están desacreditados por su mansedumbre; la corrida de ayer fue una “bueyada”, nos dice. Al 1º lo foguearon, y los demás apenas tuvieron poder, la muestra que aporta son los números que ofrecieron en varas: 31 entradas, por 8 caídas y 5 caballos para el arrastre (nuestra “biblia” particular dice: 32, 11 y 5).

Sobre la Suerte de varas nos dice que “MELONES” estuvo bien, y que su camino en la profesión está siendo muy positivo. Y sobre la actuación de “TELILLAS” dice que fue acertada con algunos puyazos buenos. En el resumen que se nos ofrece en los Anales de la Plaza de Madrid, tomo 1º, volumen 2º, la información sobre varas es parecida, aunque varíen los números como ya señalamos. ¡Cuántas gracias tenemos que dar a la Unión de Bibliófilos Taurinos y al autor de tan magna obra por la edición de esta valiosa herramienta de consulta! Y conocida, por comprobada, la credibilidad de su autor, D. Víctor Pérez López, las gracias deben ser, aún, más consistentes.


97.- Revista nº 15, aparecida el 19/VII/1897. Título de la lámina: 

“UNA VARA CUARTEANDO”

Antes de la opinión sobre la lámina del día, Carmena nos regala un luengo editorial. Una de las frases que escribe nos gusta mucho: “El miedo es natural en el prudente / y el saberlo vencer es de valientes”. 

NUESTRO DIBUJO

-“No he de entrar a definir las variadas y diferentes que son las suertes de picar, dadas la múltiples condiciones de los toros y terrenos de la plaza en que necesariamente han de llevarse efecto, a pesar de que todas y cada una de ellas se realizan en circunstancias idénticas, y que las diferencias que distinguen a unas de otras son no más que la parte accesoria. Lo esencial, lo que se efectúa en lo que pudiera decirse el centro de la misma, es idéntico en todas. (¿?).

La que más diferencia acusa en la situación que han de tomar toro y picador, es la que se llama a toro atravesado, y que en el dibujo de este número de La Lidia tiene por epígrafe: Una vara cuarteando.

En ella no se hace el quite colocando al caballo en la rectitud del toro, sino presentándole el costado derecho, es decir, atravesándose por completo ante su cara.

Una vez en esta posición, se obliga mucho a que acometa, y cuando esto se consigue y al dar el encontronazo, se espolea al caballo a fin de salir de la cara con ligereza, después de haber castigado al cornúpeto.

Esta suerte debe intentarse únicamente con los toros que están aplomados y en querencia, y por los picadores que sean excelentes jinetes y tengan seguridad en la resistencia, ligereza y docilidad del caballo, porque de carecer de estos requisitos, de ser pesado en sus movimientos y estar falto de poder, al alcanzarle el toro en su acometida, conseguirá derribarlo.

Y no es eso lo peor, sino que la caída será generalmente expuesta y sobre el cuerpo del toro o completamente al descubierto, y en el terreno del toro, donde es muy difícil evitar un percance aun cuando el auxilio sea inmediato y rápido, puesto que el que lo intente apenas si conseguirá sacar a la fiera unos pasos de la querencia para volver inmediatamente a ella.

Con toros de otras condiciones, no debe el picador presentarse en tales formas para ejecutar la suerte, y menos aun con los cobardes, porque éstos al ver un bulto grande ante la cara, de seguro que no acometerán, sino por el contrario, buscarán inmediatamente la huida”. (El artículo lo firma L. Vázquez).


98.- Revista nº 18, aparecida el 9/VIII/1897. Título de la lámina:

“CAMBIO DE SUERTE”

NUESTRO DIBUJO

“El cambio de suerte”, titula L. Vázquez su comentario sobre el dibujo de la revista de hoy. Y dice:

-“El prolongado eco de los clarines llenando los espacios, acaba de anunciar la variación del primer tercio de la lidia, esa parte del espectáculo en que para contrarrestar el empuje de la res, dominar su fiereza y hacerle perder  en parte sus facultades, han entrado la fuerza y habilidad de los jinetes, poderosamente auxiliados por los toreros de a pie, para hacer menos expuesta la suerte por aquellos ejecutada.

A la parte de la fiesta en la que la arena se mancha con la sangre que vierten los caballos heridos por el cuerno de los toros, va a suceder otra llena de vida y gallardías, en que el hombre va a poner de relieve una vez más cuanto puede la inteligencia para burlar la acometida de la fiera, y salir airoso de los más rudos empeños.

Y en ese momento, solemne siempre como todos los que suceden en la fiesta española por excelencia, de pasar del primero al segundo tercio, es el que representa el dibujo que hoy ofrece a sus lectores La Lidia, lleno de verdad, de vida y de detalles. 

Por la puerta de la barrera, correspondiente a la de caballos, se retiran los picadores que han estado de tanda haciendo antes entrega al encargado de recogerla, las puyas de que se han valido para castigar a los toros en sus acometidas.

Y desde las tablas, por la parte opuesta generalmente, avanzan hacia los medios los dos banderilleros encargados de llenar el segundo tercio, auxiliados por el espada o espadas de descanso, y los peones necesarios».


99.- Revista nº 9, aparecida el 16/V/1898. Título de la lámina:

“UN CABALLO REBELDE”

La revista se deleita con la crónica sobre la corrida patriótica celebrada el día 12/V, en la que se lidiaron 12 toros, 10 de ellos se hizo a pie. La corrida, promovida por la Diputación, estuvo presidida por el conde de Romanones, y fue todo un éxito de taquilla al colocarse el cartel de “No hay billetes”. Todos los intervinientes lo hicieron desinteresadamente. Vemos entre los rejoneadores a uno de los ensayistas e investigadores más feraces en el estudio de la suerte de varas, Antonio Fernández de Heredia “Hache”, quien luego escribiría en 1904 su “Doctrinal  tauromáco de Hache”, uno de los trabajos más profundos que sobre el cómo torear se habían escrito hasta entonces.

En la plaza de Madrid se celebró el día 15 la 7ª corrida de abono, en la que lidiaron toros de Felipe de Pablo Romero los matadores ENRIQUE VARGAS “MINUTO”, ANTONIO FUENTES y EMILIO TORRES “BOMBITA”. Don Cándido 1º el Optimista, trata a la corrida como de “medianía y vulgaridad”; aunque recalca, eso sí, que eran muy bonitos. Según el revistero, “Minuto” tuvo una mala tarde; Fuentes estuvo bien en su 1º y muy pesado con el otro, al que dio demasiados capotazos; “Bombita” también es tildado de pesado en su 1º y de bueno en la lidia y muerte del 6º. La corrida contó con una asistencia de media plaza, y con una presidencia que tuvo un desconocimiento absoluto de su misión.

Otras fuentes (mi biblia de Víctor López y “Sol y Sombra”), revelan que la corrida fue variada; que 3º y 6º tuvieron gran trapío; y el 6º, además, fue poderoso y bravo, tomó 9 varas, dio 7 caídas y mandó arrastrar a 7 jacos. La corrida, en total, tomó 44 varas, dio 21 caídas y finiquitó a 10 pencos. En varas destacó “El Inglés”.


100.- Revista nº 23, aparecida el 22/VIII/1898. Título de la lámina:

“TENTANDO UN BECERRO”

NUESTRO DIBUJO

-”Denomínase tienta a la operación que se practica en las ganaderías bravas con las reses de dos años próximamente, a fin de ver si reúnen las condiciones de bravura indispensables, para más tarde ser destinadas a la lidia en cosos cerrados.

Dos maneras hay de practicar este examen: una en campo abierto, por el sistema llamado de acoso, y otra en corrales cerrados.

No hemos de ocuparnos del primer método, que es el más generalizado en Andalucía, y sí del segundo, que es el que se practica en Castilla y otras regiones de España, aunque lo hagamos muy a la ligera, por referirse el dibujo de este número de LA LIDIA al momento en que tiene lugar la de un becerro.

Para efectuar la prueba de bravura de los becerros en corral, se previenen las reses que hayan de ser tentadas en otro inmediato al que ha de efectuarse, y de fácil acceso al mismo.

En el destinado a tentadero, en el que habrá los burladeros precisos, permanecerán únicamente el tentador a caballo con vara de detener, de puya corta, y uno o dos peones auxiliares cuanto más; aquél situado contra querencia, y estos prevenidos con capote de brega en puesto conveniente.

Así prevenidos, se hace pasar a la corraleta a uno de los becerros apartados, al cual, si arranca con fe y coraje al tentador y vuelve de nuevo sobre el bulto, con bravura, recargando después de sentir el castigo, puede, desde luego destinársele para la lidia.

No debe castigarse a los becerros con mayor número de veces que las indicadas, a no ser que por la mucha bravura que en ellas haya demostrado, quiera el dueño de la ganadería destinarlo para padrear.

A veces, al ser pinchado por primera vez el becerro, puede volver la cara, en cuyo caso uno de los peones le llamará la atención con el capote a fin de que vuelva a la suerte. Si hace esto y acomete de nuevo al jinete con coraje una o dos veces, queda demostrado que tiene bravura; pero sino quiere más castigo y huye del jinete cada vez que se le presenta delante, en este caso debe desecharse por manso y destinarse para los servicios del campo o el matadero, y nunca para ser lidiado ni aún en corridas de novillos, como se viene efectuando; porque reses de esta índole no pueden presentarse a que se ejecute con ellas suerte alguna con lucimiento, y contribuirán al descrédito de la fiesta, de los lidiadores que se aventuren a entenderse con ellas, y de los poco escrupulosos ganaderos que se presten a venderlas como útiles.

De la escrupulosidad con que se verifiquen las tientas, tanto por el sistema del acoso como en corral, depende el que las castas conserven su bravura, las ganaderías el crédito que alcanzaran, y hasta que mejoren las condiciones de lidia de las reses.

La tienta en corral va generalizándose; y en opinión de algunos ganaderos que también han tentado sus reses por acoso, es preferible”.


101.- Revista nº 24, aparecida el 29/VIII/1898. Título de la lámina:

“CAÍDA AL DESCUBIERTO”

-“Picando, es cosa corriente / que algún picador se vea / más de una y más de dos veces / en la situación expuesta, / crítica y comprometida / que el dibujo representa; / bien porque la jaca herida / se incorpore con presteza, / y saliendo de estampía / deje al picador en tierra, / y ante la cara del toro / expuesto a sus iras ciegas; / o bien por conocer / todas las taurinas reglas / a que siempre se ajustaron / los Puyanas y Marchenas, / los Calderones y Hormigos, / Los Pintos, Trigos y Ruedas, / los Marchantes y Orellanas, / los Sevillas y Agujeta”. Con estas rimas nos explica L. Vázquez el dibujo de la semana.

Sobre las cuatro corridas de toros que se celebraron en Bilbao con motivo de sus fiestas de la última semana de agosto, nos cuenta la revista que en tres de ellas hubo lleno, mientras que en la 2ª se cubrió una buena entrada. Los diestros fueron: Mazzantini, “Guerrita”, “Reverte” y “Bebe Chico”. Y las ganaderías dieron muy buenos resultados en sus lidias. La 1ª tarde los toros fueron de Dª Celsa Fontfebre, y sus números en varas: 37, 12 y 7. La 2ª de Muruve, con 41, 18 y 10. Saltillos fueron los de la 3ª, los mejores de la feria, con 45 puyazos, 22 caídas y 14 caballos a arrastrar. En la 4ª los toros de Anastasio Martín, buenos también, dieron: 44, 19 y 11.


102.- Revista nº 25, aparecida el 5/IX/1898. Título de la lámina:

“UN TORO PEGAJOSO”

NUESTRO DIBUJO

-“Se da el nombre de toro pegajoso al que aunque tome cumplidamente el engaño, se acerca mucho al cuerpo del torero y le pisa casi el terreno.

Generalmente recarga la suerte, y con especialidad la de varas, por cuya razón los diestros deben tener mucho cuidado de verle llegar y estar prevenidos.

Cuando esta clase de toros tienen poco poder, y da con picadores que castigan, suelen irse alejando poco a poco del bulto para volver sobre él con mayor violencia, y de este modo apoderarse de él, puesto que por mucha que sea la resistencia que se le oponga, la velocidad que lleva al acometer le hace multiplicar la fuerza del encontronazo, que no hay brazo que la resista.

Con esta clase de toros debe el picador, en primer término, caer reunido con el caballo sin trocarse, para en el caso de que el animal se incorporara no quedar al descubierto. Una vez en el suelo, debe también agarrar las riendas lo más cerca posible de la boca del caballo, para sujetarlo y taparse con él.

A veces, por efecto de la violencia del choque, no pueden los picadores ajustarse a lo indicado, y caen con la exposición en que aparece en el dibujo de LA LIDIA, en que un pequeño movimiento del toro hacia el lado derecho, puede ocasionar la cogida del picador.

Los picadores de a pie deben, con esta clase de reses, estar convenientemente colocados para en el momento de peligro meter el capote y empaparle bien por el lado contrario en que se halle el jinete, o bien, si la exposición del picador fuera grande, y el toro no obedeciese el llamamiento, proceder al coleo, a fin de que el daño que con este recibe le haga soltar la presa”.

Mientras, Carmena, en el artículo de fondo de la revista, se mete en los charcos del toreo femenino, al que destroza con sus juicios de superficialidad, jocosidad en incluso acusándolo de seudo pornográfico… Las mojigangas en que se convertían estos festejos, sin contenido ético taurino, parece que era difícil que pudieran recibir otra crítica distinta a la que realiza el gran Carmena. Pero de ahí a meterse en tantos charcos…

Un anuncio informa de la apertura de taquillas para la adquisición de los abonos para la 2ª temporada del año. Los matadores serán los mismos que los de la 1ª, y el nº de corridas es el de 6, a celebrase los días, 18 y 25 del corriente mes, y los 2, 9, 16 y 23, del próximo. Y avisa de que en caso de celebrarse la corrida de la Beneficencia en alguno de los citados domingos, la última de abono se cumpliría el día 30 de octubre.


103.- Revista nº 27, aparecida el 19/IX/1898. Título de la lámina:

“TODOS AL QUITE”

Nuestro admirado escritor malagueño, Aurelio Ramírez Bernal, también conocido como “P. P. T.”, del cual nuestra querida Unión de Bibliófilos Taurinos publico un entrañable trabajo titulado: “Memoria del tiempo viejo”, nos presenta en este número de La Lidia, dentro de un apartado al que llama: “Cátedra taurina”, un artículo prolijo titulado: “Estocadas de recurso”, del que detallamos el siguiente punto:

-“En el arte se conocen distintos tipos de lances de estoque: hay la suerte a paso de banderillas; hay la de media vuelta; la de a toro corrido; la del encuentro; matar andando el toro , que hoy dicen a toro gazapeando (no están los diestros malos gazapos); esperar aguantando a la carrera de la res; matar aprovechando la fijeza de la vista del toro sobre un punto ajeno al matador, o aviso intencionado de otro diestro, que por movimiento del capote le distrae; entrar a golpe rápido en el momento en que la res se vuelva y pare a la salida del pase natural; aguantar, o mejor dicho, recibir por coger ventaja y recurso en un arranque del toro por derecho, en cuya situación forzada puede el espada demostrar sereno ánimo, pulso y vista firmes para dar valiente estocada con apoyo de la pierna derecha en una tercia de retroceso para resistir el encontronazo al tiempo que vacía con la muleta, permaneciendo el pie fijo hasta terminar la suerte con la salida recta del toro”.

Sobre la lámina, se explica en la revista:

-“La mayoría de la veces basta para conseguir el objeto de apartar a la res del sitio del peligro, la intervención de un espada; en algunas ocasiones, cuando el toro es pegajoso y se ceba en los objetos que ha derribado, es preciso que sean dos o más los que lo efectúen , coleando alguno de ellos, hasta conseguir que abandonen su presa; y alguna vez, como en el caso que se representa en la lámina de LA LIDIA, en que le cornúpeto, derribando a caballo y jinete sobre las tablas, deja a éste en grave aprieto, es necesario el auxilio, no sólo de los espadas, sino de los peones y hasta de los monos sabios. Los lidiadores para llamar la atención de la res y evitar el recargue sobre el picador, y los monos desde la barrera para levantar en vilo al jinete y meterlo en el callejón, librándolo de un percance, si espadas y peones no pudieran con prontitud dominar a la fiera”.


104.- Revista nº 34, aparecida el 7/XI/1898. Título de la lámina:

“PRONTO, A PICAR”

El fin de temporada hace languidecer el noticiero taurino, apenas animado por la celebración de novilladas de invierno que atraen a pocos aficionados, y que se ajustan con pocas esperanzas de algún éxito; ni por sorpresa. Así la novillada de Madrid del día 6 del XI, en la que actuaron Ricardo Torres “Bombita Chico”, y Antonio Olmedo “Valentín”, con novillos de José Antonio Adalid, tuvo una entrada muy pobre. Los dos novilleros tuvieron que entrar en la enfermería, por lo que tuvo que hacerse cargo de los dos últimos novillos el sobresaliente, “Pulga de Triana”, que, según la crónica del festejo, estuvo penoso; recibió 2 avisos en el 5º y contó con la valiosa colaboración de los puntilleros y de “trapillerías” con  que le finiquitaron al 6º. 

CÁNDIDO MUÑOZ JIMÉNEZ “PULGA DE TRIANA”, fracasó en su intento de ser matador de toros; en su reiterado e insulso intento de alcanzar la gloria como  torero; pero fue un aceptable banderillero que podría haber llegado a ser bueno de haberse liberado antes de su pretensión de tomar la alternativa como matador de toros.

Una noticia inquieta al revistero, que en un artículo da salida a su disgusto por las cuentas de la corrida de la beneficencia:

-“Las cuentas de ingresos y gastos de la desastrosa corrida de la Beneficencia, serán dignas de ver. Las perdidas ascienden a unas 10.000 pesetas; más bien más que menos.

Veremos a qué capítulo se cargan, o si como debiera ser, se reparten a prorrateo para ser abonada por los señores diputados encargados de su organización.

En dichas cuentas figurarán, seguramente, como gastos, el raso adquirido para carteles de seda; los ramos de flores para obsequiar a algunas de las señoras que asistieron a la fiesta, y otros por el estilo verdaderamente inútiles, y más cuando tenía como segura la perdida, por el tiempo en que se organizó, la combinación de diestros, y el día quebrado que se eligió para llevarla a efecto.

Es la desastrosa corrida de Beneficencia del corriente año la primera de las organizadas desde 1850 hasta la fecha, en que los resultados han sido negativos”.  


105.- Revista nº 1, aparecida el 3/IV/1899. Título de la lámina:

“UN BUEN QUITE”

Nuestro amigo Don Cándido nos sigue deleitando con sus filias y fobias, desnudo él sin ánimo de ocultar la subjetividad de sus juicios. No es dudosa la decadencia que a primeros del siglo XX tuvieron los toros de Veragua, pero la inquina con la que el donostiarra juzgaba al ganadero parece más vísceras que razonada; al menos por las formas. Veamos:

-“Ignoro si seré procesado por lo que voy a decir, pero en tal caso, me consolaré con ser mártir de la verdad. Y es lo siguiente: que el ganado del Sr. Duque de Veragua continúa en palmaria y progresiva decadencia; que los toros o lo que sean, de ayer, resultaron desiguales en presentación, habiéndolos finos y bastos, bien conformados y con pinta de buey, y ajustados de cabeza y con la cabeza bastante desajustada; y que respecto a condiciones de lidia, dos han resultado manejables, uno dificultoso y tres con tendencias o con efectividad de mansos. Y que, en estas condiciones, si la corrida de inauguración no ha dejado más satisfechos a los aficionados, ha sido por causa exclusivamente del ganado. Es decir, como siempre; y a pesar de ello, Veragua a todo pasto”.

Sobre la suerte de varas dice que fueron destacadas las que realizaron “Agujetas”, Molina y “Pegote”.

Otras de nuestras consultas, 3 en este caso, nos dicen que los toros estuvieron bien presentados, que en varas cumplieron (32, 18 y 10, – como el coronavirus, que mata mucho; demasiados caballos para 32 puyazos, lo que habla del celo de la corrida hacia el caído); que fueron a banderillas; y que en el tercer tercio no quisieron mucha guerra. Parece que la corrida no fue buena, pero…


106.- Revista nº 3, aparecida el 17/IV/1899. Título de la lámina:

”ACCIDENTE EN LA TIENTA”

NUESTRO DIBUJO

-“En el término de Madrid existe un sitio que es conocido con el nombre de Tierra de las vacas, que tiene arrendado la notable Sociedad de garrochistas, con el objeto, no sólo de tener algunos toretes que lidian de cuando en cuando, sino con el de efectuar a menudo cuantas operaciones de campo pueden practicarse con reses bravas.

El día 30 del pasado Marzo marcharon a la citada Tierra de las vacas con este objeto, varios de los individuos que componen la Sociedad, entre los que figuraba un conocido aristócrata.

Dicho señor, formando collera con otro socio, salieron persiguiendo a un becerro con el objeto de derribarlo; tres veces lo alcanzaron, y en las tres ocasiones consiguieron su objeto; pero en la última el becerro, que había dado pruebas de poca bravura, al levantarse, y con el objeto de rehuir la persecución, se coló debajo de la jaca que montaba dicho señor, y al querer quitarse el bulto de en medio, levantó la cabeza e hizo perder tierra por los cuartos traseros a la jaca, que despidió de cabeza al jinete. Éste calló con tan mala suerte que dio con la cabeza sobre una piedra, causándose una herida de consideración en la región frontal del lado derecho, partiéndose parte de la ceja, de cuya herida curó más pronto de lo que se creía.

El referido accidente es el que aparece en este número de LA LIDIA, dibujado con la gran verdad y maestría que le es peculiar al popular Daniel Perea».


107.- Revista nº 4, aparecida el 24/IV/1899. Título de la lámina:

“UN PUYAZO EN LOS BAJOS”

Una firma debuta como colaboradora en La Lidia en este número, la de Antonio Fernández Heredia “Hache”, del que ya hablamos con anterioridad, elogiando su erudición taurina y su “guerrera” actitud ante las medianías que nublaban el espectro taurino finisecular. Su “Doctrinal taurómaco” de 1904 fue propuesto por la “Tertulia Taurina de Bilbao” en 1906 para que sirviera de base para el reglamento de la plaza de Vista Alegre. “Hache” nació en Madrid en 1857, donde murió en 1921. Fue ganadero con Mazantini; asesor de la presidencia de la plaza de la carretera de Aragón, y sustituto de Sánchez de Neira en La Lidia. Su localidad en la meseta de toriles era muy observada por los aficionados madrileños, ya que “Hache” para evitarse el dar voces y gesticular con vehemencia, desde ella mostraba los diversos pañuelos que, a su entender, debieran ordenar la lidia de que cada res. Así mismo, con ruidoso cencerro hacía saber al respetable la condición de buey a la que había que incluir al toro que así lo mereciera.

Hache escribe su primer artículo de La Lidia criticando a aquellos toreros que exigían el sorteo en las corridas, y les acusa de poco valientes (o de valientes, entre comillas). Y explica: -“Si antes no había razón para los sorteos menos ahora, cuando los dueños de las vacadas vienen achicando sus reses y procurando ajustar las corridas a un determinado molde”. Y elogia la determinación de los ganaderos de Veragua y de Saltillo, únicos que en sus contratos incluyen clausulas en que se les permite elegir el orden de lidia de sus reses:” <3º.- Los seis toros se han de lidiar juntos, en corrida completa y por el orden que S. E. designe, de por sí o por persona delegada al efecto>. Y el otro: <5º.- Un encargado de la señora marquesa acompañará a los toros en el viaje, y él será el único que podrá designar el lugar en que cada toro debe salir a ser lidiado>”.

-”Los criadores de reses bravas, en su mayoría, hánse convertido en tratantes de ganado; venden los productor que obtienen, no por el crédito de la casta, sino por la protección que les dispensa, los espadas; y a fin de no disgustar a éstos ceden a sus exigencias sin preocuparles el perjuicio que pueda ocasionarles para el buen resultado de la corrida”.

Critica a Reverte y a otros valientes que exigían el sorteo, y a las empresas y ganaderos que lo permiten. Antes, dice “Hache”, “Cuando un torero de verdad era informado de que entre el encierro había un toro que destacaba por su tamaño o por la leña que portaban, ambos toreros se lo disputaban, dándose el caso que había que sortearlo porque los dos querían matarlo”.

Y, curiosamente opuesto al criterio difundido respecto a que “Guerrita” abusó de elegir los toros menos aparatosos y que ese abuso motivara la petición del sorteo por parte de Mazzantini, sostiene “Hache” en su artículo que el cordobés siempre acepto los toros bien puestos, y que el que comenzó a incluir la cláusula del sorteo fue el ya citado “Reverte”. Termina su artículo el revistero recordando la dignidad de los toreros “de antes”, que querían para ellos aquellos toros que por sus dificultades podían exigir más de sus aptitudes técnicas y de valentía, lo que les procuraba mayor aprecio de los aficionados y mejores triunfos.


108.- Revista nº 16, aparecida el 17 /VII/1899. Título de la lámina:

“OBLIGANDO A UN TORO TARDO”

<Maestro, ¿y el discípulo?> Así titula Aurelio Ramírez Bernal su articulo de este número de la lidia. Dado que yo abomino del exagerado uso que del título de maestro se hace hoy día, me apresuré a leer con fruición lo que dejó escrito este sabio del toreo del XIX. Creí que iba a criticar ese abuso del “maestro”, pensando que también se empleaba al final de aquel siglo; pero no, la acepción era otra, no diferente, sí complementaria, ¿Puede alguien ser maestro si no se le reconoce discípulo? Tal era la pregunta que se hacía “Hache”.

Tras un deambular por ejemplos pasados en los que los verdaderos maestros dejaron sus conocimientos en alumnos identificados, “P.P.T.” nos sitúa en su actualidad preguntándose por qué “Guerrita”, único que pudiera dejar su impronta de maestro en algún discípulo, no se decide a dedicar sus enseñanzas a algún meritorio que, a su entender pudiera hacerse merecedor al recibo de tan alto magisterio. “P.P.T”, le designa un aspirante, incluso decide que sólo ese aspirante sería digno de recibir las enseñanzas de ese único maestro del espectro taurino; “Guerrita”, éste; “Gallito”, aquel. Rafael Gómez Ortega “Gallito”, a sus 17 años ya había despertado las esperanzas de un conocedor del toreo como Ramírez; quien se pregunta si Guerra no tendrá la obligación de trasmitir sus saberes para que su toreo se perpetúe en los ruedos habiendo, incluso, sabido elegir un digno discípulo de sus capacidades y saberes.

De muy antigua ha sido mi convicción de que el toreo se tornó en conatos de arte con “Lagartijo”, que fraguó su consistencia de dominio artístico con Guerra; que culminó ecléctico con “Gallito III”, y que entre la magia de Belmonte y la quietud, mando y estética de “Manolete”, donde se alojaron las improntas de Manolito Bienvenida y Chicuelo, se llegó a la segunda mitad del siglo XX en la que  el  decadente poder de las reses fue permitiendo un toreo de indiscutible belleza y variedad, pero en el que la emoción fue perdiendo intensidad, sobre todo porque se abandonó poco a poco la épica en la que desarrollaba el primer tercio, ahora sicario de lo que manda el “maestro”, que exige lucirse en la muleta, cercenado la integridad de la corrida y haciéndola eterna y tediosa, y a veces sólo soportables por los palmeros cercanos y los empresarios interesados (que no son todos, aunque sí muchos).


109.- Revista nº 29, aparecida el 16/X/1899. Título de la lámina:

“OTRA VEZ EN SUERTE”

No hay forma de llevarse algo al “teclado” de lo que se refleja en la revista de hoy. Un artículo luengo de “P.P.T.” en el que denuncia, y abate, los argumentos de aquellos que arremetieron contra FRANCISCO MONTES “PAQUIRO” acusándolo de que atravesaba los toros al matar, exhibiendo para ellos testimonios variados de crónicas anteriores extraídas de revistas de su archivo. Y promete otra información al respecto en la que dice que demostrará lo perfecto que era el modo de matar recibiendo del gran “PAQUIRO”.

La corrida de Madrid del día 15 fue suspendida. No se dice por qué en nuestra particular “biblia” de noticias sobre los festejos de la plaza de la carretera de Aragón. Tampoco aparece en el número correspondiente de la revista “Sol y Sombra”, la cual dedica sus informaciones a las corridas de Zaragoza y a la retirada de “Guerrita”, anunciada por éste nada más terminar con su compromiso en la capital aragonesa.


110.- Revista nº 2, aparecida el 23/IV/1900. Título de la lámina:

“UN PUYAZO EN LOS TERCIOS”

NUESTRO DIBUJO

-“Una vez más he de consignar en las columnas de LA LIDIA que la suerte de picar es indudablemente una de las más precisas para el mayor lucimiento y mejor ejecución de cuantas han de efectuarse con posterioridad, y que su objetivo es el de parar y castigar a los toros en forma debida, y obtener el ahormarles la cabeza.

Para ser un buen picador deben reunirse determinadas cualidades, como son el valor para ver llegar los toros y esperar el momento de castigarlos; robustez para contrarrestar la acometividad de sus adversarios; dominio del arte de torear para conocer cuál es su terreno y cuál el de las reses en cada suerte, y cómo, dónde y de qué manera ha de practicarla; conocimiento de las condiciones de los toros para atemperarse a ellas, y ser un buen jinete para mantenerse erguido sobre la silla y dominar a los caballos, a fin de hacerles adelantar, retrasar o moverse son la prontitud que requiera el caso, y salir de la pelea. Sabido es de todos que hay varias maneras de ejecutar la suerte de picar, y que en todas ellas hay algo en común, y esta parte es la de situarse el jinete en la rectitud del terreno que ocupa el toro, y cuando éste arranca, dejarle llegar a la garrocha sin mover el caballo, colocando la puya en los rubios en el acto de la humillación, cargar la suerte y despedir al toro por la cabeza del caballo, al que hará girar con la rapidez precisa por la izquierda, y salir por pies para tomar el terreno que le corresponde.

Conocidas las condiciones de los toros, claramente se deduce que un diestro que reúna las cualidades que son necesarias, empelará para picarlos la manera más apropiada de las que se conocen para conseguir el objeto de la suerte y el lucimiento que lleva al aplauso y entusiasmo de los públicos, aplauso y entusiasmo que es mayor cuanto más difícil es el enemigo a quien se domina.

Y entre los enemigos que más dificultades presentan para la suerte, son aquellos que se encastillan en los medios o los tercios, y que una vez allí, no acuden en sus acometidas sino con pequeños avances, y retroceden otra vez lo que adelantaron.

A estos toros el picador no debe ir a buscarlos cara a cara y en la rectitud, sino que esperará para acercarse a que un lidiador le llame la atención y le entretenga, y entonces, avanzando por detrás y una vez en jurisdicción, citará al toro, quien al verse sorprendido, se revolverá y hará por él, en cuyo momento cargará la suerte y saldrá de ella con la velocidad que le indiquen las facultades de su adversario, dejándole de nuevo franco su terrenos.

Una vara en esta forma, es la que se representa en la lámina de este número de LA LIDIA, con gran exactitud y perfecto conocimiento de la suerte.«


111.- Revista nº 6, aparecida el 21/V/1900. Título de la lámina:

“BRAVURA Y PODER”

NUESTRO DIBUJO

Leopoldo Vázquez, asiduo redactor de esta sección en los últimos tiempos, nos ofrece en esta ocasión, como ya lo hiciera en otras, una opinión rimada sobre el juicio que la lámina de la revista le merece. Nos dice:

-«Cuando sale un toro de esos / con poder y con bravura, / que cada vez que se arranca / llega al bulto, empuja, / derribando a los caballos / igual que si fuesen plumas, / y despide picadores  / como de una catapulta, / el lío en el redondel / al momento se pronuncia, / y espadas, banderilleros / y cuanta gente menuda / de monos y de areneros / ayudan a los de aúpa, / todos andan de cabeza / y nadie al arte se ajusta. / Y esa verdad en la lámina / claramente se dibuja. / No hay un torero en su puesto, / los monos do quier pululan, / y en tanto va el picador / a dar en la propia grupa / de la res, que en la pelea / muestra poder y bravura».


112.- Revista nº 18, aparecida el 13/VIII/1900. Título de la lámina:

“EN PROPIA DEFENSA”

NUESTRO DIBUJO

Añora L. Vázquez en su artículo sobre la lámina del día, los tiempos pasados en que matadores y picadores resolvían los problemas derivados del poder de los cornúpetos con orden y arte, y sin la intervención de capoteos feos e inútiles de los que en el desorden actual se abusa.

-“Y en estos casos era cuando aquellos matadores de toros ponían en juego el arte y el valor, para conseguir el apartar los toros de los bultos, sin valerse, luego de efectuado el objeto, de capotazos inútiles para hacer unas cuantas monerías y desplantes con las que perjudican a las reses y dan lugar por haberlas separado en demasía de los terrenos de la pelea, a que intervengan los peones y a fuerza de capotazos y mareos, deshaciendo unos lo efectuado por otros, hasta conseguir de nuevo que los toros estén en suerte, para que los picadores entren de nuevo en juego.

A veces solía ocurrir que algún jinete, al ser derribado el caballo en que montara, despedido por el empuje de su adversario, cayese de pie, presentando al toro un nuevo objeto de su acometida.

Y en tales casos el jinete, que en sus caídas no abandonaba la garrocha sino raras veces, al verse comprometido y en situación difícil, cuando el toro se disponía a cargar sobre él y hacerle objeto de sus iras y de su fiereza, tomando el palo en la forma que con tanta verdad se representa en el dibujo, y en la actitud que toma el soldado con el fusil para repeler las cargas de la caballería, castigaba al toro, haciéndole sentir nuevo castigo, un castigo verdad, y con verdadero coraje apretaban para conseguir que la res desistiera de su acometida. Como que entonces luchaba, no ya para castigar al toro como picador, sino como hombre en peligro, en trance apurado y en propia defensa.

Hoy se ve esto de tarde en tarde y el resultado es bien diferente del de antes, puesto que entonces los toros eran toros de verdad, y los picadores reunían cuantas condiciones se requieren para ejecutar la suerte en debida forma, y hoy los que nombramos toros a penas si tienen de tales más que la vista, y pasan por picadores hombres que apenas si saben montar, y desconocen las más rudimentarias nociones del arte».


113.- Revista nº 20, aparecida el 27/VIII/1900. Título de la lámina:

“UN PUYAZO EN LO ALTO”

NUESTRO DIBUJO

-“Apenas si se ven más que en las láminas los puyazos en lo alto. Esos puyazos en que los jinetes, ajustándose a lo que preceptúan las buenas prácticas del toreo, castigan en los rubios, haciendo torcer el cuello a sus enemigos, echándolos por delante, quebrantándolos y logrando que humillen sin enseñarles a tomar peso en la cabeza y romanearle, puyazos que sirven para ahormar a las reses y obtener que en los tercios restantes de la pelea tengan los menos resabios posibles.

Y esto no se ve en nuestros circos taurinos a diario, como acontecía en otros tiempos, porque la generalidad de los que hoy se dedican a picar toros, carecen no ya de las condiciones de tener valor, ser de complexión robusta y excelentes jinetes, sino del dominio del arte y el conocimiento de las condiciones de las reses con que de continuo han de entenderse.

Porque la suerte de varas no consiste en picar y apretar mucho, sino en saber dónde y cómo ha de hacerse, en conocer las condiciones de las reses para elegir los sitios en que puedan llevar ventaja, los puntos en que toman querencias y los lugares en que pesan más y donde puede haber menos exposición en las caídas.

Se objetará que muchos de los caballos que montan, no son lo más a propósito para demostrar las condiciones que pueda tener cada jinete, pero para evitar esto está la prueba de caballos, operación que hoy apenas si se practica en debida forma, y a presencia como en otros tiempos de las autoridades y de los matadores de toros.  

Hoy estas pruebas son música celestial, en las que más que buscar caballos duros de remos, de resistencia, avisados de boca y sin ciertos resabios se reducen a componendas entre contratistas y jinetes,

Así, pues, nada tiene de extraño que aquellos puyazos en lo alto que tanta fama dieron a tantos y tantos picadores de conciencia, se vean hoy, por regla general, únicamente en las láminas de periódicos. A tal extremo ha llegado el toreo”.


114.- Revista nº 23, aparecida el 17/IX/1900. Título de la lámina:

“RECELÁNDOSE AL CASTIGO”

Ausente hoy el juicio sobre la lámina de la revista, nos ha gustado comentar la carta que J. Guillén Sotelo le dirige al empresario de la plaza de toros de Madrid, D. Pedro Niembro, y que cuenta con el beneplácito explícito de D. Julián Palacios, dueño de LA LIDIA. Aclara el autor que esta es la segunda vez que se dirige al Sr. Niembro para solicitarle explicaciones sobre las anomalías que, según él, se producen en las contrataciones de ganaderías y toreros que han de lidiar en la plaza de Madrid. Dice el escribiente que, si no la contestó a la primera supone que estaría de acuerdo en las suposiciones / acusaciones que le hacía en ella sobre su sometimiento a las voluntades de los toreros, que iban en detrimento de las que exige la buena praxis, que es defender al aficionado, al cliente, al cabo.

En ésta, ruega el Sr. Guillén explicaciones sobre la desaparición en el circo capitalino de las ganaderías de “Carriquiri, Zalduendo, Lizajo o Jorge Díaz. También sobre las de los campos salmantinos, que como aquellas tanto buen juego dieron en el pasado; y recuerda también a las de los “Flores” manchegos, de toros tan bravos. 

Y todo lo anterior entronca con el calamitoso juicio que, de las ganaderías muy afines al gusto de los toreros de entonces, hace, cutio, el inefable D. Cándido, versus Veragua, quien sobre la corrida del domingo 16/IX, dice:

-“11ª corrida de abono, con toros de Veragua: “Fue la boyada más grande / que registran las historias”.

De los toreros, escribe: Mazzantini, bien en ambos toros; muy bien banderilleándo al 6º. “Bombita”, bien en su 1º y regular en el otro. “Lagartijo Chico”, división en el 1º y ovación en el 6º. “Machaquito” muy bien en el 2º y el 8º lo mató de noche (excusan crítica).

En esta corrida se sorteó el orden de alternativas, correspondiendo la 1ª de ellas darla por Mazzantini, que cedió el primer toro a “Lagartijo Chico”; y después “Bombita” hacer lo propio con “Machaquito”, que mató el 2º y el 8º.


115.- Revista nº 20, aparecida el 26/XI/1900. Título de la lámina

“ÚLTIMAS ENERGÍAS”

La última revista de LA LIDIA recoge una imagen de la suerte de varas. De una suerte de la que ha reproducido 112 imágenes en las 669 revistas que publicó durante sus 19 años de vida. Curiosamente, ningún título se repitió en esas 112 láminas. La Suerte de varas ha sido la suerte más veces tratada en los comentarios de este gran periódico taurino con el que acabó el siglo XIX. Otras revistas, 27 cabeceras taurinas nos dice el conde de las Navas en su “Espectáculo más nacional”, se disputaban en España el mercado de la información taurina a final del siglo XIX. La nueva técnica de la fotografía instantánea se abrió paso como testimonio irrefutable compitiendo con el dibujo, y LA LIDIA, algo herida por la endogamia de sus rectores, y por caprichos y egos suicidas, dio fin a toda una época de difícil parangón en la literatura y en el arte de la Fiesta nacional. 


ESTADÍSTICA DE LA TEMPORADA DE 1900

FIN DE LA LIDIA 1882 / 1900

FINAL DE UNA IMPORTANTE ÉPOCA DEL TOREO


COLOFÓN

RAFAEL MOLINA SÁNCHEZ “LAGARTIJO”

El día 1º de agosto de 1900 será uno de los días que dejen el más triste recuerdo en la historia del toreo, porque en él desapareció del mundo de los vivos aquel coloso que en vida se llamó Rafael Molina (Lagartijo), aquel diestro de maestría sin igual, que en unión de otro titán del arte, de Salvador Sánchez (Frascuelo), llenaron un tercio del corriente siglo a la cabeza de todos, reviviendo y levantando al arte y la afición de tal manera, que seguramente no hay una época tan gloriosa como la suya.

Hoy no queda ya más que dedicar unas líneas a la memoria del que fue la encarnación del arte y la elegancia en todas las suertes del toreo, porque Rafael Molina (Lagartijo) fue uno de los mejores y más elegantes banderilleros que se han conocido; uno de los espadas que más supieron entusiasmar a las masas, y el que cuando el 1º de junio de 1893 se retiró del toreo, se llevó la marca de aquellas largas clásicas; y porque Lagartijo ha contribuido con su trabajo inimitable a sostener el arte y elevarlo a su primitiva grandeza en medio de la admiración y el aplauso de todos.

MADRID, DESDE LA RECLUSIÓN, 11 DE ABRIL DEL 2020

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José María Moreno Bermejo

José María Moreno Bermejo

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