Una vez concluida la muy interesante Feria de San Isidro 2019, que hemos seguido con verdadero interés en este blog, nos atrevemos a realizar un somero balance de lo acaecido en la misma, y muy particularmente en lo que se refiere a la Suerte de varas, como es lógico. Y en este apartado, importante apartado, debemos mostrar nuestra satisfacción por cómo se ha picado en esta Feria. Ha habido un alto número de puyazos aplicados al final del morrillo. Hemos visto muchos toros vertiendo su sangre por delante del brazuelo. También se ha mejorado bastante en la medida de los puyazos regulando con rigor el castigo en la mayoría de las ocasiones. Podemos pues admitir que esta Feria 2019 ha sido muy positiva para nuestra Suerte de varas. Nos placería conocer si los esfuerzos que hacemos desde nuestra peña «El Puyazo»; desde este blog; en las muchas intervenciones en charlas, coloquios y mesas redondas tratando sobre este tema; desde el libro temático sobre la suerte…, van siendo meditados por picadores, matadores, ganaderos, etc.
Como no creemos demasiado en que los cambios en el mundo del «taurineo»se produzcan sólo por las prédicas de los aficionados, hemos debatido con ilustres defensores de la Fiesta, y en especial amigos de la Suerte de varas, y hemos llegado a conclusiones bastante curiosas. Una de ellas es la repetición en sus actuaciones de muchos de los buenos picadores del escalafón, a los que se los rifan los toreros sin cuadrillas fijas. Esto nos induce a pensar que los matadores están otorgando la importancia que merece a este tercio. Otra opinión se deriva de la alta presencia en la Feria de toreros emergentes con necesidad de triunfar. Sin duda sus mentores les habrán inducido a cuidar el toro en varas para evitar el deterioro de su comportamiento. Otra causa, para mí importante, ha sido la ausencia de muchas de las «figuras», que con sus picadores aleccionados necesitan un toro en unas determinadas condiciones (hasta ahí, puedo leer). De cualquier manera, por la/s causa/s que sea/n, 2019 ha supuesto una superación en la calidad de la Suerte de varas.
El medio bombo del «Productor», algo que, entero, viene reclamando la afición hace mucho tiempo, tuvo la virtud de obligar a retratarse a las «figuras», y el resultado ha sido altamente positivo para los derechos de los aficionados. El «okupa» que injustamente, a mi forma de ver, sustituyó a Enrique Ponce, que sí se apuntó al reto propuesto, definió su estado de inseguridad tras atisvar que los carteles sin él serían tan interesantes para los abonados como con él. El «Productor» tampoco las tenía todas consigo y sucumbió a la injusticia de llamarlo pese a haberle rechazado el torero su embite. El «cliente» ha dictaminado con su presencia, 641. 429 espectadores ha tenido la Feria 2019, casi 19.000 por corrida, que a pesar de algunos carteles «infumables» quería «toros» con toreros que aceptan retos. Creo que el resultado de la Feria dictamina que a las figuras se les ha dado una estocada en todo lo alto en eso de creerse imprescindible en los carteles de Madrid. PLAZA1 ha triunfado artísticamente y económicamente. Y no sólo para 2019. A los próximos contratos de las figuras se les puede caer un gran número de decena de miles de euros de los emolumentos acostumbrados. Lo que redundará, sería lo justo, en el incremento de los pagos a esos otros toreros que se entregan, torean y convencen dando lo que tienen; que es mucho.
En lo referente a la Suerte de varas y a los premios que se han concedido a picadores, quisiera puntualizar una consideración muy particular. Como presidente del Jurado de la «Peña El Puyazo», doy por sentado lo justo que ha sido la elección del picador que mejor realizó la Suerte de varas. Los votos son los votos; y si los demás, todos menos yo, votaron lo que votaron es posible que el equivocado sea yo. Así que asumido el fallo. Y como tengo este blog para intentar comunicar mi forma de ver esta linda suerte; como además debo ser coherente con lo que escribo y debato sobre ella, deseo decir que en la Feria de San Isidro 2019 picaron dos picadores de acuerdo con la ortodoxia que yo propalo y que no han sido premiados. Uno de ellos fue JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ, por picar al final del morrillo, midiendo el castigo tras realizar la suerte con arte y buena monta, al toro sardo de Santiago Domécq el día 16/VI. El otro fue JUAN JOSÉ SABARIEGOS, en la XV de San Isidro, toros de José Escolar. Sabariegos, al que no conocía antes de la feria, me ha dado una gran alegría al verlo picar.
Como final deseo decir que muchos espectadores confunden la emoción que produce un toro que se viene de lejos al caballo, que derriba, o que empuja con tanta fuerza que el que permanezca montado el picador sea una virtud, que lo es, con lo que es picar bien. Todos en su derecho de aplaudir lo que les pluga; incluso lo «torero» que es que los monosabios levanten un caballo que fue abatido. Pero creo que es conveniente que los públicos aprendan de varas algo más de que no hay que pasar la raya de picar. Y picar bien es enfrontilarse al caballo, llamarlo con aire y decisión , sesgar al encuentro largando la vara y fijando ésta antes de la cruz; evitar el choque violento en el peto; defender el caballo para que no caiga; medir el castigo y largar con premura al burel. Y esto lo hicieron debidamente JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ y JUAN JOSÉ SABARIEGOS en San Isidro 2019.
En la Red