TRÁNSITO DE LOS JUEGOS CON EL TORO HASTA LA CORRIDA ACTUAL. TRADICIÓN Y CULTURA.
Velar por nuestras tradiciones es un deber de cada uno de nosotros; hemos de pagar un canon al recuerdo de nuestros ancestros para agradecerles la riqueza cultural que nos legaron. Somos aquello que nos precedió, la esencia de ello, con la que cursamos nuestra vida, y la diligencia con la que progresamos en la evolución y mejora de ese preciado legado. Tenemos un envite claro: dejar a nuestra descendencia un mundo mejor del que recibimos. Mostrar a los nuestros un camino digno, seleccionar para nuestros consejos la ética apropiada, la cultura heredada y la mejora de ella con nuestra aportación de hechos y ejemplos; ese es el fin digno de nuestro compromiso con la sociedad.
PORTADA
Al meditar sobre la riqueza de nuestra Tauromaquia, sobre su cultura, liturgia y mitología, nos declaramos felices por los valores éticos que a nuestra sociedad aporta. Más allá de la belleza del toreo, de la impresión que causa el toro bravo, del valor y arte del torero, o de la emoción que su interrelación nos provoca, observamos, a lo largo del tiempo cómo se ha fraguado una comunión entre el hispano y el toro, ligada a nuestra personalidad; sin duda heredada, pero también sutil y paulatinamente adecuada a la evolución natural de la sociedad que nos acoge.
CONTRAPORTADA
Tras muchos siglos de relación entre el hombre y el toro, hemos ido creando una firme tradición integrándola en un suceso de máxima esencia cultural. Y no solo por la tradición, también por el canto que le han compuesto los artistas, filósofos y aficionados de toda clase, que han logrado situar a la Tauromaquia en una posición destacada entre las que conforman nuestra identidad. Aficionados y detractores del toreo, asistimos a una realidad incontestable: los toros son un espectáculo de la máxima representatividad de los españoles.
Por ello, la Tauromaquia fue declarada Patrimonio cultural inmaterial de los españoles en 2013. Y en este libro que presentamos se muestra el camino que se ha ido transitando hasta culminar en la Ley 18/2013, que exige a los diferentes estamentos gubernamentales protegerla, difundirla y dotarla debidamente para que se conserven sus esencias y se mejore su futuro. Y dada nuestra extraña situación política quizás sea necesario protegerla bajo el manto de organismos internacionales, tal que la UNESCO, para que sea, al menos, respetada como merece. Cuándo antes, mejor.
GRABADO DE LAKE PRICE. 1852
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