BELLA HISTORIA DE UNA AFICIÓN AISLADA…
El pasado mes de enero asistí a un foro cultural taurino en Palma de Mallorca. Un grupo de selectos aficionados mallorquines me invitaron al saber de mi estancia en esa maravillosa isla española. Unos meses antes ya había disfrutado de una tertulia con Toni, Sebastián e Ignacio, en la que pude darme cuenta de lo fuerte que hace a los hombres tenaces la lucha en semi soledad. Uno, profesor e historiador, aúna a los aficionados en una asociación taurina. Otro es empresario de la plaza de Muro, goza de su amor por el toro con una incipiente ganadería de bravos cárdenos. El tercero, un arquitecto y bibliófilo taurino, que fue espontáneo en el coso del periodismo taurino in illo témpore. Ellos me explicaron cómo mantenían su afición en la más dura de las soledades.
En enero ya éramos 10 los que sentados alrededor de una mesa debatíamos sobre la acertada y amena didáctica que nos regaló la biografía de Juan Belmonte escrita por Manuel Chaves Nogales. Entusiastas e ilustrados, los tertulianos me hicieron pensar sobre el ansia del conocimiento cuando son escasas las oportunidades de acceder a él; y sobre el desprecio que muchos hacen de él cuando la oferta es inmensa… Todos ellos habían leído con avidez lo escrito por aquel periodista y pensador sevillano que engrandeció y dio a conocer al mundo, aún más, con su biografía al gran Juan Belmonte.
El pasado día 29 de marzo, los entusiastas aficionados mallorquines, tras debatir sobre la obra de su paisano Guillermo Sureda: “Taurología”, han formalizado un grupo que se hace llamar: “Tertulia literaria Melchor Delmonte”, en honor del matador de toros mallorquín de dicho nombre, el primero que tomó la alternativa en el Coliseo Balear, en 1932. El citado viernes 29/III, fue un justo homenaje de la afición balear a dos de sus antecesores: el torero modesto y el escritor y periodista inmenso.
Los reunidos resumieron sus opiniones sobre la obra señalada de una manera docta y crítica, aportando supuestos filosóficos y didácticos que exigieron estudio y meditación suficientes para que ninguno de ellos olvide ya las enseñanzas de aquel eximio paisano, D. Guillermo Sureda Molina, que honró con su pluma la literatura taurina. Este grupo de aficionados está llamado a aportar el entusiasmo y trabajo necesarios para que la Fiesta pueda ser reconducida a la importante posición de la que disfrutó en tiempos pasados, cuando en su Coliseo se llegaron a celebrar más corridas de toros que en Madrid, Sevilla o Bilbao, como puede verse en las estadísticas adjuntas[i].
La isla de Palma de Mallorca tiene 5 plazas de toros listas para ser utilizadas. La más importante de ellas es el citado “Coliseo Balear”, situ en Palma capital, que data de 1929, y tiene un aforo de 14.424 asistentes. Muro tiene una plaza singular, sumida en la hondonada de una cantera, con capacidad para 6.000 espectadores, y data de 1918. Alcudia, tiene un coso adosado al bastión de Sant Ferrant, con capacidad para 3.600 asientos. Felanitx tiene la plaza más antigua de la isla, 1914, “La Macarena”, con aforo para 5.000 espectadores; está en desuso. E Inca, un coso para 8.000 espectadores, construido en 1918. El tamaño de la isla y el número de plazas de toros que alberga, posibilita la presencia de los aficionados mallorquines a los espectáculos taurinos, siempre que pueda resurgir el interés de los del “taurineo” por ofrecer festejos de calidad, lo que se logrará, sin duda, si se alienta el trabajo de grupos cualificados, como el de la Tertulia que comentamos, que ensalcen la Fiesta de toros difundiendo su componente cultural y tradicional, y por qué no, su emocionante y mítico rito de lid y muerte, recordando la oda de Unamuno a las Cuevas de Altamira: “Cavernario bisonteo / tenebroso rito mágico / introito de un culto trágico / que culmina en el toreo”.
Los “doce apóstoles” de la Tertulia literaria Melchor Delmonte, nos ofrecen la esperanza de que no está perdido todo para el futuro taurino en la bella isla de Mallorca. La Fundación del toro de lidia podría apoyarse en ese grupo de aficionados mallorquines para impulsar un capítulo que colabore “oficialmente” en la defensa, difusión y restauración de la importancia de los Toros y de su cultura, rememorando la intensa importancia que tuvieron dichos festejos en el pasado. Y todos los aficionados peninsulares deberíamos ayudar y animar al grupo mallorquín para que se logre dicho objetivo. De momento, tenemos que felicitar a estos ilusionados, sabios y tenaces amantes del Toreo por su entrega, conocimiento y determinación para lograr que la Fiesta se engrandezca y continúe mostrando sus valores éticos y culturales que la caracterizó siempre.
José
Mª Moreno Bermejo. Trujillo, IV/2019.
[i] Año, 1961, Palma, 25 corridas; Barcelona, 39; Madrid, 23; Sevilla, 13. 1962: P, 25; B, 46; M, 27; S, 12. 1963, P, 26; B, 43; M, 29: S, 13. 1964: P, 27; B, 47; M, 30; S, 14. 1965: P, 28; B, 48; M, 37; S, 13. 1966: P, 31; B, 51; M, 51; S, 18. 1967: P, 32; B, 43; M, 56; S, 16. 1968: P, 30; B, 46; M, 51; s, 17.1969: P, 29; B, 44; M, 40; S, 15. 1970: P, 32; B, 48; M, 43; S, 17.
Corridas celebradas en España: 1961: 357. 1962: 372. 1963: 413. 1964: 482. 1965: 478. 1966: 599. 1967: 619. 1968: 609. 1969: 610. 1970: 654.
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