CUATRO O CINCO «COSINAS» SIN IMPORTANCIA…

LA IMPORTANCIA DE UN REGLAMENTO QUE SE SOSLAYA A MENUDO.

Hemos terminado el serial taurino de San isidro 2025, con más pena que gloria, y del cual se podrán extraer muchas opiniones, según las emitamos cada uno de nosotros. No me gusta las generalización ni el excesivo detalle, la primera por injusta, el segundo por «tocanarices»; las dos alteran la tranquilidad al personal. Digamos que si las espadas hubieran estado finas el triunfo artístico de la feria habría sido bastante difícil de explicar con equidad.

Al margen de la asistencia generalizada a los festejos, a simple vista parece que ha sido el ferial que más asistentes por festejo ha recibido, lo cual avala la buena gestión de la Empresa, se ha observado una gran afluencia de gente joven, lo que da más solidez al quehacer de los gestores del coso más importante del mundo. Y la asistencia juvenil ha dado lugar a un nuevo grupo de opinión, vocinglero y participativo, que bien harían en irse formando debidamente para que sus quejas y aplausos fueran respetados por los aficionados más veteranos. Cerca del núcleo joven se encuentra otro de buenos aficionados de muchos años de los que pueden aprender mucho. Y dado el caso desestimar algunos de los usos que hacen de su libertad con filias y fobias chocantes.

Debemos una primera alerta a la indignidad con a que se ha realizado la Suerte de varas en este ciclo isidril. En esta feria hemos asistido a una masacre en varas de varias reses que, como consecuencias de la mala praxis y de las puyas asesinas, mermaron sus fuerzas o murieron en el ruedo como se ha demostrado en los reconocimientos «post mortem«, aunque estos no partieran de orden presidencial, sino de la afición y preocupación de algunos profesionales aficionados. Recordamos nuestra entrada de 21/V, en la que dábamos noticias y fotografías sobre los neumotórax que minaron la vida del 1º y 2º toros de La Quinta y del 4º novillo del conde de Mayalde. El último caso demostrado fue el sábado, cuando un puyazo afecto una vértebra torácica y lesionó a la res sin remedio. Fue el 4º toro de Adolfo Martín, Cartuchero, que sufrió una lesión nerviosa por la acción de la puya en una vértebra torácica. Tremendo.

Sirva esta introducción para seguir reclamando un reglamento nacional en el que se contemple un cambio de puya que evite, o al menos minimice lesiones como las que han llevado a 4 reses a ser abatidas en el encuentro con los caballos. Y si la revisión de las canales de otras reses se hubiera realizado, seguro que nos llevaríamos grandes sorpresas al comprobar que el nº de ellas dañado habría sido más alarmante, aun. El problema radica en que este asunto se desconoce por la mayoría del personal, incluso por los presidentes de los festejos, y por ello no se realizan dichos reconocimientos.

Veamos que nos dice el Reglamento vigente a este respecto:

Real Decreto 145/1996, de 2 de febrero, por el que se modifica y da nueva redacción al Reglamento de espectáculos Taurinos (BOE, nº 54 , de marzo se 1996, páginas 8401 a 8421 (21 págs).

CAPÍTULO IV

De los reconocimientos “post mortem”

ART. 58.

1.- Finalizada la lidia, se realizarán por los veterinarios de servicio, los oportunos reconocimientos “post mortem” de las reses con el fin de comprobar las lesiones de las mismas y, en especial la integridad de las astas.

¿Se nos pueden facilitar los citados reconocimientos, obligatorios, realizado por los veterinarios de servicio a las reses que hemos detallada en nuestra entrada penúltima? Quizás obren informes relativos a ello en los documentos que, reglamentariamente deben entregar al presidente de los festejos los citados veterinarios de servicio… Algo tan nocivo para la corrida, tan deprimente e injusto, sigue vagando en el más vergonzoso silencio.

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Cuatro o cinco cosinas me parecen interesantes que se afronten con seriedad para mejorar el festejo.

Seguimos con el reglamento vigente.

CAPÍTULO II

De los espectadores y de sus derechos y obligaciones

ART.34.

1.- Todos los espectadores permanecerán sentados durante la lidia en sus correspondientes localidades; en los pasillos y escaleras únicamente podrán permanecer los agentes de la autoridad o los empleados de la empresa. Los vendedores no podrán circular durante la lidia.

Entrenamientos atléticos. Los toreros, más a menudo de lo que pueda parecer, durante la lidia que realizan sus compañeros, se preparan dando saltos, haciendo flexiones o moviéndose sin reparar en que el toro puede fijarse en ellos interrumpiendo el quehacer de los que lidian.

Los espectadores del callejón, algunos con muchos años de estancia allí, hablan, se mueven, ríen distrayendo a toro y lidiadores. Son muchos los que producen estas distracciones. Y hay otro elemento muy pernicioso para la lidia y para la visualización de los espectadores, que son los vendedores de bebidas, a pesar de que tienen prohibido expresamente por el artículo anterior citado, el moverse durante la lidia. Las escaleras del tendido 8 y la del 9, son pistas de carrera para estos jóvenes que suben y bajan continuadamente para acercar sus pedidos que, además, son solicitados y respondidos a voces que distraen en demasía.

Aún estando en el ruedo matadores de muchos años de alternativa, se oyen a través de las troneras de los burladeros los consejos que los banderilleros vocean a sus jefes de filas. Estos consejos, junto a las voces de ánimos que regalan para que los espectadores se animen al aplauso o al flamear de pañuelos, muestran muy poca seriedad.

Que conste que, a pesar de que el reglamento no dice nada, me parece feo e inoportuno que los matadores se desprendan de sus manoletinas durante la lidia. Creo que forma parte de un conjunto bello que entra dentro de la liturgia del rito.

Por último, quiero rogar a matadores y cuadrillas que pongan a los toros en suerte perfectamente para ser picados. Hay que guardar la ortodoxia para que la posición del caballo y la del toro en suerte, sumada la gallardía y calidad del picador atraiga al cornúpeto para ser picado sin la intervención de los peones o del matador. Definidas las razones por las que se pica al toro, vemos que la primera se refiere a comprobar su bravura… ¿qué conclusiones pueden sacarse de ella si los banderilleros están junto al caballo enlazando picador y toro sin respeto alguno a sus calidades?

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José María Moreno Bermejo

José María Moreno Bermejo

Aficionado a los toros, a su historia y a su cultura. Bibliófilo taurino; coleccionista de pintura y grabados taurinos, posee una apreciable cantidad de tauromaquias ilustradas, una amplia pinacoteca taurina y una extensa biblioteca sobre la Fiesta. Investigador, escritor y curioso sobre el tema de la historia de la Tauromaquia, con especial predilección por la Suerte de varas. En su vida “civil”, es industrial en el campo de importación, distribución y exportación de cadenas industriales, elementos de transmisión, transportadores, etc. Jubilado.

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