PICASSO, EL GUERNICA Y SÁNCHEZ MEJÍAS

ILUSTRACIONES TAURÓMACAS

       En 1937, Picasso accedió a pintar un cuadro que le encargó el Gobierno de la Segunda República Española, para que fuera exhibido en el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de dicho año. Picasso tenía en su estudio un abocetado cuadro sobre la cogida y muerte del torero Ignacio Sánchez Mejías, en el que se representaban escenas de su familia, del toro Granadino, que cogió al malogrado torero sevillano en la plaza de Manzanares; y del cuerpo de Sánchez Mejías, yacente, persona muy admirada por el malagueño por su aportación a la generación intelectual del 27 y por su torería.  

       El Gobierno de la República utilizaría la personalidad del eximio pintor y la categoría visual y artística de la obra para denunciar las operaciones de guerra del ejército de Franco y de los de sus aliados alemanes e italianos. En aquellos momentos, 26 de abril del 1937, se produjo el bombardeo de la población vasca de Guernica por la Legión Condor alemana, objetivo militar importante por tener la la citada población tres fábricas de armas en su entorno. Dicho bombardeo provocó unas ciento cincuenta muertes y fue muy criticado mundialmente por la gran publicidad que de él hizo el Partido Comunista.

       La obra de Picasso estaba empezada bastante antes del ataque aéreo, en enero del 1937, y constaba de dieciocho bocetos realizados (luego hizo una segunda serie de ellos) sobre la muerte de Sánchez Mejías, pero no se acogía a las medidas que el encargo solicitaba, de 11×4 mts., sino de 7,82x 3,51 mts., por lo que fue acondicionada por Picasso para la Exposición de París en un gran cuadro, ampliando lo realizado. La noticia, coincidente en el tiempo con el bombardeo de Guernica, contribuyó a que el cuadro se ligase a esa efeméride, y que por siempre quedara unida a ella sin demasiadas contestaciones. Lo cierto es que el gran artista manifestó que tardó sesenta días en terminar la adaptación, que el ataque fue el 26 de abril de 1937 y que se presentó la magna pintura el 4 de mayo… una semana después…[1]. Ocho días después…

       En la obra podemos detectar el horror de la muerte del torero, la corrida interrupta, el caballo doliente, el toro cruel, la bombilla de la enfermería, el diestro caído con su espada rota[2], simbolizando su derrota frente al toro, y la familia que llora la cogida del ser querido. Ciertamente, esta era la impresión plasmada antes del bombardeo por el gran artista, pero tras aceptar la cantidad monetaria del gobierno del Frente Popular y producirse el ataque, la impresión general para quien contemplara la tela fue la antibelicista. Y es que también puede interpretarse como muestra de los horrores de la guerra y el grito de Paz que canta la paloma picassiana…

        El artista José Luis Galicia, gran amigo del autor de este artículo, y asociado de la Unión de Bibliófilos Taurinos, como se sabe, medió decisivamente con Picasso, por su amistad con él, para que el malagueño accediera a que regresara el cuadro a España, no cuando hubiera una República como quería, sino cuando llegara la democracia, lo que declaró el gran pintor madrileño en un interesante reportaje emitido por  Tendido Cero (RTVE), en el año 2023, donde comentó cómo ya existía la tela antes del encargo republicano, viéndola él en su taller de muy niño; y la adaptación posterior de Picasso, refiriendo dichos bocetos previos. El impacto de la muerte de Mejías fue enorme en el mundo cultural y artístico aparte de en la propia sociedad española, como evidenció la gran elegía de Lorca. El proyecto picassiano tuvo su génesis evidentemente en este contexto, la cogida y muerte del torero querido, y que luego fue popularmente llamado El Guernica.

Conviene que se comprenda la importancia que Ignacio Sánchez Mejías tuvo en los círculos culturales españoles de su tiempo, para que nadie, necio o sectario, se atreva a omitirle en las efemérides en las que se glosen las glorias de la generación del 27, de las que festejaremos los 100 años de su eclosión en la literatura y, en general, en al cultura española.


[1] Se indican estos interesantes y decisivos datos en Susana Teruel Martínez, Ignacio Sánchez Mejías. Muere el hombre, nace el mito. Santander, El Desvelo Ediciones, 2022, p. 299.

[2] La imagen del matador yacente junto a su espada, remite al Picasso buen conocedor de arte pues es una versión de la del diestro muerto de Manet, en igual posición, como se comentó en nuestra web de la UBT, donde se reproduce el cuadro del artista francés: http://ubte.es/colaboradores/, “Picasso y el toreo: la simbiosis perfecta”, con motivo de un pequeño homenaje de la UBT en el 50 aniversario de su muerte.

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José María Moreno Bermejo

José María Moreno Bermejo

Aficionado a los toros, a su historia y a su cultura. Bibliófilo taurino; coleccionista de pintura y grabados taurinos, posee una apreciable cantidad de tauromaquias ilustradas, una amplia pinacoteca taurina y una extensa biblioteca sobre la Fiesta. Investigador, escritor y curioso sobre el tema de la historia de la Tauromaquia, con especial predilección por la Suerte de varas. En su vida “civil”, es industrial en el campo de importación, distribución y exportación de cadenas industriales, elementos de transmisión, transportadores, etc. Jubilado.

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