UNA NUEVA TAUROMAQUIA DE VICENTE ARNÁS
La mezcla del clasicismo, la fantasía y la ortodoxia del arte pictórico, está al alcance de muy pocos artistas plásticos. El dominio de la medida para reflejar una idea, una ocurrencia o un mandato de la inspiración más «canalla», es lo más adecuado para verter la pasión que anida en el interior del artista. Es el caso de la obra de Vicente Arnás Lozano, quien en sus trabajos compagina con equidad sus dotes técnicas, sus pasos por el camino de la fantasía y su magia que atrae, destaca y llega al observador con serenidad, a pesar de lo arriesgado de algunas de sus propuesta.
En esta nueva serie taurina, Vicente Arnás ha reunido doce imágenes serenas para reflejar una tauromaquia clásica, casi ortodoxa, a pesar de sus repetidas fugas para conseguir su especial personalidad artística y humana. A veces es difícil diferenciar en los cuadros de este excelso pintor lo que es expreso divertimento, amor a los toros, o el mensaje tácito que siempre domina en su juego de figuras, color, entes extraños y sorpresivos. La tauromaquia es una fuente de arte, no tan efímero como muchos delatan; la prueba de la imagen captada por una cámara, y mejor, por un avezado ojo de artista, nos deja, para siempre de forma indeleble la gloria conseguida. Otra cosa es la emoción del momento, del lugar del hito, de la consunción de sentimientos vivida junto a los demás.
Importa mirar atrás y comprobar que tu obra no pasa desapercibida. En el caso de nuestro querido artista, no sólo queda expresa en ella su muy particular personalidad, sino que sus cuadros, aunque no estuviesen firmados les sería siempre reconocida su autoría. La fiesta de toros tiene a un interprete plástico de categoría especial que le da fuste y encanto, porque en su pintura deja clara la importancia de este bello juego de arte y muerte, en el que el rito permanece, y permanecerá, gracias a ser mostrado con la belleza y fidelidad con lo que lo está haciendo Vicente Arnás con sus 10 últimas tauromaquias…
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